Capítulo 13

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Pasaron cinco minutos antes de que Nikolai se atreviera a decir algo. Pero finalmente, luego de miradas asesinas poco sutiles de parte de Ágatha y Fyodor, se acercó a Sigma. Él tragó saliva y se hizo el idiota. Miró a Dazai y Chuuya, que caminaban tras él.

Ellos levantaron el pulgar. Muy útil, muchas gracias.

-Y, bueno... -Empezó el albino- ¿Qué tal de tu vida?

-Bien -Contestó Sigma-. ¿Y de la tuya?

-Pues, ya no tengo náuseas y regresé a tierra firme, así que... Sí, supongo que todo está bien.

-Me alegra.

-Y a mi.

Se miraron de reojo. Sigma giró la cabeza para ocultar una sonrisita, y Nikolai se rascó el cuello con nervios.

-O-oye -Llamó el ucraniano-. Sabes, si no soy el amor de tu vida, podrías confundirme con él.

Las mejillas de ambos se encendieron de un brillante color rojizo.

-Pues, yo sólo digo -Agregó.

-Gogol -Dijo Sigma-, los piropos de Ágatha son terribles.

-...Lo sé.

-¡Hey! -Protestó Ágatha.

Los cinco amigos se rieron. Fyodor se detuvo.

-Ya está bien se caminar. Hemos llegado -Anunció.

La casa vacacional Dostoyevski tenía un estilo inglés (a pesar de ser ruso), contaba con tres plantas y un porche. Habían unas esculturas de gárgolas en los costados.

-Wao -Susurró Sigma-, qué genial.

-Es algo pequeña, pero cabemos todos.

-¿Pequeña? -Dazai lo miró sin creer- ¡Fyodor, es una casa de tres pisos! ¿Cómo vas a decir que es pequeña?

El ruso se encogió de hombros.

-La casa que tenemos en Rusia es el triple de grande. Pero supongo que esto les parecerá acogedor.

Entraron al lugar y se organizaron. En la primera planta había una sola habitación, que compartieron Ágatha y Fyodor. Además, también estaba la cocina, un pequeño bar y la sala de estar, que tenía un televisor grande y sillones suficientes para que todos se sentaran.

En el segundo piso habían dos habitaciones. En una se acomodó Sigma, y la otra tuvo de inquilinos a Dazai y Chuuya. En el tercer piso, Nikolai tuvo un cuarto para él solito.

La casa también tenía un balcón desde el que se podía ver el mar.

-¿Ya todos se organizaron? -Preguntó Fyodor desde el primer piso.

-¡Yo ya estoy! -Contestó Sigma desde su habitación.

-¡Chuuya y yo igual!

-¿Y tú, Nikoniko?

-¡Listo calisto! -Contestó el ucraniano.

Todos se reunieron en la sala, con Chuuya sin dejar de admirar la arquitectura de la casa. Iban a ir a pasar un rato en el mar, así que ya tenían puestos sus trajes de baño bajo la ropa.

La pasaron muy bien en general. Ágatha y Fyodor fueron un momento a la tienda y compraron cervezas. Chuuya y Sigma no mandaron demasiado, no eran fans del agua, pero se quedaron en la orilla haciendo castillos de arena y esas cosas.

Dazai y Nikolai eran los mejores nadando. En una ocasión, Chuuya tuvo que meterse al agua para sacar a Dazai de fondo y evitar que se ahogara, lo normal. Cosas de ser el novio de un suicida.

Conquistando a SigmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora