Confie en tí

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Mis ojos se movían poco a poco y sentía una suave y ligera textura de forma circular. Mi mente despierta de golpe pero no hago ni un solo ruido, por instinto sabia lo que era, los dos tesoros que todo hombre persigue, las suaves nubes del olimpo. Ershin poco a poco acerca su mano, extendiendo poco a poco sus brazos.

Sus manos sentía la excitante suavidad, era una de esas sensaciones las cuales todo hombre sueña. Una piel de tan suave el tacto se asemejaba a una cerámica de alta tecnología y envuelta en seda con una calidez agradable. Él seguia tocando con suma cautela, en eso es un poco mas arriesgado y decide agarrar con toda su mano y nota algo raro aun con sentir esa suave y lujuriosa sensación.

— Que raro normalmente son mucho más grandes, hasta podría decir que estan encogidos — los pensamientos de Ershin mediante al tacto.

Luego de unos fugaces momentos, Ershin se da cuenta de que la que creía Shannon no reaccionaba haciendo gémidos tan suaves que casi no se oían. Ershin al oirlos no podia evitar excitarse pero mientras mas lo hacía, se daba cuenta de que no oponia resistencia. No lo pudo y abrio los ojos.

— ¡Tinta! — todas sus dudas fueron aclaradas al abrir sus ojos pero se sorprendio al ver quien.

— ¿Amo, porque me estaba tocando? — su sonrisa inocente daba a entender su duda.

No sabia como reaccionar, al igual que los gestos de mi cara. Puse una sonrisa media extraña por lo que paso.
Pero al verla de nuevo no puedo negar que me emocioné de la alegría, creí que por la batalla y la gran fatiga que tuve nunca la volvería a ver. La abrace sin pensarlo.

— Amo creyó que estaba muerta ¿verdad? — Tinta soltó esas palabras sin pensar.

No me soltaba de ella, algo en mi me decía que estaba viva. Por alguna estúpida razón me sentía mas seguro abrazándola.

— ¿Tinta dime que te paso? —

— No sabría decirle, cuando sentí que su magia se recargaba, me sentía mucho mejor y mas ligera. Por así decirlo —

No pude evitar soltar una sonrisa, deje de abrazarla lentamente pero le sostuve la mano.

No sabría como explicarlo, pero la veía no como un arma pero tampoco como una mujer. El único sentimiento que podía describir era seguridad, teniéndola cerca a mi lado. Y sosteniendo su mano me daba esa sensación más cercana seria como un ligero viento cuando duermes que te refresca pero no te molestaba.

No se cuando pero antes de cerrar mis ojos por la agradable sensación deje de agarrar su mano.

* * *

Cuando parpadee, mis ojos dejaron de ver mi casa, en vez de eso veían el mismo espacio gris en donde estuve antes.

Me frote mis ojos y el lugar no cambiaba, era el mismo lugar, un páramo con un degradado entre negro y blanco. Solo que la delicada y suave mano que sostenia, se convirtio en una fria, dura, y oscura cadena. Cuando segui la cadena con mi vista pude verlo de nuevo a Tinta encadenada a lo que parecía ser un crucifijo, desintegrándose lentamente. Dejando pequeñas esporas en la atmosfera.

— ¡Tinta! — mis gritos de confusión de amargura rezonaban en todo el lugar.

Con un ligero movimiento de sus párpados abrio sus ojos pero su cansancio era de notar.

— Hermano... salvame — su ligera voz casi haciendo un gemido comprensible, pudo oirlo Ershin.

Me logró acomodar y poco para luego mover mis piernas lograr pararme. Como estuve antes sabia muy bien que esa voz resonaría.

Tinta roja vol 1 (one-shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora