Lazos (+18)

142 7 0
                                    

-Así que te iras en dos días-

Kaveh apenas hizo un sonido audible proveniente de sus labios rosados, mientras estaba recostado al lado del ligeramente más alto escriba, mientras el arquitecto veía las nubes como si fuese lo más interesante del mundo, Al Haitam había desarrollado la conveniente habilidad de seguir leyendo mientras Kaveh habla.

Incluso aunque es importante lo que dice, no puede evitar protegerse con su lectura; Kaveh se irá por un tiempo mientras el alboroto en Sumeru se hace más grande, debía incluso agradecer a Rukkadevatha por alejar a su rubio de todo este embrollo, el cual él mismo ya estaba investigando por su cuenta la relación entre los sabios y aquel fatui que merodeaba por la ciudad.

-Si tienes algo que decirme, es justo en este momento-

-¿a caso quieres que te diga que te quedes?- pregunto con ironía mientras cambiaba la página de su libro -te vas una temporada, no para siempre-

-no seas tonto, no pido eso....- Kaveh guardó silencio escuchando la ligera brisa de viento que se movía con entusiasmo y hacía que su cabello se ondeará levemente - solo digo que, si quieres venir conmigo, me agradaría visitar la cámara de Jade contigo-

Los ojos carmesí apuntaron al semblante tranquilo y aparentemente despreocupado del menor, el cual para su sorpresa, esta vez apartó el libro y le miró directamente a los ojos, para sorpresa del peligris, los ojos de Kaveh mostraban preocupación y un leve aire de ilusión al esperar que su respuesta fuera afirmativa.

Pero eso solo hubiese pasado si las sospechas de Kaveh no fueran ciertas, supo que algo no andaba bien en la academia en el momento que Al Haitam dejo el libro a un lado y se acomodaba mejor a su altura, su mano acarició un par de veces la mejilla suave del más bajo dejando ver una sublime sonrisa en su rostro, sonrisa que no fue correspondida por el arquitecto.

-Hay mucho trabajo, me han propuesto investigar el mercado negro de las cápsulas de conocimiento prohibido y he aceptado-

-¿trabajaras con Cyno?-

De solo pensar en ello hizo que su semblante cambiará ligeramente, por diversas diferencias de opinión e ideologías de ambos, la relación entre el general Mahamatra y el escriba se había fracturado bastante, no es que antes fuesen los mejores amigos del mundo, sin embargo en esos tiempos la presencia del otro les parecía insoportable; consecuencia del conflicto interno en el que Sumeru ya se había visto invadido.

-él tiene sus propios problemas, lo mio es un poco más....bueno son cosas directas con los sabios- entonces una expresión que ya conocía en el rubio se hizo presente, su sentido de deducción se estaba activando y también la expresión desaprobatoria en su rostro ya se había apoderado de él  -como sea no es...-

-no lo digas por qué me ire-

Le interrumpió en ese momento levantándose de su sitio, ya se estaba poniendo irritante y eso no le convenía, no quería pelearse con él y menos en ese momento, Kaveh se iría y estaba seguro que a su regreso el Sumeru que dejaría atrás se vería lejano a su regreso.

-nunca me ha gustado hablar de mi trabajo en la casa-

-es porque claramente me estas ocultando algo-

-Kaveh, no eres tonto, también vives aquí, crees que si pasara algo grave ¿ya lo hubieras notado?-

Convincente pero no lo suficiente; pensó por unos segundos el rubio, claro que notaba cosas sin embargo era claro que no le interesaban hasta ese momento cuando se vio involucrado quien amaba. Cuando el contrario no obtuvo respuesta por parte del arquitecto este decidió dejar las cosas de ese tamaño y volio adentro de la casa.

IncomprensibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora