té para tres

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El eclipse no fue parcial

Y cegó nuestras miradas

Te vi que llorabas

Te vi que llorabas, por él.

Té para tres.

Té para tres -Soda Stereo

José no regresó ese día. Lo esperamos con Caro hasta la hora de la cena, pero no había ni rastros de él. Ella, por supuesto, estaba furiosa, pero traté de alentarla lo más posible.

Después de comer regresé a la fogata frente al mar. Siempre me servía observar la naturaleza para despejar mi mente y ayudarme a pensar. El día siguiente sería el último en Portugal, y luego podría regresar a mi vida tal como era antes. Y, debido a que José y yo trabajamos en distintas ciudades, no volveríamos a cruzarnos con tanta frecuencia.

No sabía cómo sería capaz de sentirme cuando lo volviese a ver. No sabía cómo él reaccionaría al verme a mí. Ambos la habíamos cagado y yo me sentía fatal.

-¿Puedo acompañarte? -me sorprendió Caro sonriendo antes de sentarse a mi lado.

-Sí, por supuesto -dije para ser cortés, cuando la realidad era que quería estar solo.

Y nos mantuvimos en silencio. Ahora que ella estaba justo a mi lado me sentía nervioso. Me atemorizaba pensar en el tema, como si tuviera miedo de que ella pudiese leer mis pensamientos y descubrir la verdad.

-José me escribió una carta el otro día -habló mirando al horizonte.

-¿Ah, sí? -pregunté, sabiendo a qué se refería-. Eso... es genial.

En respuesta obtuve una una pequeña risa distraída. Por un momento me sentí mal al pensar que ella creía que la carta fue de su marido hacia ella.

-Sabes... Yo sé que tú has escrito la carta.

-¿Qué? -la miré aterrado, antes de volver a la actuación- No sé de qué hablas...

-Anda... Ambos sabemos que José no es lo suficientemente inteligente para escribir esa carta, esa expresión de amor tan poética, tan... mágica.

La analizaba con la mirada, pero ella seguía admirando el fuego. No sabía qué decir.

-Caro, yo...

Y no pude continuar hablando porque ella se acercó a mí y me besó. Me tomó un momento procesar lo que estaba pasando, pero cuando lo hice me alejé.

-¿Qué...? -pregunté en plena confusión.

-Me siento igual que tú, Pep -me miró con una sonrisa de enamorada.

-Caro... Yo soy gay... -dije sintiéndome culpable al respecto, sintiendo que no podía decir nada más que la verdad.

Su mirada cambió instantáneamente. De estar enamorada pasó a estar con el corazón roto. Se alejó con la mirada en el suelo.

-Por supuesto... Sabía que era muy bueno para ser verdad -habló tratando de reírse, pero su voz se quebró.

-Carito... -acaricié su espalda tratando de hacerla sentir mejor.

-Es que José está tan distante últimamente... -lágrimas se asomaban por sus ojos- No me presta atención, desaparece por horas, él ya no me ama...

-Anda, estoy seguro que sí lo hace...

-¡No, ya no me ama! -estalló en llanto- Y pensé, que por una vez en mi vida, alguien sincero, sentimental, romántico, poético estaba interesado en mí... -me miró a los ojos- Tú te preocupas por mí, me miras, y coño, ¡eres catalán! -se secó las lágrimas bruscamente- Sé que suena ridículo, ¡pero es quien soy! ¡Y José ni se interesaba por eso! ¿Sabes por cuánto tiempo he querido hablar catalán?

-¡Aún podemos hablar catalán! -me costaba encontrar las palabras adecuadas- Pero... ¿Qué hay con lo de ampliar la familia que hablaba José?

-¡No hay nada de eso, no hay ningún bebé! -gritó.

Ella sollozaba, y simplemente estuve ahí para ella. Estaba claro que era un momento catártico y la dejé llorar. Después de unos minutos se calmó lo suficiente para volver a hablar.

-No me puedo embarazar, no puedo -sollozaba adolorida-. No quería nada más que compartir una simple vida con mi marido, ver a los niños crecer, pero... Agh, José se enfoca tanto en su carrera y yo tan sola sin mi bebé...

-Caro, lo lamento mucho, sé que es algo muy importante para ti -me acerqué para abrazarla. 

-¡Y después tiene la audacia de decir en frente de toda su familia que queremos tener hijos! -se aferraba a mi camisa-. ¡Él lo sabe todo y aún así...!

-No puedo creer que haya hecho eso -acaricié su espalda-. Deberías hablarlo con él. Tienes mucha gente a tu alrededor que te quiere, y con o sin bebé eres igual de valiosa. Y yo estaré aquí para lo que necesites.

-No, evidentemente no -se alejó un poco con una triste sonrisa-. Eres gay, no puedes... -se interrumpió antes de volver a hablar- ¿Entonces para quién era esa carta? Si no era para mí y la has escrito aquí...

La miré sin decir nada, sin atreverme a decir la verdad y sin fuerzas para mentir. Pero ella entendió. Su mirada se transformó completamente, dejando atrás todo rastro de emoción.

-Carito, escucha... -comencé en un susurro.

-¿Han estado juntos? -se alejó.

-Déjame explicar...

-José y tú, ¿han follado? -detrás de la rabia con la que hablaba escupió un dejo de tristeza.

Nuevamente, mi mirada silenciosa le dijo todo lo que tenía que saber. Sin decir más se levantó y regresó a la casa.

No sabía que mi corazón era capaz de romperse de tal manera.

Todo lo que pude haber hecho mal, lo hice. No me quedaban cualidades positivas, era un desecho de persona por donde sea que se me mire. Había arruinado el matrimonio y las vidas de dos personas que no hicieron más que portarse bien conmigo, que solo me mostraron bondad, y yo a cambio me dejé llevar.

¿Cómo iba a seguir ahora?

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SE CIERRA EL TRIANGULO AMOROSO RAAAAAH

Perdonen que tardé tanto con este cap, la vida me mantiene ocupada. Pero acá está :D Tenía muchas ganas de hacer una historia con un triángulo amoroso en serio, donde todos tienen sentimientos mutuamente. Gracias por leer :]

rosas con espinas [guardiola x mourinho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora