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Las semanas pasaban rápidamente y Dabria no dejaba de darle vueltas a las palabras de Toby, pero prefería no hablar o preguntar respecto a lo que había dicho, así que no le quedaba otra que dejarlo pasar.

Se encontraba junto con Hoodie en el bosque, ya era hora de que le enseñaran a colocar las notas del operador, así las llamaban, tuvo suerte de que los restantes estaban colgando la otra mitad de estas por ahí. El lugar era alumbrado gracias a la luna llena que había esa noche, aunque el de pasamontañas también portaba una linterna porque sabía lo patosa que podía llegar a ser la contraria.

— ¿Y para qué sirve esto? - preguntó la azabache mientras que observaba con detenimiento una de las notas.- ''always watches no eyes.''

— Mientras menos preguntes, mejor. 

La fémina simplemente se limitó a asentir con la cabeza ante la respuesta del encapuchado y se dispuso a colgar la nota donde le indicaba el chico.

— ¿Puedo fumar?

Escuchó como el de sudadera amarilla murmuraba un par de cosas para sí mismo  para después golpear la cabeza de la chica; dándole una colleja.

— Primero el trabajo.

Dabria gruñó para seguir colgando aquellos tétricos papeles en cada árbol que le marcaba su acompañante,  algo alejados uno del otro.

Ella odiaba caminar por esos lugares a aquellas horas, pero ahora eso era parte de su trabajo y al menos, junto aquellos chicos se sentía más segura. 

Con la poca luz que alumbraba aquella linterna pudo divisar a lo lejos la chaqueta amarilla de Masky, y a un par de pasos detrás de este al que portaba bozal. La de ojos verdes ya estaba por colocar un cigarro entre sus labios cuando escuchó el crujido de las ramas a su derecha, aunque procedió a ignorarlo pensando que era un animal salvaje, encendió el cigarro para darle una calada profunda.

Volvió a escuchar el sonido de las ramas crujir y el sonido de una respiración bastante alta y molesta al parecer de la fémina alteró  al de pasamontañas el cual se giró un poco para poder enfocar con la linterna.

''¿Qué cojones es eso?''

Los pasos de ambos frenaron en seco al ver aquella criatura, el de sudadera amarilla puso un brazo en frente de la chica, su otra mano le hizo un gesto de silencio.

— ¡Correr!  - gritó Hoodie avisando a los restantes agarrando a la más baja de la muñeca para girarse y empezar a correr, arrastrandola con él.

Toby no lo dudó dos veces antes de lanzar una de sus hachas contra aquel ser; dándole de pleno en la espalda, Masky corría junto con los demás seguido del de goggles no sin antes correr cerca de lo que los tres varones nombraban como The Rake y tomar su hacha para salir disparado junto los restantes sabiendo que el golpe había debilitado a la bestia, al menos el tiempo justo para poder escapar.

Hoodie no soltaba en ningún momento su agarre en la fémina, evitando soltarla a toda costa. Dejaron de correr al estar en el interior de la cabaña donde ellos habitaban, y ahí fue donde él la soltó, Dabria cayó rendida al suelo, respirando agitadamente.

— ¡¿Qué mierda era eso?! - exclamó ella alterada, aunque el pánico también estaba presente en sus palabras.

— The Rake. - contestó Toby mientras que se dirigía a la cocina a buscar un pañuelo para poder limpiar su arma.

— ¿Esa cosa es The Rake?

Hoodie hizo un sonido de afirmación, respondiendo a su pregunta.

— Me lo esperaba menos... - se quedó callada por unos segundos, pensando en sus palabras.- horrible, terrorífico, lo que sea.

Las palabras de Dabria ocasionaron que Toby soltara una carcajada, ganándose una mala mirada por parte del de máscara blanca, la cual ignoró para seguir limpiando su arma.  Una sonrisa se formó en el rostro de la chica al ver tal escena, a veces sentía que eran veinteañeros normales y corrientes en ocasiones así, haciéndole olvidar su situación, aunque esta se esfumó rápidamente al sentir la mirada de Masky.

— Con vuestro permiso, me iré a mi habitación. - habló la de ojos verdes levantándose del suelo. 

— Una mierda, vamos a beber algo.

Habló Toby dejando sus armas en el suelo para después retirar los goggles y bozal de su rostro.

Se acercó a la chica para tomarla del brazo y llevarla junto a él a la cocina, y aunque ella no se había dado cuenta el chico había guiñado un ojo y  esbozado una sonrisa con burla al enmascarado, haciendo que los puños de este se cerraran, apretando estos con rabia.

Dabria tomó asiento sobre la encimera después de haber encendido un par de velas para que alumbraran el lugar mientras que el de sudadera marrón sacaba dos latas de cerveza de uno de los armarios, le entregó una a la fémina la cual aceptó con una sonrisa en el rostro. Abrió la lata para darle un gran sorbo, ocasionando que  jadeara debido al gusto de no haber bebido en meses.

— Brindemos.

La cara de la chica mostró confusión, lo miró alzando una ceja.

— ¿Por qué?

— Te estás convirtiendo en una de nosotros, por una nueva proxy.

Toby alzó su lata y la contraria imitó el gesto para después chocar suavemente ambas latas y beber de estas, sin saber que alguien les estaba observando desde la puerta.

***

Pasadas las horas la morena se encontraba en su habitación, pues, tal vez había bebido cervezas demás con Toby, pero a su parecer en todo el tiempo que llevaba ahí se sentía humana nuevamente y el chico le había dado charla durante ese rato, suficiente para que ella se sintiera cómoda.

Estaba recogiendo un poco el lugar donde se hospedaba, pues no tenía mucha ropa pero sí la suficiente como para dejarla tirada por ahí.

El sonido de la puerta abriéndose con agresividad ocasionó que la fémina se sobresaltara y posara su mirada hacía allí.

— ¿Qué haces aquí?

Preguntó Dabria, pero Masky no respondió y simplemente se acercó a ella a paso rápido y golpeó su rostro con el puño cerrado haciendo que ella cayera al suelo, se subió sobre esta para golpear un par de veces más el rostro de la chica la cual intentaba forcejear para quitárselo de encima mientras gritaba.

Su labio estaba partido y si seguía así iba a romperle algo, pero de un momento a otro el enmascarado paró y agarró el cabello azabache de la fémina con fuerza para levantar un poco su cabeza, ella clavó su mirada en él como él en ella.

— Eres mía, Dabria.

Masky escupió aquellas palabras antes de soltarla bruscamente haciendo que la cabeza de la chica se golpeara contra el suelo y se levantó para poder salir de ahí, dejándola estática.

MONSTER | MaskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora