La cortada del arte

217 5 1
                                    

Tinta roja cap 1

Recuerdo cuando mi padre dibujaba; él decía que dibujar era como crear vida pero sin alterar el orden así que por eso le gustaba, él siempre dibujaba con una plumilla pero nunca se rompió o nunca utilizo, otra siempre, la misma. Mi padre un día cuando caminada vi que le hablaba con la plumilla el decía que pensaba en voz alta, yo le creía hasta que un día mi padre murió y solo quedo mi madre, a ella le gustaba que mi padre dibujara ella siempre decía que como no sabía dibujar y le gustaba ver a mi padre dibujando.

Un día mi madre decidió que ya tenía edad suficiente como para cuidarme solo así que me mude.

Pero claro me enviaría dinero de vez en cuando, pero igual yo trabajaba, de escritor como mi padre me pego lo de dibujar, yo dibujaba pero lo raro fue que me prohibió utilizar la plumilla yo lo entendía era como de la familia pero aun así me molestaba.

Y debí acabar algo que mi padre no se, si comenzó pero solo se que debo acabarlo, pero no espere que fuera así y todo comenzó cuando tuve el sueño de las muñecas.

Cuando estaba a punto de dormir, solo me tire a la cama, hay paso algo raro cuando yo estaba a punto de dormir me entro una parálisis, la cual recuerdo el sueño era como ver un holograma solo que directo en tus ojos.

Era sobre muñecas y recuerdo que me llamaron a una casa las paredes eran de color negro con gris claro, solo vi en el sueño las sombras de mí y de un señor, recuerdo que hable con él luego baje por las escaleras de madera y vi la muñeca casi parecía humana, solo que en el sueño me voltee no se porque sentía lo que hacia.

—Solo se algo la única manera de sacar a un espíritu...— fijo Ershin muy confiado.

No recuerdo la otra parte solo se que el sueño se puso un poco blanco y solo vi que estaba por besar a la muñeca.

Ahí en vez de sentir ansiedad sentí un poco de felicidad, pero aun así me quería mover. Me amargue me moví a lo loco pero solo conseguí mover un poco mi cabeza y los dedos de mis manos.

—¡Me debo mover, mierda!— en ese grito se notaba mi molestia.

—¿Hijo que pasa?—Mi madre salió de su habitación rápido por lo que grite

Me pude mover normalmente, después de unos minutos.

—A pero que paso, no paso nada má, solo fue un mal sueño — dijo Ershin confundido.

—Hijo puedes decir cualquier cosa menos "mierda" sobretodo en la madrugada— respondió la madre de Ershin.

—Ya gracias, volveré a dormir — fueron sus ultimas palabras de Ershin antes de dormir.

Aunque no tuve ganas, me tranquilice y dormi.

Me desperté temprano para seguir con mi novela y los dibujos.

—Hijo otra vez te despertaste, temprano bueno recuerda que me voy por una semana, ya sabes que vuelvo, mira no me tardare nada y por si algo pasa llámame. No puedo creerlo por fin veré si pues cuidar la casa o al menos que el cuarto siga igual por fuera, aunque te conozco, se que traerás a chicas a la casa— se río un poco la madre de Ershin, como si recordara sus épocas de adolescencia.

—Mamá eso aun no me importa, solo terminaré mi novela, y veré si tiene fama luego de la fama viene eso— él respondió con una voz seria.

—Bueno chau, hijo no importa si no tiene fama has estudia un poco de literatura en vez si ganas algo o al menos la encuentras pirata estate orgulloso— se despidio dándole un beso en la mejilla.

Tinta roja vol 1 (one-shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora