Capítulo XVIII: Alma inocente manchada de sangre - segunda parte

501 79 0
                                    

Raphaella sí que entendió la razón por la que Farra se comprometió con Patrick

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Raphaella sí que entendió la razón por la que Farra se comprometió con Patrick. Pese a la destreza exhibida en la prueba, su primera magia no era lo que se decía fuera de lo común. Por supuesto, no se lo dijo a Tatsuya, razonó que a sus ojos era la mejor porque él desde antes, sin darse cuenta, se interesó en ella.

—Yo sabía que estaba destinada a una vida de reconocimiento y nobleza. —La voz de Tatsuya tenía la melancolía tatuada en cada palabra—. No hice intento por hablarle o ser amigable, callé lo que hoy reconozco que sucedió el día de la prueba: me había enamorado como un iluso de una chica que jamás me miraría. Eso sí pude asimilarlo. —Resopló, burlándose de sí mismo—. Así que continué con mis estudios, encerrándome en las bibliotecas y no saliendo hasta entrada la noche, apenas la veía y eso me alejó todavía más.

»Pero el destino no respeta los planes de nadie, obvió lo que me había jurado y pasó por alto los deseos de Farra. Una tarde, mientras intentaba extraer agua del jardín de su casa, me abordó.

—No eres muy bueno en tu primera magia —dijo, refiriéndose a mi escaso poder.

—Lo sé, pero si me esfuerzo lo conseguiré. Dicen que el trabajo duro siempre es recompensado.

—No siempre, se nace o no con talento. Es la primera ley de esta vida.

»Ella no intentaba ser prepotente, aunque en ese momento no lo entendí y me enfadé. Mi ego y orgullo heridos, mis esfuerzos queriendo ser tirados a la basura por una hija de buena familia que lo tenía todo.

—Lamento importunarte con mis fracasos —murmuré y dejé el jardín.

»A partir de entonces ella me observaba practicar, y yo fingía no percatarme. Aunque disfrutaba tener su atención; también me distraía con mayor facilidad, temía fallar y peor, temía que ella me viera. Sin embargo, Farra no se burló de nuevo y pronto me habló sin tonos taimados ni segundos significados. Me enseñó trucos y me obsequió talismanes que ayudaron a dirigir mejor mi Od e incluso a incrementarlo. Quizá todo inició por un sentimiento de lástima. —Tatsuya suspiró—. Creo que ninguno de los dos se percató en qué momento cruzamos la línea de no regresión. Se dio de forma tan natural que pensé que en verdad podíamos ser el uno para el otro. No puedo pensar en que haya sido forzado o apresurado, un día simplemente nos acercamos tanto que nuestros labios pudieron tocarse y descubrí, al ver sus ojos, que ella no se arrepentía. Las joyas de su mirada relucían con alegría y sus labios se estiraban confirmando mis ideas. Yo tampoco lo hice, aun cuando mi consciencia no paraba de advertirme de cuán peligroso era.

»Jugamos al gato y el ratón por un tiempo. Nosotros éramos las presas y todos los cazadores. La emoción y el sentimiento modificaban nuestras percepciones de la realidad, y no entendimos qué tan grave era la situación: ella comprometida y yo un pobre diablo. La compañía del otro nos hacía sentir tan a salvo que descuidamos las precauciones y así, una tarde, mientras nos besábamos su madre nos encontró en el jardín. Mi corazón se detuvo, creí que sería nuestro fin, pero no lo fue.

Hada de Sombras [Almas Siniestras I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora