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Desde aquella noche, Dabria no recordaba gran parte de lo sucedido, para ser exactos no recordaba a las personas que había asesinado aquel día. La sensación de que había olvidado algo importante estaba ahí, cuando era hora de dormir sufría ataques de pánico y con suerte el de máscara blanca estaba allí para ella cuando eso ocurría.

Otra noche donde él dormía junto a ella y parecía hacerse una costumbre que no le desagradaba.

Masky observaba a la pálida chica durmiendo plácidamente junto a él, sin saber cómo podía estar así, tan tranquila con alguien como él. Cuidadosamente acercó su mano a los cabellos azabaches de la fémina; acariciando estos y apartando algunos mechones de su rostro.

Le parecía hermosa, como una flor la cual poco a poco se fue marchitando hasta acabar destrozada, sabiendo que ella terminaría así tarde o temprano.

Se levantó de la cama para poder ponerse su ropa nuevamente y salir del lugar, sabía que tenía que ir junto al operador y no le gustaba la idea de dejarla sola, pero tenía que ser así.

Pasadas las horas Dabria despertó y buscó con la mirada al de cabellos marrones, pero no había rastro de él. La casa estaba en total silencio y no pudo pensar otra cosa que habían ido a por provisiones, buscó algo para desayunar y se sentó en la habitual silla de la esquina para poder empezar a comer y después fumar, como ya era de costumbre.

***

La chica estaba realmente preocupada, tres días después y no había rastro del enmascarado y cada vez que trataba de preguntarle a su compañero la ignoraba o evitaba el tema.

Sabiendo que Hoodie se había largado solo le quedaba la opción de tratar de hacer hablar al único que quedaba en esa casa con ella, Toby.

Se dirigió a paso rápido hacia el salón, y como muchas veces él estaba sentado en el sofá con una cerveza en la mano.

— Toby. - este gruñó al escucharla y se levantó del lugar, dejando la lata vacía en el suelo después de aplastarla.

— Hoodie ya me avisó, así que no, Dabria.

— ¡Hace días que no aparece por aquí! Y no finjas que todo está bien, o me ignores, porque no me iré de aquí sin una respuesta.

— No tiene porque mierda importarte. - escupió Toby causando que el entrecejo de la morena se frunciera.

— Lo hace porque él está involucrado, así que déjate de tonterías y dime qué está pasando. 

Y aquella simple contestación fue más que suficiente para que el chico se acercara a paso rápido hacia ella, tomándola del cuello para presionarla contra la pared, ahorcándola con fuerza.

— Si quieres seguir con vida te recomiendo que cierres la boca de una vez por todas y no te metas en nuestros asuntos.

Y después de decirle aquello la soltó bruscamente, haciendo que ella tomara una gran bocanada de aire, tratando de recuperar el aliento.

— Y Dabria, él no te quiere, no le importas, supera todo esto de una vez.  - los puños de la chica se apretaron con fuerza al escucharlo y él al verlo no pudo hacer otra cosa que no fuera reír, ladeo la cabeza teniendo uno de sus característicos tics, quitó sus goggles para dejarlos reposando en su cabeza como si de una diadema se trataran. - ¿De verdad creías que lo hacía? Eres patética.

Se acercó al rostro de la fémina, quedando a centímetros de este y sonrió ladinamente.

— Lo mejor de todo, es que jamás lo hará.

El chico posicionó una de sus manos en la nuca ajena, aún mantenía el contacto visual.

— Como te dije, Masky no es una persona en la que puedas confiar y como eres estúpida, ya te tiene comiendo de su mano, jugando contigo a su antojo.

Dabria cerró los ojos, tratando de controlarse, de no dejar que la ira pudiera con ella o que las lágrimas traicioneras cayeran por sus mejillas.

— Lamentable, ¿no es así? - se acercó un poco más a ella hasta rozar ambas narices y susurrar.- Solo dejate llevar.

Los labios del chico se posaron en los de la chica para empezar un feroz beso, y aunque ella tardó en reaccionar cuando sintió una mordida en su labio inferior, correspondió.

''Tal vez sea lo mejor.''

Cuando el chico se cansó de los besos no tardó en separarse para quitarse la sudadera junto la camisa negra que portaba debajo y no dudó en deshacerse de las prendas que llevaba la morena, dejándola solo en ropa interior.

Sus manos recorrían el cuerpo de la más baja, acariciando cada detalle de este y aunque en la mente de Dabria no había otra persona que fuera Masky, estaba realmente excitada en esos momentos.

Las manos del chico bajaron con delicadeza las bragas de la chica hasta que tocaron el suelo y luego se dispuso a desabrocharle el sujetador para dejarlo caer de igual modo, ella desabrochó el pantalón del de goggles y con ayuda de este lo bajó un poco junto con su ropa interior. Toby la tomó de las caderas, levantándola y haciendo que ella envolviera sus piernas en la cintura del chico, alineó su miembro en la entrada de la fémina para después entrar de una estocada.

Los minutos pasaban volando entre aquel arrebato de pasión que estaban compartiendo ambos jóvenes.
Pero al fin y al cabo solo eran dos almas desoladas buscando una muestra de afecto.

Dabria sujetaba bien sus manos en los hombros del chico, clavando de vez en cuando sus uñas en estos cada vez que las embestidas pasaban a ser más bruscas que antes. Sentían como los dos iban a llegar al clímax pero una vez que ella llegó a su orgasmo, él salió de su interior para correrse fuera.

***

La morena estaba intentando conciliar el sueño pero golpes en la sala le impedían el quedarse dormida, reconoció rápidamente una de las voces; Masky.

Pero el de pasamontañas había pasado por su habitación para avisarle que no saliera del lugar.

Su mirada estaba puesta en el techo pero el sonido de la puerta abriéndose con rabia y cerrándose de igual modo, provocando un gran estruendo la hizo sobresaltar del lugar.

El de máscara se acercó a paso acelerado hacia ella sin darle tiempo a levantarse de la cama.

— Has olvidado a quién perteneces, ¿no es así?

La morena tragó saliva, posó su mirada sobre él.

Masky se acercó a ella para tomarla bruscamente de sus caderas y darle la vuelta, bajó sus pantalones junto con su ropa interior, escuchó la cremallera de su pantalón bajarse y una mano del chico se posicionó en la cabeza de la chica para hundirla en la cama.

— No.. - un casi inaudible susurro salió de entre los labios de Dabria.

El de máscara simplemente lo ignoró y entró en ella, haciendo que esa noche se volviera una completa pesadilla para la chica.

MONSTER | MaskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora