Perspectiva de Kaveh II

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-Explícame como terminamos en esto....de ser buenos amigos a odiarnos como enemigos, de ser roomies a convertirnos en el amor de la vida del otro-

Kaveh se encontraba tranquilo disfrutando de una calmada tarde de tormenta en casa, su lira era lo único que sonaba mientras tarareaba notas improvisadas, estaba recostado en su cama mirando tranquilo las gotas de roció pegándose en el cristal de su ventana.

Como pocas veces sucedía, cuando le llegaba la inspiración y nadie lo escuchaba y solo Menrhak era testigo de todas esas oleadas de emociones que de repente lo abrumaban de golpe, justo esa tarde en completa calma y soledad puso en perspectiva su situación actual.

Las sombras del pasado todavía se hacían presente y desde que se les volvió a permitir soñar, Kaveh solía tener sueños recurrentes en su mayoría pesadillas protagonizadas por su padre y la forma tan lamentable de perder la vida donde por supuesto seguramente la culpa por haberlo arrastrado a su muerte lo acompañaría hasta su propia tumba.

Una familia rota, recuerdos doloroso sobre lo que alguna vez fue un feliz matrimonio, la llegada a la academia y la presión sobre sus hombros de ser el mejor para llegar a lo mas alto siguiendo sus propios ideales.

-¿En que momento pase a tenerlo todo a nada?, de ser feliz a sentirme triste y con sueño casi todo el tiempo-

Se cuestiono al aire mientras seguía tocando y era acompañado por el golpeteo constante de las gotas estrellarse sobre el vidrio, quizás por eso temía aferrarse a la única persona que lo hacia inmensamente feliz.

a Kaveh y a Al Haitam les paso eso mismo que la ciencia explica todo el tiempo; "polos opuestos se atraen fácil y constantemente", aunque no era regla exclusiva que dentro de los amigos de ambos tuvieran cosas en común, en realidad los amigos mas cercanos de Kaveh todos eran diferentes, de hecho si se ponía a pensarlo todavía más a fondo lo único en común con Al Haitam pudiera ser solo que compartían el mismo elemento de visión.

Eso sin contar por supuesto que incluso ahora siendo pareja les gustaba pasar el rato en el bar de Sumeru y ¿por qué no decirlo? el café era ese dulce pero a la vez amargo intermediario entre ambos el cual era testigo de un sin fin de conversaciones las cuales evolucionaban a discusiones notables de diferencias de opinión.

La lira fue sustituida por una humeante taza de té, en otras circunstancias el vino hubiese sido una mejor opción pero estaba entretenido mirando a la nada poniendo sus pensamientos en orden, el alcohol en sus venas solo haría ponerse emotivo y mucho mas irracional que de costumbre, pues hasta el mismo sabia que sus emociones al desbordarse no eran buenos consejeros.

Quería determinar el momento exacto en el que empezó a ver a su compañero con otros ojos y como su perspectiva hacia el se fue deformando.

-Tiene buenos atributos, buena altura, hermoso color de ojos, sin mencionar su moldeado cuerpo y cambien una voz muy sensual-

Suspiro mientras sentía un ligero cosquilleo en su vientre bajo y apretaba la taza entre sus finos dedos;

-sus labios, sus caricias, esos ricos besos, la forma tan sutil y sublime de reclamarme suyo....-

Imagino cada parte de su piel siendo recorrida pos sus manos, por sus labios, imagino con detalle aquellos jadeos y movimientos precisos de su cadera, el como su voz se hacia una sola con la propia, pero más allá de eso...

-Se preocupa por mi, me cuida todo el tiempo, me mira con absoluto amor y devoción, incluso cuando no estamos solos, se le escapan las miradas que divagan hacia mi, aunque me hago el tonto y finjo que no me doy cuenta, siempre, siempre hay varios momentos en el día en el que nuestros ojos se cruzan-

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