Capitulo 17

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-Nos vamos.

-¿Qué nos vamos?

-Nos vamos a Paris.

-¿Cómo?

- En dos días, lo digo por si quieres ir haciendo la maleta.

Las palabras de Cody me pillaron por sorpresa.

Cody siempre ha sido muy impulsivo, pero está vez era demasiado.

-¿No te hace ilusión?

-Claro, pero es muy precipitado.

-Mejor, así no tienes que esperar tanto- dijo haciéndome reír.

Cuando llegue al apartamento y expliqué la situación a las chicas se quedaron flipando.

-Te vas a París, a la ciudad del amor - dijo Maya.

-¡Te va a pedir matrimonio!- dijo Aless precipitada.

-¡Tengo 18 años Aless!

-Peores cosas se han visto.

-Tengo que hacer la maleta, ¿Me ayudáis?

Los dos días pasaron muy rápido, y en menos de lo que pensaba estábamos ya en el avión esperando a despegar.

La gente miraba a Cody con pena, por lo que decidió ponerse la gorra.

A mí ya me había crecido un poco el pelo, pero el estaba igual.

Un niño se sentó en el asiento de al lado de Cody.

-Hola- saludó el niño.

-Hola- contestó Cody con una sonrisa.

-Me llamo Dane ¿Y tu?

- Yo Cody.

-Me gusta tu gorra, ¿Me la dejas?

-Sí, claro - Cody le dió la gorra un poco inseguro.

-Halaaa, tienes el pelo como mi papá - dijo el niño.

-¿De verdad?

-Sí, dice mamá que es porque está malito, entonces una medicina le quita el pelo para que se ponga mejor.

-Esa medicina también la tomo yo.

-¿También estás malito?

-Solo un poco.

La conversación me daba tristeza, pero a la vez notaba que Cody se sentía bien hablando de ella con el niño.

-¡DANE!- dijo una señora rubia-¡¿Que haces ahí?! ¡Ese no es tu asiento!

-Ay madre, me van a regañar- dijo el niño bajandose de su asiento- Adiós Cody.

-¡Adios Dane!- dijo mi novio riéndose.

-Pobrecito- dije.

-Hay miles de familias que están en nuestra situación, espero que ese padre se recupere para poder estar con el pequeño Dane.

-Seguro que si.

El avión no tardo en despegar, Cody se durmió, necesitaba descansar.

Yo cogí mi cuaderno, y empecé a escribir, tenía que hacer una escena para la universidad.

Y se me ocurrió escribir sobre Cody y yo, nuestra historia era tan bonita, que merecía la pena gritarla a los cuatro vientos.

Nuestro concepto de amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora