Cachorro de Alfa [Messi x Ochoa]

Capítulo 10

29 de Junio, 2014 — Brasil

Kun no estaba preparado para lo que vio al abrir la puerta.

Lionel estaba parado frente a él, completamente fuera de sí. Lo veía fijamente, pero con una mirada que parecía ver a través él.

Pero lo que más lo alarmó fue la fuerte mordida sangrante que Lionel mantenía en su brazo.

—Dios mío, Lionel ¿qué te pasó?. —El alfa menor no respondió pero Sergio al analizar la escena frente a él, ya había comprendido. Su amigo debió haberse contenido demasiado tiempo hasta casi perder la cordura, la mordida en su brazo la única solución que el encontró para abstenerse a marcar como su instinto seguramente le exigió.

Kun suspiró y lo guió adentro. Lionel necesitaba un descanso y respirar aire libre de hormonas para calmarse.

El menor se dejó hacer mientras trataba de regularse y volver en sí mismo.

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30 de Junio, 2014 — Brasil

Guillermo despertó con un terrible dolor de cabeza.

Deja Vú

Le dolía todo el cuerpo y se sentía sudado, desagradable.

Conocía esa sensación, parpadeó para revisar su alrededor encontrando a un Andrés Guardado dormido en el piso junto a él y una jeringa llena de supresores a su lado.

Parpadeó, soltando un quejido frustrado.

Se encargó de llevar a el omega menor hasta su cama y acomodarlo para que descansara como se debe antes de entrar al baño y darse una merecida ducha.

Todo su cuerpo se sentía adolorido, sucio e inflamado.

Odiaba los celos imprevistos.

Salió ya vestido para observar el desastre que era su cama. Se dedicó a limpiar todo el cuarto, no iba a quedar nada fuera de lugar. Quería distraer a su mente, no iba pensar en el partido, no iba a pensar en la eliminación o el desastre con Rafael, no iba a pensar en Lionel.

Si pensaba en ese momento su cabeza iba a explotar.

Andrés despertó horas después para observar a Guillermo limpiando compulsivamente.

—Recuéstate, estás básicamente enfermo. Sabes lo mucho que le afecta a tu cuerpo interrumpir un celo.

—Me siento bien.

—No te ves bien.

El portero suspiró, lo miró derrotado antes de arrastrase e ir a acostarse con Andrés. Su amigo lo abrazó y lo adentró en sus sábanas liberando hormonas propias de protección omega.

—Lo siento...

—¿Por qué? —Preguntó extrañado Guardado.

—Por mi culpa nos descalificaron.

El omega menor lo atrajo hasta su pecho. —No es tu culpa. —Dijo firmemente y Guillermo dejó que su aroma lo invadiera hasta relajarse en él y quedarse profundamente dormido. —Somos un equipo Guille.

Debía descansar antes del caos inminente de aquel día.

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Es un infiel, maldito. Estábamos apunto de comprometernos. Incluso, antes de que se fuera fuimos a ver apartamentos juntos.

Alguien estaba hablando, pero el sonido se percibía lejano.

Llevamos dos años de relación, ¡Dos años! No es justo que ese omega se meta así como así.