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Los días pasaban y el estado de Dabria apestaba, no podía ducharse (si es que se podía llamarse así) muy seguido y la comida no era gran cosa, pero podía agradecer que no la dejaban desnutrirse, pero sí pesaba menos. El horario de sueño era un asco, con suerte dormía cinco horas diarias.

Realizaba muchísima actividad física que normalmente era supervisada por Toby, aunque prefería cuando era el turno del de pasamontañas, siempre que Masky o el de las hachas lo hacían recibía algún golpe, sobre todo en el cuerpo a cuerpo. Ya que si no sabía defenderse, ¿qué coño hacía con ellos? palabras dictadas por el de máscara.

Su rostro y cuerpo eran adornados por algún que otro moratón, unos más recientes que otros, de diferentes colores y tamaños.

A veces se preguntaba cómo estarían sus amigos o Luke, realmente los echaba en falta, extrañaba su vida.

La de cabello azabache estaba sentada en el sofá, sujetando una bolsa con hielo en su pómulo izquierdo, cerró los ojos llevando su cabeza hacia atrás, estaba cansada pero si quería seguir con vida no le quedaba otra que aguantar. Sus ojos se abrieron al sentir que un objeto caía en su regazo, bajó la mirada viendo un paquete de tabaco y giró la cabeza para observar quien se lo daba; Hoodie.

Una amplia sonrisa se formó en sus labios aunque seguidamente esta se transformó en una mueca debido al dolor del golpe. Esta vez él le lanzó el mechero haciendo que ella lo tomara en el aire.

— Gracias.

El contrario simplemente se encogió de hombros y siguió su camino hacia la cocina y ella se levantó del sofá; siguiendo al chico.

Mientras que el de sudadera amarilla recogía un poco el desastre que estaba hecho en el lugar, Dabria se acercó a la ventana, abriendo esta.

Sacó un cigarro del paquete y lo puso entre sus labios, encendió este y dio una primera calada por días, el mono estaba acabando con ella, esto le sentaba tan bien.

Hoodie giró la cabeza en dirección a la chica, la observaba sin decir nada mientras que hacía sus cosas.

A la de ojos verdes le gustaba su compañía, pues era el único que ''tenía tacto'' con ella, aunque todavía desconocía como se veía tras aquel pasamontañas, lo mismo con Masky.

Nunca comían con ella o realizaban alguna actividad que permitiera ver sus rostros. Y aunque se estuviera acostumbrando, la curiosidad podía con ella.

Toby, sí, él se quitaba aquella especie de bozal y goggles siempre que estaba por casa, y al parecer de la fémina no era feo, todo lo contrario, incluso aquella herida en el rostro lo hacía ver más atractivo , pero su personalidad lo arruinaba todo.

— Esta noche vendrás con nosotros. - habló Hoodie, la chica lo miró no sin antes tirar la ceniza por la ventana para después seguir fumando.

— Da igual que pregunte a dónde porque no vas a responderme, ¿verdad?

El de género másculino simplemente asintió con la cabeza y se dirigió a la puerta una vez había terminado con lo que estaba haciendo.

— Tienes ropa nueva, está encima de la cama. - dijo antes de irse.


Dabria no pudo evitar sonreír levemente y siguió fumando con tranquilidad, aunque tan pronto como terminara el que tenía entre los dedos iría a por el segundo. Después de tanto estrés era lo que necesitaba.


***


Una vez cayó el sol, la chica cambió su ropa a la que el de sudadera amarilla le había traído, consistía en unos pantalones militar oversized y un top negro, tambíen le había conseguido una sudadera del mismo color que el top, cosa que agradecía ya que las noches eran bastante frías y aquella simple sabana no servía para abrigarla.

MONSTER | MaskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora