23. Enamorada

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Pasaron los días, Hoseok me dijo que ya había quedado resuelto lo de Namjoon, él no podía acercarse a nosotros y para ello, días antes tuve que hacer la declaración de lo sucedido ante la autoridad correspondiente siempre acompañada de Hoseok pues finalmente él era mi abogado y la persona en quien más confiaba en estos asuntos además de que ya sabía que Namjoon había ido a verme y Tae peleó con él por defenderme eso era algo que Hoseok tenía que saber como mi abogado. Él había llegado a un acuerdo con el abogado de Namjoon por lo que me dijo que no tenia de que preocuparme y no me quiso dar detalles solo me aclaró que Nam no tendría que enfrentar la cárcel a menos que incumpliera el acuerdo de restricción y para ello tendría yo que avisarle a él en caso de que Nam se acercara a cualquiera de nosotros.
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Con todo resuelto yo me sentía mas tranquila y pude olvidarme un poco del asunto, recuperé mi tranquilidad, al pasar de los días, claro que antes platique de lo sucedido con mi querida amiga Jiyu quien indignada casi salía a matar a Namjoon pero se lo impedí, quería estar a mi lado en los días próximos no me quería dejar ni a sol ni a sombra, se aseguraba de que no estuviera sola y varios días se quedó a dormir en casa con nosotros, por lo que no pudimos estar a solas Tae y yo y la verdad ansiaba sentir sus besos, por otro lado Tae y Hoseok estaban muy al pendiente de mi también, de hecho me hicieron ir al psicólogo para ayudarme a superar ese trago amargo siendo acompañada por Tae y Jiyu quien nos miraba de forma sospechosa al vernos un poco mas cercanos que antes y ante su mirada inquisitiva tuve que confesarle lo que había pasado entre Tae y yo, justo antes de irnos a la cama a dormir por lo que esta se puso tan feliz que no paraba de gritar.

Yo - Basta, deja de gritar o mis hijos se darán cuenta - dije cubriéndole la boca.

Jiyu - Ya, ya me callo, pero que tendría de malo que tus hijos lo supieran? ya te dije que ellos están abiertos a que tu tengas una nueva pareja y siendo Tae no creo que se nieguen si se caen muy bien - dijo alzándose de hombros.

Yo - Lo se, pero la verdad no quiero que sepan porque no se cuanto pueda durar esto, tu sabes bien que nuestra diferencia de edades es un problema ante la sociedad y luego que soy una mujer divorciada y con hijos ya grandes, no creo que eso pinte bien para él ante su familia y yo...- me detuve pues se me hizo un nudo en la garganta y mi amiga solo acaricio mi espalda - Tengo miedo Jiyu, tengo miedo que todo eso afecte lo que tenemos y que finalmente se vaya de mi lado y me quede enamorada y sin él - dije ya no pudiendo evitar llorar y esta me abrazó.

Jiyu - Se y entiendo tus miedos nena, pero si vives con miedos de un futuro incierto no podrás ni siquiera disfrutar de tu presente, deja el futuro al futuro y disfruta del hoy y el ahora, si no lo haces te arrepentirás de no haberlo hecho créeme - dijo y yo asentí porque en el fondo pese a mis miedos se que tiene razón, asi que me decidí a vivir esto que tenemos Tae y yo sin límites.

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Al pasar de los días me sentí mucho mejor con ayuda de la terapia, me dieron de alta en un par de sesiones y fue muy rápido gracias al apoyo de mis seres queridos según palabras de la psicóloga, durante ese tiempo no tuvimos las famosas salidas de los viernes de fiesta, los sábados seguimos saliendo de compras mi hija, Tae y yo por los víveres de la semana, pero ahora disfrutando mas de esos momentos juntos ya que se nos había hecho costumbre salir a comer ese mismo día aprovechando que estábamos juntos, para cuando me di cuenta Tae y mi hija se llevaban tan bien que me hacía sentir feliz el verla feliz, creo que ella de alguna manera sintió que Tae llenaba ese espacio vacío que le había dejado el abandono de su padre, aunque se llevaban mas como amigos quizá porque Tae parecía muy niño a su lado, hoy mi hija estaba con antojo de helado, mientras nosotras esperamos sentadas, Tae estaba en la caja haciendo el pedido y noté que una chica se le acercó a coquetearle y él sonreía amablemente, luego se disculpó para sentarse con nosotras llevando nuestro pedido.

ATARDECER EN EL OCASODonde viven las historias. Descúbrelo ahora