𝑮𝒓𝒚𝒇𝒇𝒊𝒏𝒅𝒐𝒓 ² [✔️]

𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟓

La noble y ancestral casa de los Black

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── ☼ 𝕷𝖆 𝖘𝖊𝖓̃𝖔𝖗𝖆 𝖂𝖊𝖆𝖘𝖑𝖊𝖞 𝖑𝖔𝖘 seguía muy seria por la escalera.

—Quiero que se vayan directos a la cama, y nada de hablar —dijo cuando llegaron al primer rellano—. Mañana nos espera un día muy ajetreado. Espero que Ginny ya esté dormida —añadió, dirigiéndose a Hermione—, así que intenta no despertarla.

—Dormirás con Hermione y Ginny—informó Pamela a su hija con la mirada algo perdida—el ambiente no es exactamente el de casa, pero dormirás bien... supongo—le revolvió un poco el cabello, Sol no supuso que no estaba muy contenta con lo que acababa de pasar; pero no replico y se conformó con darle un beso de buenas noches e intentar fingir una sonrisa.

—Buenas noches, mamá—subió las escaleras hasta el siguiente piso, donde Hermione la estaba esperando arrinconada en la fría pared de piedra.

—Quiero dejar salir a cazar a Farrah...

—No puedes dejarla salir a cazar en las noches—le dijo Hermione caminando a la par—Dumbledore no quiere que haya demasiadas lechuzas sueltas por la plaza porque dice que podrían levantar sospechas.

—Espero que no se ponga tormentosa y deje dormir a Harry y Ron—suspiró Sol.

Hermione cerró la puerta detrás de ella con un fuerte chasquido. El dormitorio parecía aún más frío y sombrío que el de los chicos. Ginny ya estaba dormida, algo desordenada en su manera de dormir, pero Sol sonrió y se acercó a taparla bien con los edredones.

—¿Está dormida? —le preguntó Hermione colocándose el pijama.

—Sí, dormida ya—Sol imitó a Hermione y se colocó el pijama, agradecía haber metido prendas abrigadoras.

Hermione y Sol intentaron unir sus camas sin hacer ruido, donde lo lograron milagrosamente y se acostaron en las frías camas lo más cerca de la otra posible.

—¿Qué crees que es esa arma? —preguntó Hermione en un susurro.

—Creo que... apoderándose del Ministerio—opinó Sol en un susurro.

—¿Tú crees? —dudó Hermione y examinó a Sol con la mirada, ella negó—bueno... tiene algo de sentido, no ha atacado, es como si quisiera dejar de mentiroso a Dumbledore.

—Y a Harry—suspiró Sol—. Algo peor que la maldición Avada Kedravra no puede haber... ¿verdad?

Hermione la miró con algo de temor, dudando se su propia respuesta, pero no se quedó callada:

—No lo sé... o quiere seguir asechándote.

Sol la observó con malestar, y cuando pensaba responder cerró la boca de golpe.