One Shots : Marvel (1)

KANG EL CONQUISTADOR

Desperté en un lugar desconocido. Giré a mi alrededor observando lo que me rodeaba. Un mareo repentino me sobrevino y cerré los ojos esperando a que se pasase. 

Cuando me vi más segura, me levanté y observé el lugar en el que me encontraba. No sabía donde estaba, solo sabía que no estaba en la tierra, eso seguro.

Traté de poner en orden mis pensamientos. Tenía que pensar en que dirección caminar. ¿Este, Oeste, Norte, Sur? No supe que responderles a mis pensamientos, ya que no sabía que había mas allá de donde me encontraba. Palpé el puñal que llevaba atado con un arnés a mi cadera. Me tranquilizó sentir el roce del metal contra las yemas de los dedos. 

Decidí caminar hacia el Norte. Al instante me sumí en un frondoso bosque con un tipo de árboles que no había visto nunca. Varias criaturas de diversos tamaños campaban a sus anchas por allí. No parecían peligrosas, aun así decidí que sería mejor no llamar su atención.

Escuché unos pasos detrás de mi. Pasos humanos. Me escondí tras un árbol a la espera de lo que pudiera suceder a continuación.

Lo que vi no eran humanos exactamente, parecían soldados imperiales como en "Star Wars" pero no había un ser vivo dentro. Parecían una versión refinada de "Terminator" con el cuerpo negro y el lugar donde debería estar la cara, llevaban una pantalla azul opaca. 

Me incliné un poco más para verlos mejor. Mala idea, ya que esos seres tenían sensores de movimiento instalaron en sus cascos. La habían pillado.

Eché a correr por aquel bosque desconocido con ellos pasándome los talones. Me metí por un camino y me agazapé tras una especie de arbusto de color canela. Eta vez no moví un músculo, aunque no me sirvió de nada. Uno de ellos con su arma. Se la quité tras noquearlo, y apunté a los otros que también empuñaban sus armas.

-Ríndete y no te mataremos -dijo uno con voz robótica-

-Él la quiere viva -dijo el que estaba a su lado- 

Reprimí el impulso de preguntar quién era él mientras me agarraban y me llevaban con ellos. Hice lo que pude para liberarme, pero al parecer no tenían mucha intención de dejarme marchar. 

No tuve más opción que dejarme hacer. Subimos a una nave y en pocos segundos entramos por las puerta de una especie de fortaleza. Jamás había visto nada igual. 

Me dejaron en medio de una estancia acristalada, desde la que se podía ver la extensión del planeta. Tras esa impactante imagen, un hombre estaba sentado sobre lo que parecía un pequeño trono circular. Me recordó al trono de Thor cuando los Vengadores me llevaron a Asgard por primera vez, solo que este era el triple de pequeño que aquel, y no estaba hecho de oro. No dije nada tan solo lo observé. Su presencia era muy poderosa. No sabía quién era ni qué quería de mi, pero podía sentir las oleadas de poder que emanaban de él calentando mi piel. 

Sus ojos se posaron sobre mí. Me sentí como si fuera una hormiga a los pies de un dinosaurio. ¿Quién demonios era este hombre?. Su mirada era poderosa, como si pudiera atravesarte con ella. 

-¿Quién eres? -preguntó- 

Su voz era gruesa, ronca y masculina. Una combinación peligrosa.

Tragué saliva con fuerza. Aquel hombre lejos de inspirarme miedo me daba respeto. Reuní todo el valor que pude para responder. 

-Iba a hacerte la misma pregunta 

-No perteneces a este lugar -afirmó sin dudar esquivando mi pregunta-

-Soy de Texas -chaqueé la lengua- mira, no se quién eres ni dónde estoy, ni que quieres de mi, solo quiero volver a casa 

-Te lo explicaré todo, si primero me dices tu nombre