Capítulo 7

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19 de Junio, 2014 — Brasil

—¿¡Rafael!? Memo, dime que no crees eso. —Javier se encuentra exasperado y reclamando con un tono acusatorio desde la cama de Guardado.

—¿Por qué creería lo contrario? —Guillermo responde, cabizbajo y sin mirarles, mientras finge estar ocupado con algo en su maletín. Tan esquivo como lo ha estado desde el día anterior cuando regresó alterado, arrancando el collar en su cuello para arrojarlo al otro lado de la habitación.

Andrés y Javier comparten una mirada de preocupación. Porque aunque su amigo intenta restarle importancia, todo su semblante y su aroma transmiten la tristeza que está sintiendo.

—No creo que esos regalos sean de Márquez. —Andrés se acerca cuidadosamente para sentarse al lado del portero y acaricia su espalda de una manera tranquilizadora—Además, si así lo son, nos desharemos de ellos y olvidaremos el desabor.

Guillermo suspira pesadamente y se sienta a su lado. El silencio y semblante del portero hace que ambos tengan un mal presentimiento sobre lo que está pasando por su mente.

—Tal vez no debería olvidar el asunto. —Dice casi inaudible, sacando de su bolsillo el maltratado collar al que ahora le falta brillo.

—¿Qué? —Interviene incrédulo Javier, con más seriedad en su porte del que ha tenido en años.

Guillermo traga en seco, renuente a conectar su mirada con sus amigos. —Es decir, mírenme. Yo...–-Finalmente se para para encararlos. —Estoy a punto de cumplir treinta y uno...

—¿Y eso qué?

—No le he interesado a nadie más.

Andrés siente muy dentro de sí, que se refiere a alguien en específico.

—Sabes que eso no es verdad.

—Si, además ¿Te quedarás con él solo porque no te queda de otra? Guillermo, por favor.

—No estoy diciendo que me quedaré con él, solo...Lo estoy pensando.

—No parece que te haga feliz la idea. —Guardado quiere enojarse, pero no puede al ver lo derrotado y resignado que parece estar su mejor amigo. Siente que se rompe frente a él. Suspira. —¿Esto es lo que mereces?

Guillermo solo lo mira, y el corazón de Andrés se acongoja porque sabe que sí. Él cree que es lo que se merece.

☁️☁️☁️

Los siguientes días son un poco de lo mismo. Todos los equipos que no tienen partido se despiertan temprano para ir a entrenar y vuelven al hotel para descansar lo más que pueden antes de volver a repetir las extenuantes rutinas de ejercicio.

Guillermo comienza a hablar un poco más con Rafael, ya sin esquivarlo tanto y aunque sus amigos notan la incómoda mueca en su rostro, siguen viendo como se esfuerza por esconderla.

—Esto es una tontería. —Dice enojado Javier, viendo con desdén la escena, como Guillermo no se rehusó a comer con el defensa mexicano durante el descanso entre rutinas.

—Sí, pero no sé qué más hacer...—Andrés revisa con cuidado los movimientos del alfa, atento de cualquier paso en falso. —De verdad creí que...

—¿Qué? —Lozano no puede evitar preguntar con curiosidad estando sentado tan cerca.

—Que el chico argentino estaba detrás del cortejo.

—¿Messi? —Javier arquea una ceja, quitando su mirada del portero para clavarla en Andrés.

—Sí, de verdad. Parecía demasiado interesado en Guillermo para ser una fijación de cachorro a un superior. Pero, al parecer, Márquez sabía detalles muy específicos del cortejo.

Cachorro de Alfa [Messi x Ochoa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora