Cuentas Pendientes

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-Nahida, necesito que me pongas a dormir, permite me soñar con él al menos una vez más-

Scaramuche suspiro largo y tendido cuando escucho la petición del escriba, naturalmente Nahida se nego y le explicaba los efectos colaterales de manipular su subconsciente, aunque por supuesto Al Haitam no lo entendía. Wanderer simplemente estaba preparado para detenerle por si una vez mas sentía la necesidad de romper todo a su alrededor.

-Nada va a cambiar si solo te quedas sumergido en ese sueño que tanto amas-

Dijo el chico anemo quedándose a una distancia prudente de la arconte y de Al Haitam quien este ultimo solo se quedo en silencio, escucho como la voz de Nahida se hacia cada vez mas distante y las palabras se volvían incomprensibles ante sus odios, quería soluciones practicas y efectivas al creciente problema en el cual por primera vez en toda su vida no podía encontrar una solución satisfactoria.

Al Haitam había tenido por primera vez desde que tomo el cargo como Gran Sabio el peor de sus días, el festival de la academia estaba a la vuelta de la esquina y específicamente él tenia que ser uno de los comentaristas, en otras circunstancias le hubiera encantado usar sus influencias para mandar a otro en su lugar, pero al ver la lista de los participantes y representantes de cada escuela no pudo evitar ser indiferente y más por el representante de la escuela de tecnología, aunque más que sorpresa una sutil sensación de indiganacion le paso por el cuerpo al no estar enterado de esta inusual participación.

-Kaveh...-

El escriba llego a casa y lo primero que encontró fue al arquitecto en la sala rodeado de un montón de facturas y hojas rayoneadas, estaba tan concentrado en lo que hacia que no se dio cuenta de la presencia del otro, a su parecer el peligris podría apostar sin problema que no salio de casa por estar sumergido en lo que sea que estaba haciendo.

-¿Kaveh hiciste la cena?, ¿preparaste café?, al menos te moviste de ahí un par de veces?-

-no puedo hablar tengo mucho que preparar, la comida ya esta lista sírvete cuando quieras-

Ni siquiera se tomo la molestia de mirarle, constantemente la pluma que estaba en su cabeza era usada con brusquedad sobre el papel, la presencia contraria solo le estresaba más y dramáticamente pensaba que en cualquier momento iba a gritar y salir corriendo.

-Tomate un minuto, necesito hablar contigo-

-¿pasa algo importante en Sumeru o la academia?-

-no-

-entonces puede esperar-

Un evidente suspiro de frustración salio de los labios del más alto mientras se dirigía a la cocina, sorpresivamente todo estaba como siempre y la comida y el café estaban listos para ser consumidos, aunque no le encantaba la idea de comer solo al menos podría tener un momento de relajación mientras degustaba sus alimentos y terminaba de leer su libro,  de ves en cuando su cómodo silencio se veía interrumpido cuando cuando escuchaba las lejanas quejas y reclamos contrarios, aunque las maldiciones eran poco audibles lograba descifrar solo un poco lo que estaba pasando por la cabeza de su pareja, en silencio recogió todo y después volvió donde estaba el arquitecto, esta vez lo encontró semi dormido en el suelo recargado en el sillón evidentemente cansado por todo el ajetreo.

-Esto tiene que ver con tu inscripción a la competencia-

-¿Ya viste el premio? si lo gano mis problemas financieros estarían resueltos y podría tener el dinero suficiente para comenzar otro proyecto-

-¿no crees que estas exagerando?, recientemente recibiste una buena paga de tus últimos proyectos no creo que....-

Kaveh le miro de forma suplicante y no dijo mucho para el buen entendimiento del gran sabio, pues aquel silencio incomodo y su abrupta desesperación solo significaba una cosa.

IncomprensibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora