𝙿𝚁𝙾𝙵𝙴𝚂𝙾𝚁 ; 𝙼𝙰𝚁𝙶𝚄𝚂

14.

Después de estar dos días, prácticamente, encima de su padre, el día del muro de la verdad había llegado.

No estaba nervioso, sería como todos los meses tener cartas de amor, por lo menos cinco personas queriendo asesinar a Luca, y Maxi contactando a sus amigos de gansters para que no le pasara nada a su pequeño novio.

Incluso su papá le había pedido los números de esos hombres peligrosos, los chicos famosos que empezaban en ese camino en todo el mundo tenían muchos haters y amenazas de muerte. No estaba de más tener sus prevenciones.

Pero después recordó que eso era ilegal así que descartó la idea.

Dejando eso de lado, había llegado al colegio en el auto de su padre, ya que Marcos no podía pasar por él por obvias razones. Así que después de despedirse de su progenitor con un beso en la mejilla salió del auto siendo recibido por sus dos amigos.

— Agustín — Escucho a Luca aún viendo por donde el señor Guardis se fue — Creo que estoy enamorado de tu papá.

— Me alegra que él te vea como un hijo, así que te voy a pedir que no hables así o me vas a hacer vomitar.

— Por dos — Concluyó Maxi.

Finalmente entraron viendo a todos los alumnos caminar rápido al muro, todos se veían emocionados y algunos alterados.

— ¿Ya pusiste tu nota? — Pregunto Agus y Luca negó frunciendo el ceño.

— Espere a que llegues vos.

— Parece que alguien dejó una nota que emocionó a todos más que vos — Maxi agregó, abriendo paso entre todos los estudiantes que solo se dedicaban a leer la gran cartulina pegada.

             El profesor de historia Marcos Ginocchio tiene una relación secreta con su alumno Agustín Guardis.

Agustín tragó pesado ante eso, sintió sudar frio y el ruido a su alrededor se esfumó.

Por otro lado, Luca frunció más el ceño, enojado ante la mirada de todos en su amigo y de inmediato arrancó la cartulina.

— ¿Quién fue? — Preguntó Maxi en un grito que hizo callar a todos — Quién quiera que sea el que lo hizo, de gracias a dios que mañana esté vivo.

Luca y Maxi agarraron a su amigo, hasta hacerlo salir de todos y caminaron por los pasillos. No hasta que se toparon con el director quien de inmediato se acercó a ellos.

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El director dejó caer la cartulina en su escritorio, frente a él, Marcos y Agustín con la mirada hacía el suelo mientras que el menor jugaba con los dedos de sus manos.

— Joven Guardis — habló el mayor y el nombrado volteo a verlo con lentitud — ¿Me puede explicar esto?

— Señor director, yo le voy a explicar todo...

— Guarde silencio — Marcos se mordió la lengua obligándose a callar — Guardis, estoy esperando su respuesta.

— Yo... — el menor volteo por un segundo hacia Marcos y después a la cartulina — Perdón.

El director se cruzó de piernas y bufó pesado antes de pasarse las manos por la cara.

— Usted solo viene y dice perdón después de causar tanto caos. Ustedes dos tenían una relación a escondidas a pesar de que sabían que estaba mal — gritó lo último y los dos se asustaron por lo repentino — No lo han negado así que me afirman lo que esta cartulina dice.