Capitulo 7

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No tenía buena cara, aunque en cuanto se acerca a nosotros dibujó una sonrisa en su rostro. 

 

-Que guapa ¿No? 

 

-Los piropos para luego- comenzó Sean- la quiero en la residencia a las doce, como Cenicienta, las manos fuera de su cuerpo en todo momento y como la hagas alg.. 

 

-Sean ya está bien-dijo Aless. 

 

-Perdón. 

 

-No te preocupes-contestó Cody- la traeré de vuelta a las doce. 

 

-Genial. 

 

Cody y yo salimos del edificio, pero estábamos en un silencio, no en un silencio incómodo, en un silencio bonito. 

 

- ¿Era tu hermano? 

 

-Algo así, como si lo fuera. 

 

Nos montamos en el coche de Cody y puso la radio, el conducía al ritmo de kiwi de Harry Styles, el cantaba la canción medio gritando mientras yo le miraba riendo. 


-¿Te gusta este tipo de música?

-Me gustan todos los tipos de música, hay que dar oportunidades a todo ¿No?

-Supongo que si.

-¿Quién es tu cantante favorito?

-No tengo uno en específico, pero creo que la voz de Freddie Mercury es sin duda la mejor de todas las generaciones.

-Así que te gusta Queen.

-Sí, cuando yo era pequeña mi padre me enseñó sus canciones, y me volví muy fan.

-Eran muy buenos, tu padre debe tener buen gusto musical.

-Pues ahora no lo se, llevo cuatro años sin verle-solté sin tapujos.

Cody parecía culpable por haber hablado de mi padre, pero el no tenía la culpa, el no lo sabía.

-Lo siento, no tenía ni idea.

-No te preocupes, esta superado.

-Mi hermano tampoco tiene relación con mi padre desde hace años, tuvieron varios problemas cuando yo era adolescente, el es gay, y a mi padre eso no le hace gracia, mi hermano estaba harto de las discusiones, y se mudó a Nueva York.

-¿Tu sigues en contacto con el?

-Sí, y mi madre también, ella lo pasó muy mal.


-Tuvo que ser muy duro para el.

-Lo fue.

-Lo mío fue algo diferente.

Me callé, no sabía cómo empezar, quería explicarle a Cody todo, el me daba mucha confianza.

-No tienes que hablar de ello si no estas preparada.

-Quiero hacerlo- contesté segura de mi misma- siento que tengo que contártelo.

-Te escucho entonces- dijo sonriendo.

-Mis padres me tuvieron muy jóvenes, cuando yo tenía 14 mi padre tenía 34, y decidió dejarnos una nota a mí y a mi madre, en la nota decía que quería disfrutar de sus últimos años de juventud, mi madre estaba destrozada, y yo lo pasé muy mal- y era verdad- no te puedes imaginar lo duro que es que tu propio padre no quiera saber nada de ti.

Cody puso una de sus manos en mi rodilla cuando notó que mi voz se quebraba, mi reacción fue mirarle sonriendo.

-Se que ahora tiene una nueva familia, y créeme, esta superado, ya hace mucho tiempo, pero a veces pienso en mis nuevas hermanas, y joder, porque a ellas si las da cariño y a mi no.


Cody me miró, sentía que me entendía, sin embargo tardo un rato hasta que empezó a hablar.

-Porque es un idiota-contestó- y no necesitas cariño de idiotas.

Yo solo le sonreí, y con la mirada le di las gracias, porque a veces una mirada dice más de mil palabras.

Durante el resto del camino estuvimos hablando sobre nuestra adolescencia, del instituto, y de mil cosas más, con Cody era fácil hablar de todo, era el chico más interesante que había conocido.

 

En menos de diez minutos aparcamos, no pude ver nada, pues en cuanto salí del coche Cody me colocó una venda en los ojos. 

 

- ¿Qué...? 

 

-No te preocupes, confía en mí.

Y entonces me agarró la mano y me guío hacia el lugar donde sería mi primera cita con Cody.

Cuando lo deje con Jack sentí que mil cuchillos me mataban, creía que nunca iba a volver a sentir las mariposas que dicen que empezamos a notar cuando sentimos de más por alguien, pero gracias a Cody, aquel rubio que me agarraba la mano, las volví a sentir.

Nuestro concepto de amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora