Erin pensó que un cambio de aires no le iría mal.
Era el penúltimo curso en Beauxbatons. Había pasado cinco años de su vida rodeada de frías paredes marmoladas y una exagerada necesidad perfección allá a donde iba. A todas horas debía preocuparse de que la punta de sus zapatos estuviera reluciente, su uniforme azul totalmente planchado y el pelo perfecto, bajo ese pretencioso gorro que tanto odiaba.
Beauxbatons era una escuela de élite, de las mejores que existían, pero sobrecargaba a sus alumnos con el deber de destacar en todo lo posible, tanto dentro como fuera del ámbito didáctico. Este hecho daba paso a una más que evidente toxicidad entre la gran mayoría de alumnos. Por eso, se alegró cuando la directora del centro, Olympe Maxime, dio la gran noticia.
Los grandes y blancos portones del comedor se abrieron cuando todos los alumnos ya estaban reunidos en este, dejando así ver a la enorme e imponente figura de la dirigente de la escuela. Cómo si de un acto reflejo se tratara, todos los alumnos se levantaron de sus asientos nada más verla y dejaron de hablar al segundo.
Algo de extrema importancia en dicho colegio era el respeto hacia la directora y los demás profesores.
Los pasos de la semigigante resonaban por las blancas paredes mientras caminaba hacia un pequeño atril.
Erin irguió la espalda lo máximo posible cuando Madame Maxime pasó por delante suyo. Recordó una regañina que le dieron en segundo año por estar distraída delante de la directora, la marcó tanto que jamás volvió a perder la compostura frente a ella.
Aún así no pudo evitar dar una mirada rápida a los zapatos de la gigantesca mujer y preguntarse dónde diablos los compraba. "Debe ser difícil, hasta en el mundo mágico, encontrar una talla 57 de calzado." Pensó la española.
Una vez en el atril, Madame Maxime indicó a todos los presentes, con un ligero movimiento de cabeza, que retomaran sus asientos.
-Queridos alumnos, -inició su discurso en francés, la lengua oficial del centro, a pesar de que había alumnos de toda Europa. Erin no hablaba francés antes de llegar a Beauxbatons, pero aprendió rápido. -espero que vuestro inicio de curso haya sido productivo y estéis disfrutando y manteniendo el foco en vuestros estudios.
Hacía apenas poco más de un mes y medio que habían empezado las clases pero dicho colegio exigía tanta concentración académica que a mediados de septiembre ya estaban todos sobrecargados de deberes, proyectos y exámenes. Por esa misma razón Erin rió al escuchar las palabras de la directora.
Maxime tenía la espalda totalmente recta y las piernas rígidas, Erin pensó que podría lucir estar estreñida para cualquiera que no la conociese.
-Este año académico diferirá de los anteriores ya que, para vuestra suerte, va a tener lugar una de las mayores competiciones del mundo mágico: el Torneo de los Tres Magos.
Nada más escuchar eso todo el mundo comenzó a cuchichear y a susurrar con sus amigos y compañeros, pero con un simple carraspeo de la directora todos volvieron a centrarse en su discurso.
-Es por eso que este curso los alumnos de sexto y séptimo año partirán en viaje al colegio Hogwarts de Magia y Hechicería: nuestros queridos amigos de Reino Unido. Así que, recomiendo que dichos alumnos empiecen a preparar su equipaje, ya que partiremos mañana al mediodía.
Con eso, Olympe dio por finalizado su discurso y todo el mundo pudo disfrutar de la deliciosa cena que la escuela ofrecía.
Erin sonrió tras escuchar la noticia. Por fin podría cambiar de aires, conocer gente nueva, y sentirse un poco menos presionada por la exigencia de su centro educativo. O al menos eso esperaba.
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Unknown [Fred Weasley]
FanfictionLa vida de Erin esconde un oscuro secreto, una mentira que la persigue. En un mundo de magia y oscuridad, donde las sombras acechan en cada esquina, un amor se va gestando poco a poco, entre risas, conflictos y peligros que les obligan a confiar el...