Capítulo VI. Miénteme.

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Notas del inicio (probablemente nadie lo lea). Me ausente la semana pasada porque tenía cosas que hacer, lo puse en Twitter porque aquí seguro nadie lo leerá; la cosa es que vengo lista para recibir sus lágrimas, me alimento y me vuelvo fuerte (?). Estoy en mi etapa de eclosión, por eso estaré haciendo capítulos más tristes para poder crecer, pido disculpas de antemano. Se que no es lo que esperan, pero primero el drama y después lo demás, no todo en la vida es color de rosa y pues así estamos. 






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Capítulo VI. Miénteme.

Roier puede creer que su vida ahora gira entorno a su enfermedad, no es ninguna mentira que tiene razón en aquello y mucho menos cuando Rivers le regaña por esa imprudencia de ir a ver a Spreen, Mariana se queja de que está siendo idiota y Aldo solo pide que deje de hacer esas ideas que le pueden matar, mientras que sus padres hablan sobre las futuras decisiones que dolerán; fue un martes por la tarde cuando llega de sus clases que, sus padres le esperan con el padre hibrido de Spreen, Rubius les ha hablado sobre esa fantástica idea de que se fuera a Karmaland y en ese lugar sanará con tecnología mejorada. El primer miedo crece en su interior cuando siente que sus padres están convencidos con la idea, Roier no quiere dejar atrás sus cosas y vida por irse para mejorar, no desea desaparecer durante un tiempo indefinido, mucho menos quiere declararse a Spreen que parece cada día más ausente, disperso en clases y sin siquiera notarlo, el híbrido está decayendo en sus notas.

Todos lo notan porque es raro verlo tan distante, perdido en sus propios pensamientos y volviéndose parte de los que tienen notas promedio, incluso Juan ha tratado de sacar lo mejor de Spreen a flote porque le preocupa el chico. Roier se siente preocupado debido a que Spreen no resplandece como todas esas ocasiones, además de que lo nota con Rubius cuando es jueves y le han llevado al consultorio donde trabajaría de ahora en adelante, después de que termine todo en Karmaland y se concentre en esa nueva vida. El híbrido oso pardo se ha vuelto su médico personal, sus padres habían decidido desde un principio cuando se vio su estado y entiende que lo hacen para protegerlo, Roier ahora tiene que asistir a consultas cada martes y jueves en lo que se toma una decisión; todo para evaluar su enfermedad, así que se siente prisionero de esa nueva rutina que no le da paz.

—Parece ser que la enfermedad ha estado tranquila, ¿algo que contar, Roier? —Rubius pregunta con el nuevo expediente hecho para él—. Noto que las vitaminas te han ayudado, no has tenido falta de energía y te ves más saludable

—Nada me ha pasado, solo he tenido tiempo con Wilbur y mis amigos, no me acerque a él como me lo ha pedido —aclara Roier suspirando, nota un olor a flores por el aire y eso le marea

—Es realmente bueno, entonces... Es válido que tomes las pastillas, tu cuerpo ya puede aguantar y espero que esta vez sirva en algo positivo —dice Rubius anotando algo y viendo al chico—. Ahora van las mismas preguntas de siempre, todo con honestidad y sinceridad ante todo; ¿entendido?

>> ¿Cuántos meses llevas con la enfermedad? ¿Medicamentos dados y las veces que los tomaste?

—Cuatro meses, me dieron las que son llamada Himitsu y lo tomé durante un mes antes de olvidarlas —responde Roier con sinceridad

Palabras al viento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora