20. Fuego Dorado

204 31 4
                                    

20. Fuego Dorado

"Esa niña es un problema, una molestia como su padre y protectora... Quería matarla de forma rápida pero, increíblemente, Ares se negó a ir a asesinarla por mi, aparentemente unos de sus hijos se encariñaron con ella o quien sabe que tontería, vaya dios de la guerra!" Entre quejas, la diosa frunció el seño con molestia, "Así que tendrá que ser de la manera antigua..."

"Que tiene en mente, mi reina?"

La diosa sonrió, "Ya lo dijo esa semidiosa, no? Lo que pasó con el tío Heracles... Pues, sí el tío Heracles es tan genial, porque no darle la oportunidad a la pequeña de ver sí puede ser como el?"

Muchos semidioses habían perecido ante la furia de Hera... Helisto Kasuka no sería una excepción, aún sí no moría a la primera, ya tenía al peón perfecto para acabarla de ser necesario.

. . .

Después del festival, les dieron un par de días libres de clases y como Helisto no estaba tan herida, decidió ponerse a entrenar.

"Voy a trabajar, no quemes la casa o el bosque mientras no estoy!" Animada cómo siempre, Aneko se preparó para irse al trabajo después de acabar de desayunar, "Sí llegó tarde, hay comida en el refrigerador o, yo que sé, cosina algo!"

"Si, ya, se te va hacer tarde!"

"...Y no te mates entrenando, peque!" Le sacó la lengua juguetona y cerró la puerta de su hogar.

Helisto negó con diversión, terminando poco después de lavar los trastes y llendo a cambiarse para salir a entrenar.

Vaya sorpresa que se llevó al ver un libro en su cama, escrito en Griego, lo revisó con curiosidad. Era un libro lleno de información sobre casi todo tipo de armas, exepto de las armas de fuego modernas.

Armas como la gladius, macuahuitil, Chakram, o la espada dandpatta; bastante información sobre cada arma listada estaba escrita ahí.

...Pero quien podría haberle dejado eso? Especialmente teniendo en cuenta de que estaba en Griego, no japonés.

Su tía quedaba descartada, su padre se lo hubiera dado directamente o lo hubiera dejado con alguna presentación vistosa, Artemisa solo le dió importancia a su dominio del arco y algunas otras armas usadas en la caza, Afrodita y Eros definitivamente no, y no era tan cercana con otros dioses.

Aún así, no rechazo el extraño regalo, de echó le venía de maravilla, tenía pensado practicar lo que podía formar con su Quirk.

Si... No quería repetir el penoso pico del festival, que se suponía iba a ser una espada gladius.

Se había dado cuenta bastante tarde de que podía 'crear' cosas con la sustancia producida por su Quirk, así que no la tenía del todo dominada...

Era difícil darle una forma y consistencia exacta a varias cosas, por eso quería entrenarla.

. . .

"Ay..." Se sentó, recargando su espalda contra un árbol, con una armeria entera tirada a su alrededor, "...Hace mucho que esto no me pasaba!"

Había descubierto algo interesante... Sí sacaba muchas cosas, su piel se irritaba, como sí se hubiera quemado ligeramente.

Estaba frustrada, había estado intentando por horas y no había podido mejorar de forma significante, apenas y estaba mejorando su creación de las armas más grandes y simples.

Podía hacer armas pequeñas y simples bastante bien pero en cuanto incrementaban el tamaño y la complejidad, menos se parecía al arma que quería formar.

Hija del Sol || BnhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora