Tiranía

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-¿Tignari?-

-no me mires así, ni siquiera fui herido de gravedad-

Cuando el guardabosques fue atacado por aquel Fatui el semblante de Cyno de estar serio cambio abismalmente a uno completamente de preocupación cuando vio a su pareja sentado con leves destellaos de descarga electro saliendo de su cuerpo.

Apenas lo vio quiso correr a abrazarle sin embargo estando rodeados de mucha gente quiso guardar la compostura sin embargo fue inevitable sonar preocupado cuando lo vio.

-te llevare de regreso a la villa-

-No, puedo volver por mi cuenta, Al Haitam te necesita aquí-

-No estoy de acuerdo, estas herido y posiblemente aturdido-

-Cyno, tranquilo, yo puedo llevarlo hasta allá, Lumine y tu deben seguir con el plan-

Dehya se ofreció a llevar a Tignari de regreso a la villa, Cyno acepto y se despidió de él tomando un camino diferente al del guardabosques. Por mero instinto Tignari volteo a verle dándose cuenta que ya había abandonado el lugar, bajando con sutileza sus orejas en señal de decepción, no sabia que iba a pasar más adelante pero estaba seguro que le hubiese gustado despedirse de la manera correcta de su amado.

-Tu y el gran juez son muy cercanos ¿no es así?-

Tignari permaneció en silencio no queriendo responder esa pregunta, no es que en particular fuese un secreto la relación que tenia con él, sin embargo tampoco era algo que dijera tan abiertamente y menos en las circunstancias en las que se encontraban.

-Solo me preocupa que el plan de Al Haitam sea lo suficientemente arriesgado para ponerlo en peligro-

-De todas las personas que están llevando la operación Cyno es el que menos me preocupa, pero se que en tu caso puede ser diferente-

Las insinuaciones de Dehya terminaron cuando Tignari se ruborizo y termino por decirle a grandes rasgos lo que ocurriría si Cyno no regresaba sano y salvo a casa, lo que provoco una leve risilla en la joven y que la conversación fluyera de manera normal hasta llegar al hogar del guardabosques.

-Ese maldito Al Haitam me vuelvo a preocupar por él-

Era la tercera hoja desperdiciada gracias sus pensamientos tenia que hacer bolita y tirarla en algún punto de su habitación. Kaveh llevaba varios días en Liyue básicamente encerrado en su habitación terminando los planos; por las mañanas y tardes se dedicaba a supervisar la construcción mientras que las noches se las dedicaba a dibujar los planos y correcciones de algunos más. Quería regresar lo antes posible a casa pero no podía irse hasta cerciorarse que todo estuviera perfecto.

Al principio se había visto como cualquier turista en Liyue hiendo y viniendo entre las calles para familiarizarse con la arquitectura y su folklore, incluso cierto día de su visita encontró a un interesante chico cuyo trabajo lúgubre no se parecía en nada a las fascinantes historias que contaba sobre la nacían Geo.

Kaveh quedo maravillado cuando este empezó a recitar historias clásicas de la ciudad y sus orígenes, su narrativa era tan perfecta que incluso fue suficiente para terminar de inspirarse cuando por fin tuvo la oportunidad de visitar la cámara de Jade y saber que la que estaba bajo sus pies no era la original si no una replica exacta de la anterior.

Pero todo el maravilloso aprendizaje se estaba hiendo al drenaje cuando se dio cuenta que en lo único que pensaba era en cierto peligris que después de varias cartas no le había respondido ninguna, incluso en la ultima se atrevió a ser mucho mas romántico para incitarle a escribir, pero todo lo que consiguió fue sentirse incomodo y molesto con sigo mismo por haber sido ignorado de una manera triunfante.

IncomprensibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora