Capítulo 11

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Ya era la tercera vez que vomitaba en el viaje, y el barco ni siquiera había zarpado. ¡¿Cómo es eso posible?!

-Kolya, no exageres. Ni siquiera estamos en camino todavía. ¿Cómo es que ya estás mareado? -Preguntó Fyodor- Eres un desastre.

-Sí, me parece que ya lo has dicho -Masculló el ucraniano-. No es mi culpa que el vaivén del barco me cause tantas nau... -Se inclinó de nuevo al inodoro para vomitar-... Náuseas...

-Parece que en el viaje no podrás coquetearle nada a Sigma...

-¿Que yo qué? -Preguntó Sigma aparecido de la nada.

Gogol vomitó otra vez, y Sigma frunció el ceño.

-Qué asco -Comentó.

-Y que lo digas -Asintió Dostoyevski-. Parece que lo que no vomitó después de la fiesta lo está vomitando hoy.

-Creo que después de la fiesta no vomitó nada por estar ocupado sanando su nariz rota.

-Por cierto, bien hecho por eso.

-¡¿En serio?! ¡¿Lo vas a felicitar por romperme la nariz?! -Protestó Nikolai con gesto dolido.

-No está bien secuestrar a las personas, Kolya.

-¡Yo no lo secuestré!

-Sí me secuestraste. Sigue vomitando.

Vomitó de nuevo, bajo la mirada de Fyodor, Sigma y algunos pasajeros curiosos. Sigma le hizo un gesto con la cabeza al ruso.

-Hey, ¿qué tal si vas y pides algo de comer en la cafetería del barco? Hay cosas muy buenas -Sugirió-. Yo me quedó aquí con Gogol.

Tras echarle una mirada al albino que muy a las claras significaba "no lo arruines", accedió y se fue. Sigma se arrodilló junto a Gogol y le levantó el cabello para que no se lo ensuciara.

-Realmente no te gustan los barcos, ¿no es así? -Preguntó.

-No recuerdo haber estado en uno antes -Confesó el ucraniano-. Seguramente viajé cuando era muy pequeño, por eso no soy capaz de recordar. Pero este movimiento me marea mucho...

Sigma sonrió.

-Si te soy sincero, nunca me gustó el mar -Le susurró-. Tampoco me gusta estar bajo tierra. Todo lo que son trenes subterráneos o barcos me causan pavor. Pero siempre he amado el cielo, todo lo que hay sobre las nubes.

-¿Te gusta viajar en avión?

-Jamás he tenido la oportunidad de hacerlo, pero me encantaría.

Se sonrieron, a pesar del vómito en las comisuras de la boca del Nikolai. Sigma le dió unas palmaditas en la espalda.

-Resiste, Gogol. Todos moriremos un día, pero no será hoy, y no será ahogados en el mar. Sólo tienes que aguantar este mal rato, pero todo va a estar bien.

Sorprendido por sus palabras, el ucraniano empezó a balbucear frases sin sentido, hasta que recordó un piropo que le había sugerido Ágatha.

-¿Te dolió?

-¿Eh? ¿Qué cosa?

-Cuando te caíste del cielo, porque eres un ángel.

El de ojos grises soltó una risita nerviosa.

-¿Y eso? -Preguntó entre risas.

-... Ágatha me sugirió que te dijera eso.

Sigma se rió con ganas.

-Vaya, que bonito -Dijo-. Me parece que te has mejorado. Iré a comer.

Y se alejó como alma que lleva el diablo. Y Gogol suspiró, convencido de que había terminado por ahuyentar al amor de su vida con ese comentario.

Sigma, por su lado, se fue corriendo a la habitación que Dazai y Chuuya compartían, y entró sin tocar la puerta. Los encontró comiéndose a besos, pero no le importó.

-¡Chuuya-san! -Exclamó para llamarle la atención.

El pelirrojo giró la cabeza.

-¡Sigma! ¿Q-que haces aquí? -Preguntó nervioso, sonrojado por la comprometedora posición en que los había visto.

-Nikolai me piropeó -Contestó el otro con las mejillas rojas. Tanto Dazai como Chuuya abrieron los ojos como platos y se apresuraron a levantarse.

Mientras Dazai cerraba la puerta de la habitación con llave, Chuuya tomó a Sigma del brazó y lo arrastró hasta la cama, donde lo obligó a sentarse. La pareja lo rodeó como si fuera el jamón de un sándwich, y empezaron a bombardearlo con preguntas.

-¿Cuándo fue eso? ¿Cómo pasó?

-¿Dijo algo idiota, o un piropo romántico? ¿Qué más te dijo?

-¿Trató de besarte? ¿Te confesó su amor?

-¿Te pidió ser su pareja? ¿Te coqueteó tímida o descaradamente?

-¡No lo sé! ¡No entiendo lo que está pasando! -Chilló Sigma entrando en crisis- ¡No se por qué Gogol me coqueteó! ¡No entiendo nada de nada!

-¡Por Dios, Sigma! ¿No entiendes lo que pasa? -Chuuya lo miró como si fuera tonto.

-Sigma, ¡le gustas a Nikolai! -Le dijo Dazai.

-¿Por qué?

-Y yo qué voy a saber, pregúntale tú, es tu pretendiente.

-Ay, no, no sé qué hacer... ¡Jamás había tenido un pretendiente! -Sigma miró a sus amigos en busca de ayuda- ¿Pueden ayudarme?

Dazai y Chuuya se miraron fijamente. Luego, el pelirrojo tomó las manos del más joven.

-Escúchame bien, Sigma -Dijo-. Esto es lo que vas a hacer:

>>En primer lugar, compórtate frío con él. No hagas caso a sus insinuaciones ni a sus coqueteos.

>>En segundo lugar, rechaza tres veces sus regalos antes de aceptarlos. Y cuando los recibas, actúa desinteresado y no hagas comentarios al respecto.

>>Y en tercer y último lugar, haz como si estuvieras interesado y luego haz como si no. Juega con él y hazle creer que lo está logrando, y que luego piense que ya no lo quieres.

>>Si Gogol realmente quiere conquistarte, tendrá que esforzarse más que sólo palabras bonitas.









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Ooohhhhh, ahora el equipo Sigma le va a poner las cosas difíciles al equipo Nikolai.

No sé si lo habré mencionado antes, pero del grupo Sigma es el más joven, con 18 años. Chuuya, Ágatha y Dazai tienen 19, Nikolai y Fyodor tienen 20 

¿Qué equipo creen que gane, equipo Sigma o equipo Nikolai? Aquí sus apuestas -->

También les invito a echarle un vistazo a mis dos nuevos fics, Encierro (Fyozai) y Horóscopo (Soukoku//Fyogol) 

Gracias por leer!

Conquistando a SigmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora