Hija del Sol || Bnha

58. El Titiritero, el Dragón, y la Pesadilla

Capítulo dedicado a yleina2000!

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58. El Titiritero, el Dragón, y la Pesadilla

Tantos años atras, casi una década y media, se podría decir que allí inicio todo realmente... El momento dónde pudo sospechar que, finalmente, las vastas profecías que habían surgido por los años, profecías de una nueva guerra que haría temblar la tierra y los cielos, finalmente se cumplirían.

No era nadie, no tenía deseos, no tenía sentimientos... Pero cuando estuvo frente a esa cuna, encontrándose cara a cara con otra de los miles candidatos a elegidos, allí se permitió pensar nuevamente que tal vez se acercaba el momento, el momento dónde su única meta sería cumplida.

A lo largo de los tiempos, lo intento con adultos, con adolescentes, y con niños, todos semidioses... Pocos sobrevivían al inicio, ninguno sobrevivió al final.

Hasta el semidios más fuerte moría al final.

Los adultos con suerte vivían media década, los adolescentes apenas sobrevivían trás la década, pero los niños... Aunque la taza de mortalidad inicial fuera mucho mayor, los sobrevivientes vivían más. Sus cuerpos luchaban por adaptarse, sangre divina luchaba contra el veneno sagrado que había creado y perfeccionado con los siglos, se fortalecían y algunos pocos llegaron a tocar la tercera década.

Entre más jóvenes, los sobrevivientes llegaban más lejos. Más cerca a la divinidad— al menos todo lo que sus frágiles cuerpos mortales lo permitían.

Tal vez esa niña sería de esos pocos, así pensó en ese momento, qué fuera ella? No, no pasó por su mente en ese entonces.

Apenas y se había enterado de la existencia de aquella niña, sólo la había descubierto al seguir al dios solar que descendía a la tierra.

Nunca pudo sentirla, jamás pudo sentir la sangre divina en ella, por qué?

...Bueno, no le importó en ese momento, ya estaba allí, la tenía al alcance de sus manos.

No fue hasta que la aguja se inserto en su piel y el falso elixir se mezcló con su sangre, cuando sus ojos brillaron cuál oro divino, y su cuerpo empezó a temblar, reaccionando de inmediato a la corrupción que ahora corría por sus venas.

Tembló, y tembló, igual que todos. Cada músculo, cada gota de sangre, cada célula, todos agonizando por la batalla entre sus naturalesas: su patética humanidad y su divinidad— salvaje, imparable, mejor—, chocando en un duelo para encontrar su nuevo balance.

Por un momento, pareció que ella sería uno más de quienes no sobrevivieron... Un terrible precio a pagar, pero un sacrificio necesario, todo para encontrar al indicado.

Pero, no murió.

Y no fué hasta que ella sobrevivió, sobrevivió aún cuando lo que encubría su presencia se rompió, sobrevivió aún cuando su madre no lo hizo... Cuándo la Afrodita se fijó en ella, cuándo la Hera la describió y exigió al Olimpo tirarla al Tártaros.

Crueldad, avaricia, miedo... De los mismísimos dioses.

Saboreó esos sentimientos como sí fueran el más fino de los vinos, el más divino de los elixires... Era una señal.

Sí vivía, esa niña no iba a sobrevivir solamente, ella sería quién había estado esperando... Si, tal vez ella finalmente sería la indicada, tal vez sería ella quien—