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El castillo de Hogwarts se alzaba majestuoso en medio del paisaje invernal, sus torres góticas se recortaban contra el cielo gris plomizo. A medida que el frío se intensificaba, los estudiantes se apresuraban a abrigarse, sus alientos se condensaban en el aire helado mientras se dirigían a sus clases. El sonido crujiente de las pisadas sobre la nieve era acompañado por el silbido del viento que se colaba entre las grietas de las paredes de marmoladas.

Dentro del castillo, en el Gran Comedor, el ambiente vibraba con la emoción del torneo. Las mesas estaban adornadas con destellos de escarcha y las ventanas gélidas dejaban entrever el paisaje invernal. Los estudiantes conversaban animadamente, sus voces llenaban el espacio con un murmullo constante.

Viktor Krum, el campeón de Durmstrang, destacaba entre la multitud con su porte atlético, e irónicamente, su mirada dubitativa. Vestido con su túnica azul oscuro, transmitía inseguridad, tanto en sus ojos como en sus pasos. Los demás estudiantes se agolpaban a su alrededor, buscando su atención y deseando escuchar sus experiencias en el quidditch profesional. Su presencia imponente y su aura se extendían por todo el castillo.

Cedric Diggory, el campeón de Hogwarts, también era objeto de halagos y admiración. Su cabello castaño oscuro y su sonrisa amable lo convertían en una figura popular entre sus compañeros. Caminaba con paso firme por los pasillos, saludando a todos con cordialidad y recibiendo el apoyo y la admiración de estudiantes y profesores por igual. La confianza que emanaba se veía reflejada en cada gesto y palabra.

Sin embargo, la situación era muy distinta para Fleur Delacour y Harry Potter. Fleur, la representante de Beauxbatons, había experimentado un cambio notable en su relación con los demás alumnos. Aunque todavía estaba rodeada de sus amigas, el aire de soledad que la envolvía era evidente. Su risa contagiosa había menguado y su expresión descolocada revelaba el peso de las críticas y la envidia que se tejían a sus espaldas.

El uniforme de Beauxbatons, con su elegante túnica azul y sus detalles plateados, había sido objeto de comparaciones desfavorables por parte de algunos estudiantes de Hogwarts. Comentarios susurrados y miradas cargadas de rencor habían minado la confianza de Fleur, haciéndola sentir como una extraña en un mundo que antes le resultaba acogedor.

Pero ni por asomo estaba sufriendo el acoso que le tocaba vivir al campeón más pequeño. Al pelinegro le había tocado la peor parte. Los alumnos llevaban chapas encantadas con su cara deformada y frases insultantes para reírse de él. Y la tan conocida periodista de "El Profeta", Rita Skeeter, no paraba de inventar pantomimas sin sentido solamente para hacer sus insulsas entrevistas algo más interesantes.

Pero lo peor para Harry no fueron ni las burlas de sus compañeros ni las mentiras de la bruja. Lo que más le había dolido era que su hermano de otra madre, Ron Weasley, le estaba aplicando la ley de hielo.

Harry Potter, el famoso niño que vivió, aunque era aclamado por muchos como el héroe que había sobrevivido al ataque de Lord Voldemort, también tenía a quienes dudaban de sus capacidades y cuestionaban su presencia en el torneo. Sus pasos solitarios resonaban en los pasillos, y a menudo se encontraba sumergido en pensamientos profundos mientras buscaba respuestas en las páginas de su libro de hechizos.

A medida que las primeras semanas de noviembre avanzaban, el frío glaciar parecía reflejar el distanciamiento y la tensión que envolvían a los cuatro campeones. Sus destinos estaban entrelazados en un torneo lleno de desafíos y peligros, pero también en el laberinto complejo de las relaciones humanas y las emociones encontradas. En Hogwarts, bajo el manto de nieve, el enfrentamiento entre el reconocimiento y la envidia, la confianza y la soledad, seguía tejiendo su trama en cada rincón del castillo mágico.

Durante esas semanas Harry había pasado más tiempo con Hermione de lo habitual. La morena estaba furiosa, no solo con Harry y Ron por negarse a hacer las paces, sino también porque Rita Skeeter había decidido desfogarse con ella en cierto modo, involucrando de forma repentina a la Gryffindor entre las páginas del prestigioso periódico.

Unknown [Fred Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora