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Vergüenza

Al llegar al hospital lo primero que hicieron fue trasladar a Lionel a urgencias, para después llamar a algún familiar de el alfa.

Por lo que terminaron llamando a Angél, el alfa al escuchar tales palabras salió disparado ver a su amigo.

No a mi pulga no le pudo haber pasado eso — se repetía mentalmente el alfa, mientras caminaba hacia la habitación encontrandose con una camilla la cual tenia sobre esta un cuerpo cubierto completamente con una sabana.

¿El e-s Lionel? — preguntó Di María con un nudo en la garganta —

Angél sintió su corazón empezar al quebrarse al instante con solo ver el cuerpo cubierto, su corazón le decía que no podía ser su Lio ,pero sus ojos veían otra cosa.

El suspenso le pareció eterno al alfa hasta que el doctor al fin habló.

¿Qué? — dijo el enfermero confundido revisando su hoja — No señor el es Lisandro Zavaleta, ¿usted a quien busca? — pregunto el beta —

Ay — suspiro Angél sintiendo como el alma le regresaba al cuerpo — Busco a Lionel Andrés Messi Cuccitini — dijo Angél —

En el pasillo de al lado, habitación trece — indicó el enfermero —

Muchas gracias — respondió Angél dirigiéndose rápidamente a la habitación donde se hallaba a su amigo, encontrandose con un hombre alto, rizado y de dulce olor, debía ser un omega —

Hola — saludo el omega rizado —

Hola, gracias por venir con Lio — sonrió Di María —

De nada, ahora me tengo que ir, lo siento pero tengo que ver que mis compadres no destruyan el negocio — dijo Memo —

Si entiendo, gracias — dijo Angél —

Ya te dije que de nada — Dijo Memo saliendo de la habitación —

Y como si fuera arte de magia, Lionel fue abriendo los ojos tan solo salió Guillermo de la habitación.

¿Qué me pasó? — preguntó Lionel vagamente —

Ay Jesús, despertaste mi pulga — sonrió Angel aliviado —

Por que estoy aquí — Dijo Lionel —

No se eso quiero que me expliques, lo único que se es que estaba en el trabajo y me notificaron que te habían atropellado — explicó Di María —

Me duele la cabeza — dijo Lionel tratando de recordar — Bueno solo se que pase a un negocio donde había un lindo omega de rizos color chocolate, que olía a pancito, y luego salí del local y ¡pum!, me levante aquí — explicó este —

Angél trato de no reír al ver que a su amigo lo habían atropellado y lo primero que mencionaba era a un omega — ¿El omega era alto de ojos y rizos cafés? — cuestiono Di María —

Si ¿como sabes? — pregunto Lionel —

Pues por que ese omega vino a acompañarte al hospital hasta que me llamaron a mi — respondió Angél —

¿Crees que le gusté? — pregunto Lio acomodándose el cabello —

Por dios Lionel Andrés Messi, tenes treinta y cuatro años, deja de pensar como colegialo — río Angel — Creo que el solo vino por humanidad — respondió Di María —

Oww — dijo Lio —

Bueno veo justo y necesito irme a vivir con vos — sonrió Di María —

¿Por qué? — pregunto Lionel—

Todavía lo preguntás boludo, estas herido, tenes lesionado el brazo y no te vas a poder mover mucho — explicó Di María —

Yo puedo solo — respondió Lio —