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El de ojos marrones la paró tomándola de la muñeca, haciendo que la fémina sintiera un escalofrío por todo su cuerpo.

— Dabria, yo..

Pero el de máscara dejó de hablar y la apartó de un empujón para después sujetarse la cabeza con ambas manos, cayendo de rodillas al suelo causando que un pote de pastillas cayera de los bolsillos de su chaqueta.

La de sudadera negra se acercó a él y tocó su hombro, y cuando él levantó la cabeza para mirarla recordó quién era él y el daño que podía causar, y tan solo con su mirada fue suficiente para saber que estaba en peligro.

''Corre.''

Y sus piernas hicieron caso a sus pensamientos, empezando a correr en dirección a la cabaña a la mayor velocidad que se le era posible, sin mirar atrás, sin parar para tomar una bocanada de aire, no sabía si la estaba siguiendo, pero más le esperaba ser más rápida que él, su vida estaba en juego.

Horas antes Dabria había salido con Masky al bosque, después de la noche anterior, que él abusara sexualmente de ella, la estaba tratando realmente bien. Ella sabía que el chico padecía de cambios bruscos de personalidad, pero no a tal nivel, estaba acojonada.

Sentía como el aire comenzaba a faltar en sus pulmones, escuchaba el crujir de las ramas detrás de ella y quería aumentar la velocidad pero estaba en su máximo esfuerzo.

Masky la tomó de uno de los hombros y la empujó hacia atrás, haciéndola caer al suelo. La mirada de la fémina se posó en los ojos del castaño, no tardó en romper a llorar.

— No lo hagas. - murmuró Dabria entre el llanto.

Él la ignoró por completo y se agachó hasta quedar a su altura, acercó una de sus manos al rostro ajeno y limpió las lágrimas de la ojiverde.

— Lo siento.

Y sin decir más, el de chaqueta amarillenta tomó una de las rocas que había en el suelo y golpeó la cabeza de la chica, haciéndo que quedara inconsciente.

***

Dabria despertó apoyada en un árbol, llevó una de sus manos a su cabeza y al tocar una parte dura y cabellos pegados sabía que se trataba de sangre seca.

Frente a ella estaban los tres chicos con los que había estado conviviendo estos últimos meses, el sol se estaba poniendo y no tardaría en oscurecer. Su mirada recorrió el lugar, fijándose que los árboles eran extremadamente altos.

— ¿Qué hacemos aquí? - escupió Dabria, aunque después de hablar se dedicó a toser.

Ninguno respondió, la cabeza de la chica empezó a doler, sintiendo como si esta fuera a estallar en cualquier momento y aquella hemorragia nasal volvía a estar presente, esta limpió la sangre con la manga de su sudadera.

Sus ojos se posaron sobre la criatura que se estaba acercando a ellos, haciendo que la fémina sintiera un escalofrío y por inercia su cuerpo se tirara hacia atrás, pegando su espalda al árbol.

Un ''hombre'' extremadamente alto y brazos largos, vestido de traje y sin rostro estaba detrás de sus compañeros, los cuales se giraron e hicieron una reverencia.

— Operador. - hablaron los tres al unísono.

La morena al escuchar aquellas palabras parpadeó un par de veces, ¿trabajaban para esa cosa?

''¿Qué cojones es eso?''

De la espalda de aquella criatura salieron varios tentáculos y uno de ellos tomó el cuerpo de Dabria, levantándola del suelo para acercarla a él.

Él pánico estaba presente en ella y se quedó quieta, sin tratar de forcejear. Sentía como él la observaba aún sin tener ojos y sin previo avisó la lanzó al suelo, haciendo que sus costillas se golpearan contra uno de los árboles.

Hoodie se acercó a ella para levantarla, teniéndola sujeta.

— Masky.- la profunda y grave voz de aquel ser resonó por los oídos de la fémina.- Acaba con ella.

Los ojos de la de piel pálida se abrieron a más no poder y miró al chico que la sujetaba para negarle repetidas veces con la cabeza, este solo agachó la cabeza y la empujó hacía adelante, sabiendo que estaba rodeada y no podía escapar ni aunque tratara de hacerlo.

El enmascarado se acercó a ella, sujetando el cuchillo con una de sus manos y se abalanzó sobre la chica haciendo que ambos cayeran al suelo, en un intento de forcejeó el castaño la cortó, su mejilla ardía.

Él era un monstruo y ni ella misma podía responder a su propia pregunta, ¿por qué le quería?

Masky levantó el cuchillo con intenciones de apuñalarla pero de un momento a otro se levantó del cuerpo delgado de la chica y miró a su jefe.

Y volvió a verlo como esta tarde, sujetándose la cabeza y perdiendo el control de sí mismo, y aunque muy a los adentros de Dabria le aterraba la idea de ser asesinada, sabía que era ella o ambos si él seguía evitando hacerlo.

Y con una presión en el pecho y un nudo en su garganta se acercó al de pasamontañas para poder quitarle su arma de fuego, la lanzó frente al de máscara blanca y una sonrisa se formó en su rostro al verlo coger esta entre sus manos.

Iba a recibir a la muerte con los brazos abiertos si él era el encargado de acabar con su vida, dio unos pasos al frente, clavó su mirada en el chico y él en ella.

Cerró los ojos esperando su futuro, y aunque las lágrimas caían por sus mejillas.

Masky la apuntó con el arma y en pocos segundos apretó el gatillo dándole en el pecho, haciendo que ella cayera al suelo, se acercó a ella y nuevamente la apuntó con el arma, dispárandole en el entrecejo.

Dabria había fallecido, muriendo sin arrepentirse de nada y amando a la persona que destrozó su vida, llevándo a la tumba todos sus sentimientos, siendo estos un secreto.

El chico dejó caer el arma al suelo una vez que el operador dejó de controlar su mente, fijándose en el cadáver de la muchacha se agachó para poder tomarla entre sus brazos.

Un grito desgarrador salió de entre sus labios, y ahí es donde él se dio cuenta de que tal vez era más que una simple obsesión, que era más importante que el simple hecho de que le perteneciera, y aunque no la quisiera de aquella manera incondicional que le brindó la contraria, la quería de algún modo y aunque jamás lo hubiera hecho de forma correcta, lo hacía.

El de bozal y pasamontañas observaban aquella escena con pena, por el hecho de haber perdido a una buena compañera, porque Masky estaba destrozado, mostrándose débil por primera vez en años.

Aquella alta figura sin rostro desapareció sin dejar rastro, solo él sabiendo porque decidió acabar con la vida de Dabria, y era muy fácil de entender, era una distracción para una de sus marionetas, y la mejor manera de que solo estuviera centrado en servirle era quitársela de enmedio.

Los tres chicos se dedicaron a enterrar el cuerpo de la chica, dónde pudiera descansar para siempre.

MONSTER | MaskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora