Estoy imaginándome otro lugar
Estoy juntando información
Estoy queriendo ser otro
Mi necesidad se va modificando con las demás
Así mi Luna llega a vos, así yo llego a tu LunaGiros -Fito Páez
No me quedaba otra que respirar profundo, recomponerme, y seguir adelante. Debía frenar esos pensamientos antes de que sea demasiado tarde, aunque probablemente ya lo era. Debía dejar el pasado donde estaba, como así dejar de rememorarlo con tanta frecuencia. Las condiciones no eran las mismas que antes. Así que le dije buenas noches a José, me levanté del asiento y fui a la incómoda cama, porque ese colchón que parecía cartón era más cómodo que sentarme a su lado con mis sentimientos.
El día siguiente fue mejor. La presencia de Nora y, especialmente, Carolina, me distraían de aquello en lo que no debía pensar para concentrarme en la belleza del paisaje y la aventura del viaje. José quería ir lo más rápido posible hasta Portugal, pero el resto le insistíamos en parar cada tanto para visitar los pueblos por los que cruzábamos.
Sin embargo, en un momento vimos humo salir del capó, y rápidamente nos hicimos a un lado de la carretera. Mou revisó el motor para ver qué era el problema, y me hubiera gustado ayudarlo pero mi conocimiento de coches era prácticamente nulo. Nora también sabía del tema, y pensamos que sería algo bueno, pero comenzó a discutir con José acerca del problema de la casa rodante.
-Pep, resuelve esto -me susurró Caro con incomodidad-. Si siguen así no saldremos más de aquí.
-Pero si yo no se nada de coches -respondí honestamente, algo avergonzado.
Los gritos de los supuestos mecánicos se perdían entre el ruido de los coches que aceleraban por la ruta, dejando nada más que humo. El sol de la tarde temprana brillaba tanto que parecía ser capaz de cocinar con su calor. Decidí intervenir.
-Oigan, ¿necesitan algo? Hay un pueblo aquí cerca, puedo ir a buscar lo que sea necesario.
Sorpresivamente, ambos Nora y José llegaron a un acuerdo. Necesitaban un tipo de aceite que no poseíamos pero del que no puedo recordar el nombre. Accedí a ir a buscarlo, y Carolina se sumó con la excusa de que no quería que yo vaya solo, pero luego me confesó que quería alejarse de todas esas peleas.
Así nos introducimos a esa pequeña localidad que por poco y ni aparece en los mapas. Era muy nostálgico en cierto sentido. Niños jugaban al fútbol en la acera, y los abuelos se se sentaban en reposeras frente a las puertas de su casa, charlando entre sí eventualmente. No había hipermercados ni cadenas a la vista, únicamente mercados locales.
Mientras caminábamos hablábamos enteramente en catalán. Se sentía como un alivio poder hablar ese idioma tan cercano a mí con alguien que entendía la experiencia de crecer con esta lengua como la oficial. Pensé, también, que así podríamos camuflarnos más en el pueblo, que se encontraba en la zona de Cataluña. Pero no podía ser más alejado de la realidad. Como dos personas de ciudades grandes resaltábamos increíblemente entre los locales, tanto así que nos miraban al pasar. Pero decidí no darles demasiada importancia y disfrutar la hermosa conversación que estaba teniendo.
Después de interminables vueltas, no conseguíamos encontrar un taller mecánico. Decidimos que era mejor, por lo menos, preguntar en una gasolinera a ver si tenían lo que necesitábamos. Detrás del mostrador del minimercado de la misma había un hombre que me hizo replantearme ir a preguntar. Extensa barba, calvo, brazos cubiertos de tatuajes, contextura masiva. Cuando entramos nos miró de tal forma que parecía que tiraba dagas a través de sus ojos.
-Bon dia, senyor -le hablé simulado confianza, mientras él no cambiaba su expresión-. Sap on hi ha un taller mecanic?
-Per que? -preguntó, demostrándonos su áspera voz de fumador.
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rosas con espinas [guardiola x mourinho]
FanfictionEn los años noventa, aun en el FC Barcelona, Guardiola tiene planes para confesar su amor por el curioso portugués que actúa de entrenador suplente, un tal Mourinho. Sin embargo, el destino tenía otros planes para ese día. Más de una década después...