"Dos formas de vida"

73 8 0
                                    

Blanca estaba esperando en el bosque a las afueras del campamento, estaba lista para partir, pero Wrath le pidió un momento con su clan.

Los Goblin rodeaban a su líder en gestos de preocupación, brindándole palabras de apoyo y afecto mientras le devolvían sus katanas.

Tal reunión emotiva la llenó de interés, y no pudo evitar compararlos a su clan.

No es como si las arañas no fueran unidas, porque lo son, pero el sistema de la matriarca Ariel incita a la independencia por sobre todo. Prueba de ello, es que ella pueda estar tranquila sabiendo el desastre en su madriguera, confía en que sus hermanas puedan reparar los daños mientras ella caza el Centaleón

Una araña puede sobrevivir incluso sin el apoyo de su familia, así fueron criadas todas, pero los Goblin se necesitan los unos a los otros para vivir por ello es que estén tan asustados de dejar ir a su gran líder.

Blanca observaba la escena con curiosidad, sintiendo una sensación de admiración hacia los goblins y su fuerte vínculo emocional con su líder, Wrath. Aunque ella misma era una cazadora solitaria, criada en la independencia de su clan de arañas, no podía evitar sentir una pizca de envidia ante la unión y el apoyo que los goblins mostraban hacia su líder.

La escena era parecida a cuando su abuela era rodeada por sus hermanas, todas admirándola y deseándole lo mejor. Mismos rostros que se llenan de preocupación cuando la ven luchar, es como si individuos como Ariel y el oni proyectarán la misma energía que tranquilizaba a los demás.

Wrath, por su parte, agradeció a su clan por su apoyo y les aseguró que estarían bien sin él, que Blanca y él volverían pronto. Los goblins asintieron con la cabeza, pero algunos no pudieron evitar soltar algunas lágrimas. Wrath se acercó a Blanca, quien lo esperaba pacientemente, y juntos se adentraron en el bosque, dejando atrás el campamento goblin.

.

.

.

.

Wrath y Blanca caminaban en silencio por el espeso bosque, el sol de la mañana filtrándose a través de las copas de los árboles. El oni seguía a la chica meditativo entre sus pensamientos, el gran reto que los esperaba le preocupa en su interior así como la posibilidad de dejar a su clan desprotegidos.

Sabiendo muy poco de su enemigo, no puede evitar soltar su preocupación en voz alta.

—Me pregunto que es este monstruo...—Susurró lo suficientemente fuerte como para que Blanca lo escuchara.

Eso hizo clic en la cabeza de la araña. "Ah, cierto, él no sabe a lo que nos enfrentamos", pensó casi queriendo darse una bofetada mental. En estas circunstancias al menos debería hablarle sobre su enemigo.

—Centaleón.

—¿Eh?—Wrath miró confuso a la chica y esta volvió a repetir.

—Es un centaleón...

—Centaleón...—Repitió haciendo memoria, y entonces recordó de golpe—Bestias salvajes conquistadoras de tierra ¡Ya lo recuerdo! ¿Pero creí que ya habían sido eliminadas?

Blanca se subió de hombros, ella tampoco entendía muy bien como un monstruo como ese no ha sido eliminado, quizás es el último sobreviviente de su clan ¿Quién sabe? Tampoco le importa demasiado, lo único que importaba era como eliminarlo.

—Tienes razón, solo importa que seremos nosotros quienes les pongamos fin—Afirmó Wrath lo que la sobresaltó nuevamente.

Blanca no puede evitar verle sorprendida.

—(¡De nuevo leyó mis pensamientos! Sabía que es un esper, está jugando conmigo lo sé)

—No, de verdad no soy un esper, solo interpreto tus gestos corporales...

—(Ugh...)—Blanca hizo un gesto de derrota.

Era extraño de alguna forma, quitando a su familia, probablemente el Oni sea el individuo con el que mejor a interactuado en mucho tiempo. Al menos no se mostraba ofendido, fastidiado o la ignoraba directamente por su silencio.

Alguna vez Ariel la reprendió sobre que debe hacer un esfuerzo por comunicarse mejor, o de lo contrario nunca se llevaría bien con otras razas, lo cual era vital si estabas destinada a ser la matriarca. Una pared que realmente no estaba feliz de cruzar.

No obstante, con el Oni, era un poquito diferente, ya que la aceptó abierto de mente y la entendía con pocas palabras, incluso hizo un esfuerzo con él, aunque fuese un avance muy pequeño era bastante para ella ¡Puede lograrlo si se lo propone! Pensaba un tanto orgullosa.

Blanca y Wrath avanzaban con cautela a través del espeso bosque, con la guía de la mujer seguían acercándose poco a poco a la ubicación del Centaleón.

Incluso si no hablaban mucho, su comunicación era fluida a través de los gestos y miradas.

En un momento dado, Blanca se detuvo y se agachó, señalando algo en el suelo. Wrath se acercó para ver lo que había encontrado. Era una huella grande y profunda, claramente perteneciente al Centaleón.

Blanca hizo un gesto con la mano, indicando que el monstruo había pasado por allí recientemente. Wrath asintió con la cabeza y sacó una pequeña brújula de su bolsillo, revisando la dirección en la que se estaban moviendo.

—Vamos en la dirección correcta —dijo, mostrando la brújula a Blanca.

Ella asintió y ambos continuaron su camino, siguiendo las huellas del Centaleón. A medida que avanzaban, Blanca se movía con sigilo, usando su agilidad arácnida para evitar las ramas y los arbustos, mientras que Wrath, con su imponente figura oni, abría camino a través de la maleza.

Pero, repentinamente, Blanca pisa una rama, la cual brilló formando un círculo de conjuro que la albina reconoció como trampa demasiado tarde. La magia invocó un círculo de fuego intenso.

Wrath observó como pronto la mujer iba a ser engullida por las llamas por lo que reaccionó de forma instantánea, saltó para abalanzarse sobre ella y salvarla en el último segundo, antes de que el torrente de fuego se expandiera, pero recibiendo quemaduras en su brazo en consecuencia.

Ambos cayeron en el suelo rodando unos metros deteniéndose uno frente al otro.

El fuego se expandió como una explosión volviendo cenizas todo su alrededor, apenas deteniéndose unos metros frente a ellos. Blanca logró conjurar un escudo que los protegió a ambos de la llamarada que duró unos eternos segundos, cuando parecía seguro deshizo el hechizo.

El frondoso bosque por el que caminaban se redujo a cenizas y troncos quemados, era tan sorprendente que Blanca no cabía en su asombro.

—(¿Ahora hace trampas?)—Pensó alarmada, previendo que la derrota del centaleón sería aún más complicada de lo esperado.

De pronto unos gruñidos de dolor la alarmaron, Wrath se sentaba en el suelo sosteniéndose el brazo izquierdo, la manga larga de su suerte de lana y el guantelete de cuero tachonado estaban chamuscados y dejaban ver unas quemaduras graves.

Blanca no pudo evitar hacer un gesto de dolencia por la situación y se arrodilló a su lado quitándole las prendas quemadas.

—Descuida, he tenido peores...—Dijo Wrath para tranquilizar los ánimos, pero entonces Blanca colocó sus manos sobre la herida y emanó una luz verde de ella, usaba magia para curarlo.

Ambos guardaron silencio, conscientes de alguna forma de lo complicada que iba a ser la misión que se impusieron, pero viendo el lado bueno de que al menos tomaron la decisión correcta sobre la alianza, de lo contrario estarían muertos, así de fuerte era el enemigo.

—Deberemos tener más cuidado de aquí en adelante...—La mujer asintió en silencio.

Con eso el atardecer los alumbró anunciando la entrada de la noche...

Continuará...

CentaleónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora