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Cuando el treinta y uno de octubre llegó, todo Hogwarts estaba lleno de una emoción sin igual. El entusiasmo por descubrir a los campeones del torneo era palpable desde los alumnos de primero a los de séptimo. Los fantasmas y los profesores estaban más emocionados de lo normal, incluso corría el rumor de que Filch le había sonreído a un alumno.

Tras las clases, en los jardines del castillo, Fred y George ya imberbes y rejuvenecidos, incitaban a varios alumnos a realizar unas apuestas de último minuto.
Erin y Alex les miraban sentadas en uno de los bancos de piedra, haciendo tiempo hasta la hora del tan esperado banquete.

Erin se abrazó a si misma en un penoso intenso de resguardarse del frío otoñal.

-¿Cuánto tiempo hace que sois amigos? -Le preguntó la rubia a su amiga, curiosa por la relación tan cercana que tenía con los gemelos.

-Seis años. -Alex esbozó una sonrisa divertida, recordando su primer encuentro.- Fred me hizo la zancadilla en el tren hacia Hogwarts en nuestro primer año, luego yo le pegué un puñetazo y desde entonces somos mejores amigos.

-¿Y luego conociste a George?

Los ojos verdes de Alex se posaron en el pelirrojo, el cual parecía hacer negocios con algunos Gryffindor de primero, ajeno a la conversación de Alex y Erin. La de pelo largo sonrió viendo cómo George despeinaba amistosamente el pelo a uno de los alumnos. Asintió, respondiendo a la pregunta. Erin alzó una ceja justo cuando los ojos de la Slytherin se volvieron a posar en ella.

-¿Qué? -preguntó al ver la expresión de Erin.

-¿Te gusta?

-¡No! Erin, somos como hermanos, que asco...

-Te gusta. -Afirmó Erin sonriendo de lado. Con su mano derecha dió un par de pequeños golpes en el costado de Alex, juguetona.

-Que no, te estoy diciendo. -Alex se alejó unos centímetros de Erin para evitar los pequeños golpes en su cintura.
La morena se cruzó de brazos y se negó a mirar a la alumna de Beauxbatons, pero no sabía dónde posar sus ojos si no era en los gemelos, o mejor dicho, en ese gemelo.

-Te pega. -Erin también miró a Fred y a George, batallando mentalmente por llegar a diferenciarlos.- Es más listo que Fred.

Alex soltó una carcajada.

-No es muy difícil ser más listo que Fred.

Erin rió ligeramente, levantándose el banco. Los pocos alumnos que seguían por los jardines estaban caminando hacia el maravilloso castillo, el cual estaba iluminado por la tenue luz anaranjada del atardecer.

-El banquete debe estar a punto de empezar. Vamos a cenar, que me muero de hambre. -Erin colocó sus manos a cada lado de su boca, mirando en dirección a los gemelos.- ¡Vamos a cenar! ¡No os olvidéis de mi parte del dinero! ¡El de la apuesta!

La voz de Erin se proyectó lo suficientemente alto para que los gemelos, a lo lejos, la escucharán. Ambos miraron a la pareja de amigas y se despidieron con la mano de las dos.

-Vámonos, George y Fred irán después. -Alex se levantó del banco y se ajustó la túnica.- Descubramos quién va a arriesgar su vida este año.

...

Todo el gran comedor había sido decorado para Halloween. Calabazas con tétricas caras talladas se posaban en las esquinas de la gran y majestuosa sala en la que los alumnos se reunían para comer. Una vela en su interior proyectaba sus rostros grabados sobre los suelos de piedra.

Los fantasmas flotaban entre las mesas atravesando a varios alumnos, más emocionados de lo habitual. Erin no tenía claro si los entes solamente estaban emocionados por el torneo o si el treinta y uno de octubre les llenaba de adrenalina.
Muchos alumnos parecían estar acostumbrados, pero otros se quejaban de ser molestados por los espectros del castillo.

Unknown [Fred Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora