Caminaron lentamente hasta llegar al camión ambulante de helados de la otra vez. No tenían ninguna prisa; Dazai, Fyodor y Chuuya ya se habían arreglado, todo regresaba a la normalidad de nuevo. Por fin podrían tomarse el tiempo de hablar tranquilamente sobre sus sentimientos y lo que harían a partir de ahora.
—¿Helado de chocolate y galletas? —Preguntó Gogol con una sonrisa burlona.
—¿Helado de chicle y pistacho? —Respondió Sigma con el mismo tono.
El vendedor algo sabía, pues les guiñó el ojo al entregarles los helados, más no dijo nada.
Mientras comían, caminaron hasta el muelle y se recostaron en la baranda. Sigma estaba perdido en sus pensamientos mirando al suelo. ¿Qué, exactamente, iba a decir?
¿"Creo que me gustas, pero no estoy seguro de si quiero salir contigo porque tenemos una amistad bien bonita y si algo sale mal no quiero perderte, porque nunca he tenido una relación sentimental en mi vida"?
Podría sonar deprimente. Si fuera Gogol, definitivamente se deprimiría.
—¿Intentas determinar si hay fósiles de dinosaurios bajo la tierra? —Preguntó Nikolai, interrumpiendo sus pensamientos.
—¿Ah?
Nikolai sonrió y le limpió un pedazo de helado de la mejilla.
—¿Vamos a hablar, o nos limitaremos a comer el helado?
Adoraba que supiera tanto ser directo como dar rodeos, amaba esa sonrisa juguetona que le dedicaba cada vez que se miraran, que supiera de sus gustos y disgustos, aunque a veces le diera miedo que pareciera haberlo investigado.
¿Por qué diablos Nikolai tenía que ser tan lindo?
Le dio un codazo.
—Puedes empezar tú. Todavía necesito organizar mi cerebro un momento.
El albino se rascó el cuello y miró el suelo.
—No tengo demasiado qué decir. A ti te gusta que sea sincero, ¿no? Pues, siendo sincero, Sig-chan me gusta mucho, cuando está contento y cuando está enojado. No sé cómo lo haces para verte hermoso todo el tiempo.
Sigma se sonrojó, pero no era suficiente para convencerlo. Enarcó una ceja.
—¿Más? —Inquirió Nikolai— Bueno, creo que eres una persona interesante. Poco común. Es no es malo, claro. Me hace muy feliz cuando me sonríes de verdad, no forzado. Tengo la teoría de que todo el mundo se ve mejor cuando sonríes, pero tú te ves mejor todo el tiempo. Es decir, Sigma es perfecto. No podrías mejorar. Bueno, sí podrías mejorar, pero no mejor porque, bueno, eres, bueno, perfecto, ¿no? Pues, yo me refería... Ya sabes, eres demasiado lindo. ¡No como algo malo! ¡Es bueno! Osea, no es como si fuera lo más importante, pero eres... Es decir... Sigma-chan, te estás riendo... ¡Deja de reírte de mí, me pones nervioso!
Sigma no podía parar de reír. Le causaba ternura ver a Nikolai argumentando las razones por las que él le gustaba, y que luego se pusiera ten nervioso y empezará a dar explicaciones de más y balbucear comentarios.
—¿Así está bien, o tengo que seguir tratando de convencerte? —Las mejillas del ucraniano no podían estar más rojas. Sigma le tomó la mano.
—Eres una linda persona —Dijo—. Nikolai, me gustas mucho.
—A-ah, s-si, a mi... A mi también m-me gustas mucho —Farfulló el albino.
—Pero... Es decir, de verdad quiero estar contigo. Es sólo que yo nunca he estado con nadie, no de esta forma. Y me da miedo hacer algo mal... No quiero perderte, ¿sabes? Quiero intentarlo, pero de a poco... ¿Sí entiendes lo que estoy tratando de decir?
Gogol ladeó la cabeza.
—¿Quieres decir que quieres estar conmigo sin que sea una relación formal y oficial?
Sigma tragó saliva.
—Sí.
Se miraron por un momento y luego Nikolai le untó la nariz de helado de pistacho.
—¡Hey! —Protestó Sigma, y le echó helado en la mejilla. El albino se puso a reír.
—Me parece perfecto —Opinó—. ¿Quieres que empecemos de forma oficial nuestra relación no oficial?
Sonrieron.
—Me parece perfecto.
Se limpiaron el helado de la cara. Sigma recostó su cabeza en el hombro ajeno.
—Sig-chan, ¿te puedo besar?
—Me puedes besar.
Y Nikolai lo besó.
++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
No puedo creer que ya casi se acaba, solo queda el epílogo aaaaaaaaaaaaa
Medio año para terminarlo, increíble.
El siguiente en terminar es Ado, para que lo sepan.
No dormí en toda la noche por estar vomitando nachos, además de que entre todo lo del periodo, los cólicos, el dolor de espalda y el regreso al cole me he sentido como si me hubieran pasado una aplanadora por encima tres veces.
¡Gracias por leer!
ESTÁS LEYENDO
Conquistando a Sigma
Fiksi PenggemarTras una muy alocada fiesta, Sigma despierta y se encuentra con que está durmiendo con Gogol. Después de un par de forcejeos y uno que otro golpe, Sigma se marcha completamente indignado, pero el ucraniano no puede dejar de pensar en esos hermosos o...