𝕭𝕽 | ❝ This ain't for the best
My reputation's never been worse, so
You must like me for me ❞
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Annabella Riddle, solo comparte el apellido con su tenebroso padre aún así todos temen de ella.
Harry Potter, el...
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Capítulo 26. "MEETING AND THE SEVEN POTTERS BATTLE"
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Los mortifagos tenian una reunión nuevamente en la mansion malfoy. Annabella se sento al lado de su padre. Todos los mortifagos hablaban entre si antes de que empezara la reunión. La mirada de Annabella estaba en su ex profesora de historia muggle, Charity Burbage. La profesora estaba flotando gracias a un hechizo, con heridas alrededor de su cuerpo debido a las torturas que había estando recibiendo.
De tan solo verla, Annabella quería ayudarla de alguna forma, pero no podia. Se sentía tan culpable de no poder hacer las cosas bien, de ser tan cobarde en luchar en sus creencias.
Snape entro al gran salon, todos se voltearon a verlo.
— Severus, empezaba a temer que te hubieras perdido.. — Voldemort hablo. — Ven, te reservamos un lugar.
Snape se acerco a la mesa larga y grande y se sento.
— Tienes noticias supongo
— Sucederá el próximo sábado, al anochecer. — Snape comento.
Annabella miro a Snape, sabiendo a lo que se refería. El plan era el siguiente; atacar a Potter mientras el intenta escapar. Suena fácil ¿verdad? Pero para Voldemort no sería tan sencillo deshacerse de Harry Potter tan fácilmente, ¿o si?
— Escuche otra versión mi señor. — Un mortifago interrumpió. — A un auror se le escapó que el niño Potter no será mudado hasta el treinta de este mes, el día antes de que cumpla diez y siete.
— Esa pista no es cierta. — Snape aclaró. — La oficina de aurores ya no participa en la protección de Harry Potter.
Annabella miro hacia su ex profesora nuevamente, con pena y con tanta impotencia que no poder hacer nada.
— Creen que nos hemos infiltrado. — Snape añadió.
— En eso si tienen razón. — Un mortifago soltó y todos soltaron unas carcajadas.
— ¿Que opinas tu, Pius? — Voldemort dijo.
— Uno escucha muchas cosas mi señor... — este respondió. — Si la verdad es parte de ellas no queda claro.
Annabella rodó los ojos, toda está reunión le parecía patética.
— Hablas como un verdadero político. — Voldemort sonrió levemente, esa sonrisa aterradora que le enviaba escalofríos a Annabella. — Creo que nos servirás mucho Pius.
