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Al día siguiente de los sucesos, el rostro de Dabria estaba hinchado más que varios hematomas adornaban su rostro y la sangre seca que cayó por su labio y seguramente nariz se había quedado pegada en su piel.

Hacía tiempo que Masky no la golpeaba de aquella manera, dejó salir un largo suspiro de entre sus labios y a mala gana se levantó de la cama para salir de la habitación y dirigirse al baño para poder limpiar un poco su cara.

Camino a su destinó se cruzó con Toby y pudo observar como su piel estaba adornada de colores azulados, morados e incluso negros alrededor de uno de sus ojos, la mirada de este se posó en ella y soltó una sonora carcajada.

— Veo que no fui el único, pero a diferencia de mí, has quedado muchísimo peor.

La fémina optó por darle una mala mirada y seguir con su camino.

Una vez en el baño tomó uno de los trapos viejos y una botella de agua casi vacía que había por ahí, mojó la tela y empezó a tallar su piel hasta que la sangre se había esfumado de esta.

No tenía hambre pero de igual modo se dirigió a la cocina para poder fumarse un cigarro.

Estaba de pie junto a la ventana, el humo salía de entre sus labios y su mirada estaba perdida, centrada en un punto fijo entre los árboles del bosque. Varios pasos se aproximaban hacia la cocina, entrando en la habitación los tres muchachos acompañados por otra persona.

— Dabria. - la serena voz de Hoodie sonó por todo el lugar y la chica giró la cabeza para observarles, mantenía el cigarro entre sus labios dándole otra calada, la mirada esta se posó en la cuarta persona.

— Así que ella es Dabria. - una voz femenina se escuchaba tras aquella máscara blanca manchada de negro.

'' Sin duda es más terrorífica que estos tres." pensó.

— Aunque me la esperaba menos.. - calló por unos segundos antes de soltar una macabra risa.- destrozada.

La chica de sudadera blanca (si es que podía decirse que era de ese color con lo manchada que estaba) se acercó a la de tez pálida para poder clavar sus ojos en ella, analizando su rostro.

Dabria sintió un escalofrío recordarle todo el cuerpo, se tensó.

— Kate, Kate The Chaser, esa soy yo. - le extendió la mano a la contraria y la azabache la tomó algo temerosa, dándole un apretón de manos. - El operador quiere que estés unos días con su mano derecha, sin ofender. - la nueva dio una mirada rápida hacia los contrarios antes de volver a mirar a la chica. - Así que coge lo que vayas a necesitar y vamonos, tenemos mucho trabajo.

— Sinceramente, no tengo nada, esto es lo último que me queda. - la voz de Dabria salió ronca, levantó su mano mostrándole el paquete de tabaco, apagó la colilla del cigarro que se estaba fumando.- Vámonos.

Kate se dio la vuelta caminando hacia la salida y la fémina caminó tras ella, pasando junto a Masky para chocar su hombro con el suyo.

Si esta era su oportunidad para perderlo de vista, se iría encantada.

***

Pasaron un par de días y al parecer de Dabria las cosas con Kate eran muchísimo más simples que con los tres chicos, no habían malos tratos por su parte pero sí padecía de uns cambios de humor bruscos.
Su trabajo con ella se basaba en vigilar la zona y eliminar a cualquier persona, sean adolescentes de acampada o senderistas que cruzaban la línea a su territorio.

Aunque a sus adentros sentía una presión en el pecho y la necesidad de querer estar con el de máscara blanca y se odiaba por eso mismo, preguntándose a sí misma que es lo que estaba mal con ella.

— ¿Sabes cuándo volveré a la cabaña? - Kate se giró para poder observar a la de ojos verdes.- No me mal entiendas, pero dormir en una roca es una mierda.

Una risa se escapó de entre los labios de la de sudadera blanca.

— Hablaré con el operador, pero en un par de días estarás allí de nuevo, es lo más seguro. - tomó la máscara entre sus manos para ponersela nuevamente y levantarse del lugar para largarse, seguramente con su jefe.

El estilo de vida de Kate era complejo, dormir en una cueva y comer comida robada de excursionistas no era la mejor opción, no tenía ni donde ducharse, pero quitando aquello, le gustaba su compañía, por terrorifica que fuera y sin duda, Dabria había aprendido de ella.

***

El cuchillo de la azabache atravesaba el pecho de aquella adolescente ya tirada en el suelo, haciendo que su propia sangre manchara sus cabellos rubios.
La de máscara blanca acababa de aplastar con una piedra el cráneo de lo que seguramente era su pareja.

Sin percatarse de ello en el rostro de Dabria estaba plasmada una amplia sonrisa mientras que cometía en aquella atrocidad y sus pupilas dilatadas debido a la adrenalina que su cuerpo estaba experimentando.

— Creo que ya está muerta. - una voz masculina seguido de una ronca risa se escucharon detrás de la chica, la cual reconoció rápidamente; Masky.

Se giró para poder observarlo y se levantó de encima de la muchacha fallecida, se acercó a paso lento hacía ella mientras que quitaba uno de sus guantes. Una vez frente a frente, el chico acarició la mejilla de la contraria, quitando los restos de sangre que habían en esta.

— Kate, ya puedo llevármela, ¿no es así?

La de tez blanca escuchó como su compañera le respondía con un simple sí, una respuesta que hizo que el de cabellos marrones sonriera ladinamente tras la máscara. Tomó el brazo de Dabria y sin darle tiempo de despedirse de la chica de sudadera blanca, la arrastró con él.

El silencio era incómodo y eso estaba comenzando a estresar a la fémina, la cual jugaba con la punta de su cuchillo dentro del bolsillo de su sudadera.

— Veo que estás recuperada.- espetó Masky con burla haciéndole entender a la chica a la primera a que se refería, la mandíbula de la pelinegra se tensó ante sus palabras, él se dio cuenta de eso. - Para ser sincero, te veías mucho mejor antes, adornada debido a mi.

Y se calló para seguir caminando, Dabria no pudo evitar apretar con fuerza el filo del cuchillo, causándole una herida en la palma de su mano.

No entendía cómo podía atraerle ese sujeto.

MONSTER | MaskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora