Capitulo X. BUGAMBILIA.

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Notas del inicio. ¡Hey! ¡Hey! ¡Hey! ¿Cómo están? Me he ausentado porque ocurrieron muchas cosas, también porque no tengo computadora donde pueda publicar porque mi hermano prestó su laptop y me choca utilizar el celular para las actualizaciones. Whatever, termine subiendo la historia desde el celular porque no le regresan su laptop y yo ya estoy a nada de pegarme un tiro de tanto que tengo por publicar, he acumulado actualizaciones en AO3 de otras historias que esperan.

Pero bueno, nos vemos en las notas finales.





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Capítulo. X. Bugambilia.

En diversos casos para Quackity conocer gente nueva es una aventura, habían personas en su nueva escuela que hablaban el idioma nativo de L'manberg, otros tantos que conversaban con el de Karmaland y desconocía de muchos más; ha sido toda una travesía para él entablar una charla, pero ha hecho muy buenos amigos y pese a esos nuevos problemas con diversos resultados, Quackity atraviesa una gran encrucijada cuando visita a Roier y conoce a Cellbit; la primera vez puede que admita que aquello le asombró demasiado, tuvo miedo de ver partes del cuerpo del castaño donde crecían las flores al haber salido y parece doloroso, no es que Quackity fuera chismoso sino que se informaba de más, así aprendió sobre la enfermedad del compañero de cuarto de Roier. Era una pena grande para alguien que era dos años menor que ellos, escuchaba como en algunas ocasiones anestesiaban a Cellbit para quitarle un poco de las flores que seguían creciendo y por explicación de Merlon, estas se alimentaban de su energía vital hasta que en un momento determinado ha consumido por completo su vida, Quackity como cada tarde llega con un cuaderno de tareas para Roier que no se debe perder ningún tema que están viendo en la escuela y observa a Molly entrar con un carrito de utensilios médicos solo para anestesiar a Cellbit e iniciar el largo proceso.

—No vayas de chismoso, Quackity —dice Roier lo más bajo que puede, deteniendo al chico con la mano—. El doctor Merlon dijo que es algo que no debemos ver

—Ya hemos visto un poco, Roier. Solo quiero observar otro poco más, no nos hará daño —contesta Quackity acercándose a la persiana donde mueve un poco de esta

—Después no llores de que te lo advertí y aún así lo hiciste —responde Roier recargándose un poco para poder ver

Molly sabe que la curiosidad de esos adolescentes es demasiado grande, los ha escuchado una gran cantidad de veces hablar sobre lo interesante que es la enfermedad que tiene Cellbit y por aquello les está dejando ver lo poco que puedan, para que dejaran de buscar más problemas en este caso, el paciente en cuestión se encuentra anestesiado en un determinado mundo de los sueños donde vaga en sus tantas posibilidades de los hubieras así no sentiría el dolor, Molly inhala tan profundo el aire tóxico de aquel hospital como las incalculables veces en las que sigue dentro y acerca las pinzas que le ayudarán en ese proceso; ella suelta un largo suspiro cuando toma el delgado tallo junto una pequeña flor amarilla, inicia a sacarla con pequeños intervalos donde jala con lentitud y cuando ve que no puede tiene que recurrir a hacer un esfuerzo más grande. Es un proceso tardado el sacar las flores de aquellas ligeras heridas hechas por la misma enfermedad, duele ver como a alguien tan inocente pasa un proceso como aquello y al sacar la flor tiene que ser rápida en cuestión de segundos, un procedimiento de largos pasos que toma desde el sacar una flor tras otra, pasar a limpiar la herida que al final de todo quedaría como una leve cicatriz y en determinados casos vendar esa parte de su cuerpo donde la flor ha sido retirada, cuando termina con unas debe seguir con otras, todas las que retira son las que han florecido y en dados casos cuando le indican que también deben ser unos cuantos capullos. Molly ha tardado en ese proceso cerca de una hora, antes de que Rubius entre a la habitación con una clara cara de pocos amigos y se dedique a ayudar a la enfermera con el proceso de Cellbit al quitar flores que después volverán a brotar en otras partes de su cuerpo, no hay una charla amena cuando están haciendo aquello y ningún intercambio de palabras por parte de ambos hasta que terminan y Rubius tiene que hacer el chequeo general; cuando el castaño enfermo de hanahaki nunca imaginó que en cuestión de unos cuantos años atravesaría esa encrucijada donde la enfermedad evolucionó de manera torrencial y creo algo para sobrevivir.

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