Las mantas se habían enredado en las piernas de Erin, y una mancha de sudor se hizo visible justo cuando levantó la cabeza de la almohada al despertar del mal sueño que acababa de tener.
Su respiración estaba agitada, su pecho subía y bajaba al acelerado ritmo de esta.
Sentía el latir de su inquieto corazón en su garganta, resonando con fuerza en sus tímpanos. Verdaderamente el alcohol en grandes cantidades nunca le había sentado bien.-Joder... -Maldijo en voz baja, pasándose las manos por su melena rubia.
Erin parpadeó confundida mientras miraba a su alrededor y se dio cuenta de que estaba en la sala común de Gryffindor. La sala estaba en un estado de caos, con confeti esparcido por el suelo y restos de decoraciones de fiesta en las paredes. Recordó vagamente que había habido una fiesta la noche anterior, pero no recordaba haberse quedado dormida allí.
Se sentó en el sillón en el que se encontraba, tratando de recuperar la compostura y despejar su mente. Las imágenes de su pesadilla aún estaban frescas en su memoria, pero se esforzó por apartarlas y concentrarse en el presente. Se frotó los ojos, tratando de despertarse por completo y comprender cómo había terminado durmiendo allí.
Se incorporó lentamente y miró a su alrededor, tratando de recordar los detalles de la fiesta. La música, las risas y el bullicio resonaban en su cabeza, pero sus recuerdos eran borrosos. Las luces tenues de las lámparas de la sala común iluminaban el espacio, revelando los colores cálidos y acogedores de las paredes de piedra y los sillones cómodos. Los retratos de los antiguos directores de Hogwarts la observaban con curiosidad desde las paredes.
Se tumbó de nuevo en el sofá, intentando controlar su respiración e ignorando el dolor de cabeza que comenzaba a tener, causado por la pesadilla, la resaca y por lo poco que había dormido los últimos días.
A medida que se levantaba y se estiraba, Erin notó que había dormido con algo que no era su pijama. Estaba despeinada y se sentía un poco sucia, por lo que decidió que no iría a clase y que recuperaría todo el sueño perdido. Se envolvió de nuevo entre las mantas y, abrazando con fuerza un cojín, cerró los ojos, sacudiendo la cabeza, auto convenciéndose -o al menos intentándolo- de que ese acto liberaría su mente y le ayudaría a recuperar las horas de sueño y descanso que necesitaba.
No supo con certeza cuando logró dormirse de nuevo, de hecho sólo supo que estaba dormida cuando notó a alguien sacudiendo sus hombros con fuerza, con la clara intención de despertarla.
-Papá... -murmuró, con los ojos pegados y la boca pastosa a causa del horrible sabor de las mañanas- déjame...
Se dio la vuelta y, escondiendo la cara bajo los rojos cojines del sofá, susurró la mítica frase de "solo cinco minutos más".
-No soy tu padre, imbécil. -Reconoció la voz femenina que la había despertado de aquel ansiado sueño. Escondió su cabeza bajo la manta. -Cómo no te levantes, te tiro un cubo de agua helada. Tú decides.
Erin notó como le arrancaban las sábanas de encima, justo antes de que ella se sentara en la cama para después estirarse, colocando un cojín en su regazo. Abrió los ojos lentamente, revelando a Alex y Ginny paradas junto al sillón. Su mirada somnolienta se encontró con la sonrisa juguetona de Ginny y la expresión más seria de Alex.
-Qué agresiva te pones a veces. -bostezó, con los ojos aún pegados por las legañas y restos de baba en la comisura de los labios. -Buenos días a vosotras también.
-Ni buenos días ni mierdas. -Ginny arrebató el cojín de los brazos y le golpeó con ella, con la inútil esperanza de desperezarla aunque fuera un poco, aunque sólo logró que se tambaleara ligeramente. -Llevamos cinco minutos intentando despertarte, ¿has visto la hora que es?
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Unknown [Fred Weasley]
FanfictionLa vida de Erin esconde un oscuro secreto, una mentira que la persigue. En un mundo de magia y oscuridad, donde las sombras acechan en cada esquina, un amor se va gestando poco a poco, entre risas, conflictos y peligros que les obligan a confiar el...