Capítulo 7

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El Uzumaki observaba la comida en el lugar, tragó pesado, tenía demasiada hambre y todo se veía delicioso, había unos panecillos nikuman  y un vaso de ramen, lamió sus labios, con velocidad colocó una olla con agua en el fogón y un platillo con agujeros sobre esta, colocó los panecillos encima, los veía con cuidado, esperaba pacientemente mientras devoraba una jugosa manzana, se sentía bien, por fin había salido de ese agujero, tenía cama calentita, una ducha, un lugar para hacer sus necesidades, un lugar para entrenar, libros, herramientas y lo principal, comida, sonrió con emoción al ver el pan sacar un poco de humo, ya estaba, los colocó en un plato, el agua de la olla la vació en el vaso de ramen, mientras este estaba se sentó a devorar los panecillos lentamente, esta vez los disfrutaría como debía ser, eran deliciosos.

El ramen estuvo listo, sus ojos se abrieron enormes, comenzó a comerlo con emoción, era delicioso, cuando terminó estaba demasiado lleno, su estómago con los años se había hecho pequeño para aceptar las pequeñas reservas de comida que obtenía de los insectos, guardó las cosas, decidió conocer el lugar, si esto era una celda, era una celda de lujo, llegó hasta un enorme salón con un trono en él, sonrió, esta era el área de entrenamiento, vio un cuarto que decía herramientas, con velocidad corrió, lo abrió con sorpresa observando que estaba bastante completo, sacó unas dianas, las colocó en unos clavos que estaban en la pared, parecía estar para ellas, dejó a unos clones, ahora podía usar más, levantó su vista observando cables en el techo con un gancho, dedujo que eran para las dianas, para entrenar con ellas en movimiento, comenzó a girar con emoción sobre sí.

Un cuervo graznó en el techo, lo vio con cuidado, lo seguía para donde se movía, así que así lo ubicaba, ahora entendía a qué se refería con que lo encontraría, giró su mirada al lugar, tomó unas pesas, comenzó a correr con velocidad con ellas, podía sentir sus piernas extenderse, lo disfrutó al máximo, le encantaba el lugar, aquí podía entrenar, comer y estar seguro, aunque al final era otra celda y quién sabe qué demonios quería hacerle ese sujeto, aún recordaba esa caricia, le había gustado, nunca había obtenido una, le encantó.

…..

Sus clones entrenaban mientras él se sentaba a descansar un poco, se dejó caer al suelo con cansancio, ya era tarde, se daría una ducha, se levantó y caminó hacia el cuarto de duchas, en su cubículo había jabón y shampoo, olían deliciosos, ya no apestaba a excremento, se desnudó dejando su ropa en el primer locker, entró en la ducha, comenzó a bañarse lentamente disfrutando del agua, lo había hecho los últimos días valorando cada cosa que obtenía, el agua era fría pero era mejor que nada, sintió nuevamente una mirada, sabía quién era, se cubrió sus partes con algo de miedo -no te cubras, deseo verte, quiero ver como te bañas -Naruto se puso demasiado rojo -recuerda que ahora eres mío -el rubio observó sus onix, era una orden que no debía rechazar, eso era obvio, cerró sus ojos, con timidez comenzó a bañarse, hizo como si el sujeto no estuviera ahí, pero era difícil, sabía que lo observaba con cuidado, abrió sus ojos tragando pesado al verlo observar con descaro su cuerpo.

-Cuánto… -lamió sus labios con algo de miedo -¿cuánto tiempo duré en ese lugar encerrado? -Itachi no lo perdía de vista, lo observaba con cuidado -casi tres años, ahora mismo tienes dieciocho, el día de ayer exactamente -Naruto abrió sus grises con sorpresa, bajó su rostro con tristeza y coraje -el Uchiha se acercó por la barra del cubículo de la ducha -¿los odias? -el rubio respondió en un susurro -quiero destruirlos, quiero matarlos con mis propias manos, quiero hacerlos sufrir, me robaron tres años de mi vida, quiero destruir Konoha por hacer de mi infancia un infierno, los odio tanto -

Itachi lo observó con cuidado, su mano se elevó, con el dorso de ella acarició su mejilla suavemente, comenzó a bajarla por su cuello, su hombro y su brazo erizando la piel del rubio -te ayudaré, sólo… -lamió sus labios con ansiedad -sólo no huyas -Naruto lo veía con cuidado sintiendo el agua fría caer sobre su cuerpo, sus onix lo atrapaban con descaro, asintió levemente, cerró la llave de la ducha, salió con calma secándose bajo la atenta mirada del Uchiha.

Oscuridad (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora