Los primeros en acercarse para felicitar a los novios por el libre compromiso pactado fueron Nara, Yuna y los recién conocidos tíos que llegaron de la ciudad de Nagoya. Después hubo otros invitados que hicieron lo mismo, en especial aquellos que habían tratado con Shiro o alguna vez intercambiaron palabras con Kazumi. Cuando pudieron acercarse a los abuelos Fukuda, Umiko tenía los ojos llenos de lágrimas, las cuales terminaron en el pañuelo de Shiro al ser este quien ayudó a su obaa chan a limpiarlas sin arruinar el maquillaje que llevaba. Masaki abrazó a Kazumi y le agradeció haber esperado que su nieto se sintiera seguro de sí mismo para que llegaran ese momento. La médica le agradeció al patriarca Fukuda por permitirle a su nieto el poder elegir a su compañera ya que, de no ser así, ese momento no estuviera ocurriendo. Al intercambiar el saludo de los abuelos, Umiko le manifestó a Kazumi lo feliz que estaba al saber que legalmente tendría una nueva nieta a quien apreciaba y con quien disfrutaba hornear tartas y pasteles. Masaki agradeció a Shiro por la sabia elección que hizo, ya que la médica no solo era una buena persona y una excelente profesional, sino que también era un buen referente que se unía a Los Fukuda, algo que sumaría positivamente al prestigio de la familia.
Tras recibir las felicitaciones de invitados de renombre, como el Primer Ministro y su esposa, políticos y diplomáticos extranjeros, hubo alguien más que quiso desearle a la pareja que todo sea felicidad y prosperidad.
- Felicidades, Shiro kun, por el compromiso –Shiro giró al escuchar esa voz que aún recordaba. Enfrente de él estaba Kyomi Sakurai luciendo muy bella, pero no tanto como Kazumi, según la apreciación del heredero Fukuda. Esta estaba acompañada de un hombre alto y de buen ver que Shiro reconoció de inmediato.
- Kyomi chan, gracias por tus buenos deseos –dijo Shiro y ofreció una reverencia a quien él consideraba su amiga-. Shigeru Ishihara, qué gusto verte al lado de Kyomi chan –para Shiro estaba más que claro el motivo que hacía que la hija de Los Sakurai haya asistido a la cena ofrecida por Los Fukuda con el joven Ishihara.
- Felicidades, Shiro, mereces toda la felicidad en el universo por ser un buen hombre –dijo Shigeru y ofreció una reverencia al joven Fukuda, con quien muchas veces había tratado durante las horas de trabajo.
- Gracias, Shigeru, espero que para ti todo esté yendo bien. No he podido revisar cómo va la construcción del aeropuerto, pero de seguro todo está saliendo como se esperaba –dijo Shiro con esa sonrisa cálida y dulce que amaba Kazumi.
- Sí, todo está saliendo muy bien para los dos –y tras decir esas palabras, Kyomi tomó el brazo de Shigeru y este acarició una de las manos de la joven Sakurai. Shiro sonrió dejando ver la felicidad que sentía por ellos, ya que Shigeru era un hombre amable, educado, muy inteligente y hábil para las finanzas y Kyomi era su amiga, siempre lo sería, aunque ella no lo viera así.
- ¿Shiro kun? –la voz de Kazumi pronunciando su nombre hizo que volteara hacia donde estaba su prometida, quien hasta hace poco estuvo entretenida conversando con las esposas de unos diplomáticos.
- Kazumi chan, ven que te quiero presentar a unos amigos –escuchar que el heredero Fukuda lo consideraba un amigo alegró a Shigeru y Kyomi sonrió al notar la naturalidad con que Shiro era capaz de manifestar la amistad que los había unido y ella malinterpretó-. Ellos son Kyomi Sakurai y Shigeru Ishihara –Kazumi reconoció el nombre de la joven, pero como Shiro le había aclarado sus sentimientos por ella, la médica no guardaba dudas ni sentimientos negativos hacia la empresaria, por lo que brindó su sonrisa más amable y una reverencia de 90° grados.
- Es un gusto conocer a los amigos de Shiro kun –dijo la médica y la pareja agradeció sus palabras con una ligera venia.
- Felicidades por el compromiso y futura boda –soltó con alegría Shigeru, luego miró a Kyomi, ya que él sabía que en algún momento esta había estado interesada en Shiro.
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El amante perdido
RomanceKazumi y Shiro eran unos adolescentes cuando por azares del destino se dejaron de ver. Cuando se volvieron a encontrar, ella era una mujer de 23 años, una médica exitosa, pero con muy baja autoestima al tener una familia que solo le ofrecía palabras...