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Sus ojos se abrieron lentamente y recorrieron aquel lugar, esa no era su casa. No recordaba en qué momento había perdido la conciencia pero sabía perfectamente que alguien había golpeado su cabeza con fuerza tras ver aquel sujeto.

Se sentó en la cama sujetando la parte trasera de su cabeza con una de sus manos, un gruñido salió de entre sus labios, realmente dolía.

La habitación estaba completamente vacía, solo mantenía aquella vieja cama donde se encontraba y el papel que decoraba las paredes estaba roto al igual que el suelo de madera, giró la cabeza para observar por la ventana y todo lo que podía llegar a ver eran árboles.

Pasos se escucharon aproximarse a donde ella se encontraba y la puerta se abrió bruscamente, entrando en la habitación aquella persona que vio antes de desvanecerse. Admitía que aquella máscara le causaba algo de repelús. Detrás de él había otro chico el cual portaba un pasamontañas color negro con una cara triste dibujada en este, simulando su rostro.

— ¿Qué clase de frikis sois? - se atrevió a preguntar Dabria y aunque no lo estaba demostrando por dentro estaba muerta de miedo.

El de máscara blanca se acercó a ella para poder tomarla del cabello; tirando de este causando que un quejido saliera de los labios de la fémina.

— ¿Es ella? - habló el de sudadera amarilla, ignorando por completo lo que ella había dicho.

El de cabellos marrones tiró la cabeza de la chica hacia atrás para poder mirar su rostro, asintió con la cabeza para después soltarla sin ningún tipo de delicadeza.

Una vez que ella no sentía su agarre se levantó de la cama con intenciones de salir corriendo, una mala decisión porque el que portaba chaqueta le proporcionó un golpe en el rostro con la mano abierta.

— Tú no vas a ningún lado, muñeca. - hizo énfasis en la última palabra, a modo de burla.

La tomó del brazo, arrastrandola junto a ellos hacia el piso de abajo donde se encontraba otro chico en el sofá; bebiendo de una lata de cerveza.

Este giró la cabeza para poder mirarles mientras que el chico que la sujetaba la soltó, dándole un empujón para que quedase en el centro de la sala.

Dabria sentía que el aire no llegaba a sus pulmones, no entendía qué estaba pasando y solo imaginaba lo peor que podría llegar a pasarle.

— ¿Habéis hablado con ella?

— No, Toby. - respondió el de máscara y el nombrado anteriormente solo asintió con la cabeza.

Este dejó la lata que estaba bebiendo sobre la pequeña mesa que había frente el mueble donde estaba sentado y se levantó para poder acercarse a sus compañeros, no sin antes tomar una de las hachas que habían apoyadas en el sofá. La chica palideció, abriendo sus ojos a más no poder, causando que una macabra risa saliera de entre los labios de Toby al observar su reacción.

Se acercó a ella, levantando su mentón con la punta de su arma y una sonrisa se formó en su rostro.

— Te preguntarás qué haces aquí, ¿verdad? - ella tan solo fue capaz de murmurar un inaudible ''sí'', clavó un poco de la punta de su hacha en su piel.- No te he escuchado.

— Sí. - pronunció esta vez un poco más alto, un nudo se estaba formando en su garganta, impidiéndole hablar más.

— Nuestro jefe cree que posees alguna habilidad que nosotros necesitamos, ¿no es así, Masky? - el chico que la había traído hasta ahí se acercó a ellos, alejando el arma del rostro de la morena.

— Y la quiere con vida, al menos por ahora.

Y aquella frase fue más que suficiente para que Dabria empezara a hiperventilar, el pánico se estaba apoderando de ella.

''¿Dónde mierda estoy?'' ''¿Por qué yo?'' se repetía mentalmente, trataba de calmarse a sí misma evitando que el sujeto de máscara blanca volviera a golpearla o el armado le proporcionara un golpe que acabara con ella.

— ¿En qué os puedo servir de ayuda? - dijo una vez pudo volver a respirar normalmente.

— Aún no poseemos esa información, solo teníamos la orden de capturarte.

Aquello lo dijo el de pasamontañas y la morena no pudo hacer nada más que asentir con su cabeza.

— Solo tendrás que seguir un par de reglas: escucha, obedece y en ningún momento intentes escapar, si no, de lo contrario. - el del hacha hizo un gesto de cortarse el cuello con esta, la de tez blanca tragó saliva.

— Toby te mostrará el lugar, Hoodie, el operador nos espera. - habló Masky mientras caminaba en dirección a la puerta junto con el otro chico.

Salieron del lugar dejando a la recién llegada con el que más temor le causaba en esos momentos.

— Sígueme.

Sin decir nada ella caminaba detrás de él, le estaba haciendo un recorrido por la casa, la cual no era la gran cosa pero si tenía las necesidades básicas para poder vivir: comida y agua embotellada.

— Las duchas.. agua de botella y toallas. No tenemos agua, te espabilas, lo mismo con la electricidad, no hay. - hizo un movimiento con su cabeza, ladeando esta levemente, después chasqueó la lengua.

Asentía a todo lo que le decía, respecto a la alimentación, la gran parte eran comidas enlatadas, pocas veces se permitían el lujo de comer algo más.

Después de haberle enseñado toda la casa ambos jóvenes se encontraban en la cocina, sentados en las sillas frente a la mesa, uno delante del otro. A petición del que portaba unos goggles en su cabeza ella tenía que comer algo puesto a que cuando volvieran los demás, sería un día duro.

— Gracias. - pronunció ella una vez que el castaño le entregó la lata de garbanzos que estaba abriendo, empezó a comer.

— Y dime, Dabria, ¿cierto?

La ojiverde se atragantó, empezando a toser mientras que se golpeaba el pecho, él simplemente rió.

— Lo sabemos todo de ti, incluso hemos estado en alguna de las presentaciones con tu banda. Nada mal.

***

Masky y Hoodie se encontraban entrando en lo que ellos llamaban hogar encontrándose a su compañero en el sofá nuevamente, sin decir nada señaló los pisos de arriba, dándoles a entender donde se encontraba ella.

El de máscara blanca se dirigió hacia la nueva habitación ocupada, entrando en esta sin permiso alguno encontrándose a la pálida chica dejando caer una toalla que tenía envuelta en el cuerpo al suelo, él simplemente la miraba sin decir palabra alguna. Dabria al darse cuenta de su presencia recogió la toalla rápidamente volviendo a tapar su cuerpo.

— ¡Fuera!  - habló ella elevando un poco el tono de voz, estaba realmente avergonzada en ese momento.

Él se acercaba a ella a paso lento, haciéndola retroceder.

— ¡Vete!

Ignoraba completamente sus palabras acercándose hasta que ella quedó pegada en la pared. La observaba tras aquella máscara, una de sus manos se acercó al rostro de la fémina para acariciarlo, dejándola paralizada, aunque aquel dulce tacto no duró mucho ya que la mano del chico subió al cabello de esta para agarrarlo con fuerza y llevarla hacia la cama, tirándola sobre esta.

Dabria simplemente cerró los ojos, preparándose para lo que iba a sucederle, pero aquello nunca llegó, él se había ido, dejándola completamente sola.

Las lágrimas no tardaron en aparecer, empezando un llanto descontrolado, tapó su boca para no hacer ruido.

No sabía lo que se le venía encima.

MONSTER | MaskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora