†Capitulo 128† Las voces y los gritos, imploran por el hambre...

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Volver a ver el sol caló sus ojos...,
pues aunque no hubiese pasado tanto tiempo desde que fue infectado, y posteriormente curado.

Su cuerpo se estaba acostumbrando al cambio, las células en el, habían sido restauradas y mejoradas.

Era como un nuevo ser...con los recuerdos de un antiguo guerrero.

~Alguien paso cerca de mi...~.
Columbus se detuvo en seco para detectar la presencia de Bernard Domoon.

Quien lo observava con asombro, pero solo se limitó a asentir con respeto, y se interno en el laboratorio.

Por un momento, el comandante se vió tentado a entrar, pero el gesto de aquel guerrero, lo hizo replantearse mejor las cosas.

-Debo reunirme con mi hermano....-.

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En los muros, pequeños equipos de cuatro soldados, habían sido colocados estratégicamente para que no hubiese brecha alguna en sus disparos.

No tuvieron mucho tiempo para prepararse,...con la desaparición del comandante Columbus, su hermano.

No había podido procesar como hacer las cosas,..lidiando con el estrés y el dolor.

Por lo que desde lo alto, recargaba y disparaba su mosquete,
una y otra vez mientras veía crecer la oleada de muertos.

Sus manos, al igual que las de los demás Luzhianos, temblaban por los nervios y la desesperación.

No importaba a cuántos derribaran,
la turba se encargaba de desaparecer entre sus pisotones a todos los infectados que caían al suelo.

Mientras otros muertos hambrientos, se sumaban al asedio...

-¡¡Esto es imposible!!, No lo vamos a lograr-.
Uno de sus soldados quizo retroceder, pero en cuanto se lanzó como un fantasma sobre las escaleras para haci huir.

Alguien lo detuvo bruscamente....
el soldado había chocado de frente contra el comandante Columbus.

-¡¿Eh?!-.
El soldado se quejo con enojo, pero tan pronto subió la mirada, se dió cuenta del porte imponente de quien lo miraba a los ojos.

-¡Soldado, ¿Acaso hiba usted a por municiones?!-.
Pregunto con un tono superior, perteneciente a su cargo.

-Aah, ¡¡Si mi señor!!...a, ahora mismo voy a por ellas, jajaja-.
Y una vez más, el cobarde intento escapar.

A lo cual, recibió un cachazo y cayo al suelo,..inconsciente y despojado de sus armas.

-¡Comandante Columbus, es un gusto poder verlo de nuevo! Lo hemos hechado de menos señor...creíamos que había muerto, dado que fue el último desaparecido-.
Le dijo un soldado Luzhiano mientras otro de los suyos se encargaba de instruir a los pocos guerreros Chuk-Sao que quedaban.

{-Pones la munición aquí y ya, todo lo demás es cuestión de que apunten hacia la masa apretujada, y seguro que le dan a alguno-}.

~Puedo entender porque fuí el último capturado por la doctora,..no podía arriesgarse a que la descubrieran, después de todo ella ya había logrado crear una cura a la peste...me preguntó si~.
Columbus noto la mirada expectante del soldado, y palpo su hombro para preguntar por su hermano.

-¡Jajajaja, el joven Makarov a hecho un gran trabajo estos últimos días, en serio, nadie pudo haberlo hecho mejor-.
Le indico que lo siguiera, y ambos fueron hasta al frente.

Sendero Primigenio #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora