IV

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Capítulo 4.
"COMO ÉL"

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Annabella se dirigió a la biblioteca. Ella era una de esas personas que aunque estén muy cansadas no podía dormir, probablemente eso pasaba a diario y se notaba en su cara si es que no se ponía maquillaje lo cual muy pocas veces lo hacía.

Ella sacó sus libros y empezó a escribir su ensayo de pociones mientras escuchaba música.

La profesora Pince le dejaba escuchar música siempre cuando no esté tan alta.

Unas chicas de Gryffindor y Ravenclaw se sentaron cerca de ella.

–¿Escucharon lo que pasó entre ella y Harry? – murmuró una de las chicas.

– No creo que deberíamos hablar de eso cerca de ella.. – otra chica dijo.

– No nos escuchara, escucha música tan alto aunque la profesora Pince se lo prohibió.

Lo que no sabían era que Annabella si las podía escuchar.

– Dicen que está tratando de manipularlo, para que su padre después pueda matarlo, ¿Porque otra razón creen que empujó a Malfoy? Ella ya sabía que Harry estaba en detención. – mustio la chica de Ravenclaw.

–De seguro tiene la marca, ¿Porque creen que no se saca su túnica?, estamos casi a 30 grados y está hirviendo...

Annabella trató de retener las lágrimas al escuchar como la maldecían y hablaban mal de ella.

Annabella se levantó y cerró el libro con fuerza haciendo que un libro que estaba mal puesto en la estantería se cayera en la cabeza de una de las chicas.

Las chicas miraron mal a Annabella.

– Juro que no hice eso.. – Annabella exclamó.

Las chicas se levantaron y la dejaron sola.

La pelinegra bufó y estrelló su cabeza en la mesa.


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Último día de detención, Annabella por supuesto no pudo dormir la noche anterior.

Ella llegó al salón de clases y Harry ya estaba ahí.

Esta vez ninguno dijo nada Annabella solo dejo sus cosas y empezó a organizar algunas cosas en el armario.

Harry la vio mientras ella organizaba los ingredientes del armario. Vio lo cansados y tristes que se veían sus ojos, y se preguntó cuánto sueño había estado perdiendo. Vio la expresión abatida en su cara y le recordó a vivir con los Dursley. Entendió el rechazo. Entendió que no era deseado.

Annabella sacó un frasco del armario, con la intención de colocarlo en el estante inferior. Se deslizó de sus temblorosos dedos y cayó al suelo, rompiendo al instante.

–Oh, no– exclamó ella arrodillándose para limpiarlo. –Esa fue realmente mi culpa. No es que importe. Otra persona  podría haberlo hecho y aún así sería mi culpa– murmuró ella, pensando que Harry no la había escuchado pero si lo hizo.

Sacó la varita para reparar la botella. Harry tenía media mente para detenerla, pero parecería que confiaba en ti. Quería ver qué podia hacer.

Murmuró un simple hechizo y el frasco volvió a su forma normal, todavía lleno de cualquier líquido que hubiera estado originalmente en él. Ella lo recogió y lo puso en el estante, metiendo su varita de nuevo en tu bolsillo.

Ella soltó un suspiro y se dirigió a las demás cajas para recogerlas. Ella por fin sintió la mirada de Harry en ella.

– Lo siento que te hayas quedado atrapado aquí conmigo– murmurante. –Sé que nadie querría estar en tu posición, y sobre todo lo que dicen, no es cierto.. – Annabella dijo volteandose por fin a verlo por primera vez en el día.

Él la sorprendió al pararte frente a ella y tomar sus hombros en. Annabella lo miró con los ojos bien abiertos. La última vez que alguien la agarró así, casi le rompió el cuello.

Harry vio el miedo en sus ojos y sus cejas se enfurecieron. Dejó caer una mano a su lado, dejando que la otra se desliza hacia la mano de la chica. Esta lo miraba con confusión y un ligero miedo. ¿Qué estaba haciendo?

–No eres nada como él– susurró. – Él mató a mis padres sin pensarlo dos veces. Te disculpas por cosas sobre las que no tienes control. Es injusto lo mal que todo el mundo te trata solo por ser pariente.

Los ojos de Annabella se abrieron. Harry estaba... ¿aceptándola?

– Eres el primero que me dice eso, Potter. – Annabella dijo sorprendida aún por sus palabras.

– Siento haber sido un poco grosero.. – Harry dijo.

– Bueno, si hablamos de quien fue mas grosero, yo salgo ganando. – Annabella exclamó.

Harry rió y extendió la mano.

– No creo ni una palabra de lo que dicen, no te preocupes, ¿Amigos? – Él preguntó.

Annabella lo pensó por unos segundos, llegó el día que jamás pensó que llegaría.

– Consideralo una tregua temporaria.. – Annabella sonrió estrechando la mano.

– Mejor que sea una tregua definitiva.. – Harry rio.

Annabella volvió a agarrar una caja con la ayuda de Harry esta vez terminaron rápido.

La puerta del salón se cerró detrás del león y la serpiente.

– No sé cómo seremos "amigos" si todo el mundo nos verá raro. – Annabella dijo una vez que la puerta se cerró detrás de ellos.

– ¿Qué tal si tenemos un punto de encuentro? – Harry sugirió

– No el armario porfavor estar ahi contigo fue una tortura..

– ¡Hey! deberías sentirte afortunada ¿Sabes cuantas chicas les gustaría estar en un armario con el elegido?

Annabella rodeó los ojos riendo.

– Les daría mi lugar con mucho gusto.

Harry hizo una expresión ofendido.

– ¿Qué tal aquel bosque? Casi nadie va ahi y esta cerca del lago negro..

Annabella pensó por unos segundos.

– De acuerdo.. será el "lugar secreto", Potter — Anabella dijo volteandose para irse.

– Será nuestro lugar secreto, Riddle. – Harry dijo volteandose también.

Y así los dos estudiantes se dieron la espalda fingiendo por el resto del día que nada mas paso pero el corazón de ambos bailaba de felicidad.

Tal vez no eran tan enemigos después de todo.


Tal vez no eran tan enemigos después de todo

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Big Reputation | Harry  PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora