i want you

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i want you
i hold one card that i can't use
but i want you.
you're coming back
and it's the end of the world
we're starting over
and i love you, darling
and i am done, dear.

i want you -Mitski

Al cruzar la frontera internacional, el viaje había obtenido una nueva energía. Todos estábamos igual de emocionados por conocer el nuevo país, por ver todos los carteles en portugués.

-Você nao vai me ouvrir falar espanhol de novo, só português! -habló Mourinho emocionado, sujetando fuertemente el volante.

-Anda, cariño, que nadie puede entenderte -le respondió Caro aparentemente alegre, pero su sonrisa denotaba irritación.

-Nao nao, agora que estamos em Portugal nao preciso falar espanhol -mantenía su actitud intacta.

-José, solo tú hablas portugués de los que estamos aquí -poco a poco su fachada se iba borrando.

-Nao e problema meu, você nunca quis aprender a lingua.

-¡Así que ahora me reclamas eso! ¡Tú nunca has querido aprender el catalán! -suspiró- Saps qué? No he de parlar espanyol, a veure si així et pasa el cap dur.

Ambos continuaron gritándose, cada uno en su idioma, sabiendo que el otro no podía comprenderlo. Con Nora decidimos alejarnos de esa situación para irnos a la otra punta de la casa rodante. Si bien aun se escuchaba todo, era mejor a la lejanía. Quería hablarle de la discusión, preguntarle su opinión, tratar de entender la situación. Pero no pensaba que me correspondía hablar de un matrimonio ajeno, así que mantuve la boca cerrada. Aunque un vistazo a Nora me bastó para saber que ella pensaba lo mismo.

Eventualmente se cansaron de pelear y se mantuvieron en un tenso silencio. Sin embargo, en ningún momento nos deteníamos para visitar los lugares por los que pasábamos o siquiera estirar las piernas, como hacíamos en España. Quizás José quería llegar a su ciudad rápidamente, o que el viaje termine cuanto antes. O ambas.

Nos comunicó, ya a pocos minutos de su casa, que esa misma noche invitaría a su familia a una cena de bienvenida. No parecía darnos la opción de elegir pero yo tampoco me oponía. Me intrigaba conocer a sus padres.

Al ver esa enorme casa sentí todos mis problemas desaparecer por un segundo. Llena de verde, estaba a orillas del mar, con una playa privada. El viaje valía la pena si podía hospedarme en tan hermoso lugar. Llevamos los equipajes hacia el interior, y apenas entrar al lugar quedamos sorprendidos. Nora, Caro y yo nos dedicamos a recorrer el lugar como si fuéramos niños, abriendo todas las puertas, subiendo las escaleras, saliendo a los balcones. Debimos detenernos cuando Mou nos llamó para organizarnos.

Como esa misma noche venía su familia, era necesario poner la casa en condiciones aptas para invitados. Luego de tanto tiempo inhabitada, estaba bastante sucia. Así, nos repartimos en grupos: Nora y yo para comprar, Caro y Mou para limpiar. Caro insistió en quedarse con su marido en lugar de salir. Fuego parecía salir de su mirada. 

Con las indicaciones para ir al supermercado partimos con Nora. Habremos tardado una media hora hasta regresar sosteniendo unas bolsas increíblemente llenas. Llevé aquellas que tenían productos que necesitaban refrigeración a la cocina para guardarlas en la nevera. Mientras hacía esto, podía ver el jardín a través de la ventana, donde estaba la pareja conversando. A pesar de que no podía oír nada, era claro que se trataba de una conversación seria, importante. Se abrazaron. Un abrazo cargado de sentimientos. Caro abrió los ojos para encontrarse con mi mirada, y se mostró sorprendida e incluso alterada. Rápidamente me concentré en mi tarea evitando dirigir la vista hacia la ventana.

rosas con espinas [guardiola x mourinho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora