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Había pasado una semana y Dabria trataba de evitar a Masky a todo costo, aunque este terminaba buscándola, aunque fuera para golpearla hasta que estuviera cansado de hacerlo.

Toby tampoco había dicho una palabra de aquello, cosa que ella agradecía, ya que no quería que la sometiera a más burlas.

La chica se encontraba en lo que ellos llamaban baño, mirándose en el reflejo de aquel espejo agrietado, su cuello aún tenía algunas marcas, llevó su mano estas para tocarlas aunque esta se desvió para acariciar el reciente moratón que adornaba su ojo derecho.

''¿Cómo he sido tan imbécil?'' decía para sí misma.

Desde aquella tarde lloraba todas las noches, sentía culpa por haberle sido infiel a su pareja con semejante persona, aunque tampoco sabía si volvería a verle.

Quitó su top, quedando en sosten, su cuerpo era totalmente adorado por los colores azul, verde y morado. Su cabello estaba totalmente desaliñado, sucio, necesitaba lavarlo con urgencia, peinaba con dificultad los mechones de éste, debido a que tenía que hacerlo con sus dedos.

Una vez ''terminó'', tomó una de las botellas de agua que habían ahí para poder mojar una toalla, empezó a lavar las manchas de su rostro y después sus axilas.

Se daba asco, su cara ya no era tan regordeta y ahora sus costillas eran mucho más notorias. No entendía como podía seguir realizando actividad física en esas condiciones.

Un par de golpes se escucharon en la puerta del baño, agradecía que esa era la única habitación con cerrojo de toda la casa.

— Esta noche salimos.

Indicó Hoodie, sus pasos se oían cada vez más lejos, indicando que se había ido. Ella simplemente siguió observándose en el espejo.


***


Una vez cayó el sol, Dabria se preparó rápidamente y bajó a la sala, esperando a los demás, no sabía que le esperaba esta vez así que tomó aire un par de veces, calmandose.

Escuchó pasos bajar por las escaleras, giró su cabeza para mirarles, eran Masky y Hoodie.

— Vamos. - habló secamente el de máscara.

Ella se dispuso a caminar detrás de ellos, lo más pegada que podía al de pasamontañas.

Caminaron por una hora por aquel bosque hasta llegar a un pueblo, la ojiverde suspiró, tampoco sabía donde estaban. Iban directos en una dirección y cuando estaban delante de su destino, frenaron sus pasos.

— Esta vez entrarás con Masky.

Dabria no pudo evitar hacer una mueca de desagrado ante lo dicho, el de sudadera amarilla se encaminó a la parte trasera de la casa.

Masky no tardó en acercarse a las ventanas, comprobando una por una hasta que dio con una abierta, se apoyó y dio un pequeño salto, adentrándose así en la casa, la chica imitó al de más edad , aunque le costó un poco.

Una vez dentro no pudo evitar fijarse que de las escaleras colgaba algo de una soga, era un cuerpo, la azabache cubrió su boca con una mano; sorprendida.

Hoodie se aproximó a ellos, observaba lo mismo.

— ¿Es el chico?

— Creo que sí.

Hablaban en susurro entre ellos dos, el de máscara subió un par de escalones para después asentir con la cabeza.

— Cojamos lo que debemos y larguémonos de aquí.

MONSTER | MaskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora