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Al día siguiente Erin ya estaba completamente recuperada de su resaca. Había pasado la noche profundamente dormida entre las suaves sábanas de su cama, esta vez en el carruaje de Beauxbatons. Aun así, a pesar del descanso del que había gozado durante toda la noche, no pudo recordar casi nada de lo sucedido en la fiesta.

Durante la noche anterior, Madame Maxime le había estado juzgando con la mirada. Erin sabía que la directora no se creyó la excusa que Alastor Moody le puso, pero tampoco estaba dispuesta a quejarse. Se había librado de un gran castigo.

Totalmente descansada, sin ojeras ni dolor de cabeza y el uniforme perfectamente limpio y planchado, se sentó a desayunar en la mesa de la casa de las serpientes.

Con el plato a rebosar de huevos y bacon, comía mientras mantenía una animada conversación con Alex y Blaise. Hablaban de banalidades, como de los exámenes que se aproximaban o los recientes partidos de Quidditch que habían tenido lugar, aunque Erin no estaba muy enterada del tema.

-Por lo que dicen en El Profeta, los Tornados de Tutshill estuvieron increíbles. -comentó Blaise mientras mojaba una magdalena en su taza de leche.

Alex soltó una carcajada.

-¡Fue pura suerte! ¿Has visto como jugaron los Chudley Cannons? Fue una pena que Gordon Horton estuviera lesionado, sino hubiéramos ganado.

-Sí, sí, seguro. -Blaise sonrió con sorna.- Aún así los Tornados ganaron, por mucho que te pique.

Erin escuchaba la conversación con una sonrisa divertida. No entendía mucho de Quidditch, pero ver a sus dos amigos debatir tan animadamente le causaba gracia.

-Aún así, no hay equipo mejor que el de Irlanda. En los mundiales estuvieron magníficos.

-Te recuerdo que aunque ganaron contra Bulgaria, ese armario con patas de allí atrapó la snitch. -Blaise, con un movimiento de cabeza, señaló al campeón de Drumstrang.

Viktor Krum era conocido por todo el mundo mágico por su próspera y exitosa carrera como buscador. Su maestría como cazador había hecho que el excitante partido acabara cuando él alcanzó la snitch.

-¿Estuviste en los mundiales? -Erin plasmó la mirada en su amiga, la cual asintió respondiendo a su pregunta.

Incluso los magos y brujas que no estaban muy involucrados en el deporte por excelencia del mundo mágico se enteraron de la catástrofe que tuvo lugar en los mundiales.

Los seguidores del que no debe ser nombrado arrasaron y causaron destrozos por todas las carpas y tiendas de campaña, haciendo cundir el pánico entre todos los aficionados que habían ido a pasar varios días disfrutando de su deporte favorito.

-¿Entonces viste a los mortífagos?

Con interés, Erin se acercó más a Alex. Bajó la voz para que nadie escuchara la pregunta. A pesar de que no llevaba más de dos meses en el colegio ya había escuchado el rumor de que las familias pertenecientes a Slytherin eran, en su mayoría, seguidoras del Señor Tenebroso.

Alex asintió y a la rubia se le puso la piel de gallina. Alex también bajó la voz al hablar.

-Fue horrible. Todo estaba destruido e incendiado por los mortífagos. Vimos la marca tenebrosa en el cielo y perdimos a Harry de vista por bastante tiempo. Por un segundo pensé que Quién-tu-sabes estaba allí, y que se lo había llevado...

La mirada de Erin se posó en la mesa de Gryffindor, más concretamente en Harry. El pelinegro desayunaba acompañado de Ron y Hermione, quienes parecían estar discutiendo. Harry parecía estar acostumbrado a la situación, ya que les miraba con una pequeña sonrisa.

Unknown [Fred Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora