CAPÍTULO 2

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CAPITULO 2

Mis compañeras me parecieron increíbles, en tan solo unas horas las cogí cariño, todas teníamos algo en común, y es que nosotras estábamos dispuestas a cumplir nuestros sueños, y lo que no sabíamos es que lo lograríamos años después.

Aquel día hable por primera vez con ellas acerca de nuestras metas y de como llegamos a estudiar en esa universidad.

Jessie es de Nueva York, pero estudió en Rivers University por recomendación de su hermano Hunter, el estaba en tercero de derecho, al igual que la novia de Jessie, Nancy, a la que conoció también gracias a su hermano.

Ella quería estudiar filología, siempre le fascinó leer y escribir.

Por otro lado, Maya nació en Inglaterra, y se quiso ir a aquella universidad para conocer California y así demostrar a sus padres que se podía valer por sí misma.

Por último, Aless, aquella chica que aunque yo todavía no lo sabía, se iba a convertir en una pieza fundamental en mi vida.

Aless nació en Italia, en Milán concretamente, y creció allí, pero cuando cumplió catorce años tuvo que venir a California, ya que sus abuelos por parte de madre vivían allí y su abuelo enfermó.

Toda su familia se quedó allí hasta que Aless cumplió diecisiete, cuando su abuelo murió, ella decidió quedarse con su abuela a vivir para ayudarla y así empezar la universidad en California.

Cogí mucha confianza con ellas desde el primer momento, cosa que era realmente raro en mí, ya que era una persona completamente introvertida.

El resto del día lo pasé ordenando mi habitación, a mí me tocó compartirla con Aless, y esa tarde descubrí que teníamos varias cosas en común. 

 

Por ejemplo, ella también perdió a una de sus mejores amigas, según me contó fue la distancia lo que arruinó su amistad. 

Por otro lado, ella era muy tímida al igual que yo,pero trato de ser más extrovertida.

De hecho, se apuntó a teatro para poder abrirse más con la gente, y lo logró.

 

Aquel fin de semana paso muy rápido, tan rápido que ya estábamos en lunes y acababa de salir de la universidad.

Llegué al vestibulo muy cansada dispuesta a llegar al apartamento y echarme una gran siesta, sin embargo me quedé parada en el vestíbulo, pues había alguien que me resultaba familiar.

 

El chico era moreno, sus ojos eran azules, su cuerpo estaba lleno de tatuajes, tenía una barba de pocos días y miraba concentrado al ordenador hasta que notó mi presencia. 

Me miró fijamente, yo tampoco aparte mi mirada de la suya. 

 

- ¿Te puedo ayudar en algo? - preguntó al ver que le miraba demasiado. 

 

Yo enseguida me sobresalte y mis mejillas se tornaron a un rojo intenso. 

 

-Y-yo ehh- me comencé a poner nerviosa y prácticamente olvidé hablar, a veces odio ser tan tímida- perdona, es que, dios mío que vergüenza. 

 

- ¿Estas bien? 

 

- ¿Nos conocemos?-me atreví a preguntar. 

 

El me miró algo confundido. 

 

- ¿Me dices tu nombre? 

 

-Olive Brown. 

 

- ¿Liv? - preguntó sorprendido. 

 

A mí me extraño que me llamará así, así me llamaban mis padres cuando yo era pequeña, mis abuelos, Nel, Amelia y... espera ¿Sean? 

 

- ¿Sean? 

 

- ¡Si! Soy yo- gritó alegre- ¡Como has crecido pequeña!- decía mientras que rodeaba el mostrador para abrazarme. 

 

Sean es el hijo del mejor amigo de mi padre, siempre fue como mi hermano mayor, solo que deje de verle cuando mi padre se fue, cuando yo tenía catorce y el dieciocho. 

 

- ¿Qué haces aquí? 

 

-Necesitaba dinero para pagarme el máster, así que me puse a trabajar en una residencia, ya sabes, el sueño de toda persona que estudia magisterio-dijo ironicamente.

 

- ¿Así que al final magisterio?continúe nostálgica.

 

Recuerdo que Sean nunca estuvo seguro de que estudiar, aunque magisterio  estaba en sus posibilidades, siempre se le dieron bien los niños. 

 

- ¿Te sorprende? 

 

-Ni un poco. 

 

Sentía como si no hubiera pasado el tiempo, Sean siempre fue mi zona segura. 

 

- ¿Qué tal con tus compañeras? Sabes que si tienes algún problema me lo puedes decir. 

 

-Estoy muy cómoda con ellas. 

 

- ¿Quiénes son? 

 

-Jessie Johnson, Alessandra Parisi y Maya Harris. 

 

-Alessandra es la chica que es castaña, alta, ojos verdes y que tiene un lunar en su mejilla. 

 

-La misma. 

 

-Es guapa. 

 

- ¿Sigues siendo igual de mujeriego? 

 

-Mujeriego es una palabra muy fea, me gusta más observador- a lo que yo contesté con riéndome.

-Desde luego que no has cambiado.

-Tu por desgracia si, ya no eres la niña pequeña que me pedía ayuda para hacer sus deberes de matemáticas- dijo provocando de nuevo mi risa- estas hecha una mujercita.

-Y tu pareces más maduro supongo.

-Eso es un gran alago por tu parte Liv.

Estuve hablando con Sean un buen rato recordando viejos tiempos, pero le deje continuar con su trabajo en cuanto llegó una chica nueva que necesitaba la llave de su apartamento. 

 

Cuando llegue al apartamento 27 las chicas estaban hablando animadamente. 

 

-Pero si es mi californiana favorita- dijo Maya al verme- adivina que vamos a hacer este fin de semana.

-Me rindo, ¿Qué vamos a hacer?- conteste sonriendo.

-¿Has ido alguna vez a una fiesta universitaria?- preguntó Jessie un tanto pícara.

-¿Fiesta?, yo no soy muy de fiestas.

-Venga, danos una oportunidad- dijo Aless- te prometo que vamos a hacer que te gusten, será divertido.

No exagero cuando digo que estuvieron media hora intentando convencerme, pero finalmente si, decidí aceptar el plan.

Cuando me propusieron ese plan, yo todavía no sabía que esa fiesta me cambiaría la vida por completo, esto solo fue el comienzo.
 

Nuestro concepto de amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora