2. Camino a Cair Paravel

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Segundo capítulo.
CAMINO A CAIR PARAVEL

CAMINO A CAIR PARAVEL

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❝ ¡soy yo, somos nosotras! ❞









El silencio había caído sobre Elinor y Caire cuando la primera finalmente había acabado de relatarle su historia en Narnia, dándose por vencida al ver que le era imposible el recordar nada a la Prudente.

Caire podía afirmar que, sin ninguna duda, jamás había sentido tal grado de confusión como el que sentía en aquel momento: estaba en un mundo distinto al suyo, al que había llegado mágicamente y en el que, según su compañera de viaje, vivían criaturas tales como los centauros, faunos y animales parlantes. Por si fuera poco, ella había reinado en aquel mundo fantástico, después de haber derrotado en batalla a una bruja que había mantenido un invierno eterno en aquel reino por un siglo.

Y, como olvidarlo, se había casado.

—¿Realmente no nos recuerdas a ninguno de nosotros? —había preguntado Elinor, con un hilo de voz—. ¿No recuerdas a Edmund, Susan y Lucy? ¿No recuerdas a Peter?

Y, pese a que aquellos nombres removían algo en su interior, lo cierto era que no era capaz de ubicar en sus memorias a ninguno de ellos.

Caire miraba a su alrededor, recordándose que, según decía Elinor, ella había vivido allí por quince años, y no reconocía absolutamente nada.

Era absurdo. Si aquella alumna de primero hubiera corrido hasta ella en un pasillo de St. Malory y le hubiera contado la locura que acababa de relatarle, Caire le hubiera tachado de loca. ¿Qué hubiera hecho si no?

Sin embargo, no podía negar lo que había visto con sus propios ojos: el pasillo de la escuela desvaneciéndose en el aire, la playa que se abría ante sus ojos. Si Caire no hubiera jurado y perjurado que estaba bien cuerda, hubiera creído que ella misma estaba loca.

Aunque puede que estuviera algo loca. Después de todo, ¿saben los locos que lo están? Caire no conocía la respuesta a aquella pregunta.

—¿Te acuerdas cuando vinimos aquí con Corin y...? —Elinor se interrumpió rápidamente, antes incluso de que ella se girara a mirarle. Caire le observó, sin saber qué expresión poner—. No es nada, no te preocupes.

THE PROPHECY | las crónicas de narniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora