Perspectiva en tercera persona:
habían estado pasando muchos días, el pueblo estaba desesperado, y más de una vez habían tratado de allanar la casa del pelirrojo en busca del joven Mangel, pero no lo lograban, ni si quiera la misma policia, era angustiante todo esto, era todo tan horrible...el pelinegro había estado pasando momentos bastante horribles pero que a la vez venían con tiempos de amor, después de que manosear y mordiera su cuerpo venían las caricias, de los gritos las palabras de afirmación, de la negligencia a momentos juntos antes de dormir...su mente estaba muy confundida, sumando a que el aún era menor, y era muy menor a Lolito en edad y mentalidad incluso, así que está situación era abrumadora para su cabeza y su corazón. Llegó un día en el cual Mangel empezó a dejar de amar a la pelirroja, ya no quería estar encadenado, ya no quería sus caricias ni sus palabras, ya no quería tenerlo cerca, no como pareja y como amigo lo dudaba bastante, tanto fue así el desapego que empezo a tenerle que empezó a planear como escapar, todos los días se fijaba por los pequeños agujeros de las ventanas tapadas con telas negras como podría salir por una de las ventanas, el como safar sus cadenas y en especial, como dejar inconsciente a Lolito. Lo cerrado que se había vuelto con Lolito era un gran contraste a hacer un buen tiempo, ya no le decia con apodos, ya no se emocionaba cuando el llegaba, ya ni si quiera le miraba a los ojos a no ser de que le obligará, se había sentido un prisionero del contrario todo este tiempo, y en su accionar diario el miedo y la irá se formaban en el por todo el daño que había estado soportando...
El día había llegado, y todo estaba listo, todo había sido planeado meticulosamente por ese chico, solo debía de...esperar a que Lolito se hiciera a su lado en la cama, pegarle contra una pared con todas sus fuerzas, quitarse las cadenas con las llaves que el tenía y huir, no sabía si saldría bien, pero esperaba que si...
Pero las acciones que iba a realizar se pausaran en momento donde Lolito decidió llevárselo a fuerzas al patio del lugar, por más que le reclamaba y le preguntaba no recibía respuesta alguna...pero no fue hasta llegar que en un segundo su mundo se cayó en pedazos.
Ese maldito psicópata había asesinado a sus dos pequeños gatitos.
L: Como ví que ya no me hacías caso...tal vez algo así te haría reflexio-
M: ¡...QUE MIERDA HICISTE! ¡POR QUE MIERDA LE HICISTE ESTO A MIS PEQUEÑOS, MALDITO PSICÓPATA!
Los gritos y el llanto desconsolador se escuchaba en el lugar, los dos pobres gatitos estaban apuñalados y sangrando en los brazos de su dueño, el cual se aferraba en su llanto desesperado a qué sus pequeños se despertarán, abrazandolos contra su pecho mientras llamaba sus nombres y les pedía que no lo dejarán solo, Lolito solo miraba a distancia...era una amenaza y una forma perfecta de hacer que volviera a tratarlo como según decía que se merecía, pero lo que causó fue que el corazón del pobre chico se partiera en pedazos, cada uno más pequeño que el anterior.
M: Po-porfavor ustedes no mis bebés..nonononono...n-no me abandonen porfavor..
El chico no quería alejarse de los cadáveres de los dos gatitos, no podía y se aferraba tanto a la idea de que esto era un mal sueño...sus collares estaban llenos de sangre, sus ojitos ya no mostraban señales de vida, la sangre aún caía y la respiración de ambos junto sus latidos ya habían partido...no podía soportar más este dolor, la existencia le estaba pensando y el corazón le sangraba, las lágrimas se habían vuelto mares salados y amargos que quemaban a su paso la esperanza que había estado teniendo, no le veía ahora un sentido a vivir si sus dos peluditos no estaban con el, y aunque Lolito hablaba y hablaba, amenazaba y alardeaba, el pelinegro no entendía nada, no reaccionaba, estaba en el suelo de rodillas rogándole a los dioses que le devuelvan a sus pequeños de cuatro patitas, sus fieles compañeros y sus seres más amados sobre todos los que podrían haber, incluso eran más amados que sus propios amigos y que cualquier otro ser que haya pasado por su vida, y podía sonar a dependencia...pero es que ellos fueron su razón de vivir, y ahora no podía evitar sentir en el pecho un vacío que lo comía poco a poco.
L: ¿¡ME ESTAS ESCUCHANDO PUTA ZORRA?!
Grito el pelirrojo con los ojos teñidos de un rojo sangre, el chico dejo en el cesped a sus dos bolitas de pelo lejos de el contrario, dándoles un beso en sus frentes de despedida...levantándose con sus ojos completamente negros y fisuras que simulaban lágrimas, y de inmediato se abalanzó sobre el contrario, golpeándolo y lastimando su cara y todo lo que pudiera de el mientras gritaba de la irá y lo maldecia de varias formas por lo que hizo, obviamente Lolito no se quedaría sin hacer algo por lo que hacía el chico, al parecer tenía una maldición...y tal vez por ello entendió la razón por la cual lo cuidaban tanto, estaba maldito...lo cual era una ventaja para el por qué el también lo estaba. Tomo con fuerza del cuello al contrario mientras le golpeaba con más fuerza, lamentablemente por la diferencia de fuerza y altura los golpes eran más contundentes, y fueron estos mismos que empezaron a dejarlo inconsciente poco a poco...
Dejando todo en un simple y solitario escenario negro, pero para el mayor las vistas se resumían en ver al chico con sus pupilas apagadas de la tristeza, golpeado y magullado en el suelo sin fuerzas ni para respirar.
Mangel:
...
m-mis...mis pequeños...
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🆅🅸🅾🅻🅴🅽🆃🅾🅼🅴🆃🆁🅾 ¡ᴍᴀɴɢᴇʟɪᴛᴏ!
Fanfiction"A veces somos muy ingenuos cuando estamos cansados o simplemente seguimos siendo niños por dentro de alguna forma, buscando quien nos cuide en sus brazos..." Dijo Mangel en el hospital entre lágrimas mientras hablaba con Auron y abrazaba con fuerza...