Notas del inicio. Me he ausentado en sacar el epílogo, me concentre tanto en hacerlo largo y darles un buen final, que hasta sentirme satisfecha no lo he parado; realmente quiero llorar porque estas son mis penúltimas notas antes de despedirnos, pero bueno, les dejo con está ultima parte de nuestra travesía.
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Epílogo. Labios rotos.
Aquella mañana de un buen inicio de vacaciones de verano tras terminar de cursar su sexto semestre en la universidad, Roier puede celebrar que ha pasado con buenas notas y no ha reprobado ninguna materia, hace poco organizó una cena donde invitó a sus amigos para que probaran algún que otro platillo y ahora se encarga de ser el proveedor de alimentos de amigos y conocidos por un módico precio, inhala profundo cuando por haber estado tantos meses bajo un estrés constante, se ha dado la pequeña idea de que merece unas buenas vacaciones que ha planeado con sus amigos a Isla Quesadilla, Quackity realmente celebró que la propuesta se diera mientras planeaban lo que debían hacer al igual que los lugares que tienen que visitar obligatoriamente, Roier quiere regresar en secreto a ese lugar que tanto anhela ver después de tantos años, desea reencontrarse con ese constante recuerdo de aquella imagen de Spreen rodeado de árboles rosas y pétalos cayendo sobre ellos; sin embargo primero tiene que cubrir unas horas para poder ir a esas dos semanas planeadas a Isla Quesadilla, Mariana fue constante en sus burlas porque sigue teniendo esa suerte de estar en una carrera que no le exigen mucho y lamenta que sea el causante de que su tiempo se reduzca a casi nada, para ir al lugar tienen que disfrutar de todo lo que hay considerando que deben tener por lo menos otra semana más. Cierra los ojos momentáneamente recordando ese tiempo lejano que parece un sueño turbulento, casi asimilándose a una pesadilla que tuvo que despertar después de lo que pareció una eternidad y aún se pregunta sobre lo ocurrido con Spreen porque anhela verlo para recordar los momentos en que pasaron días charlando de diversas cosas, Rivers le confesó después de un mes de vuelta lo que realmente ocurrió con el chico ese día, Roier aún se encuentra preocupado por lo escuchado porque no se quiere imaginar lo que vivió en tan poco tiempo y sigue pensando en que él se curó de verdad, su amor no correspondido no era desalentador porque le correspondían en totalidad, pese a que se sigue preguntando porque terminó como dijo esa última vez Vegetta cuando hablaron y tal vez nunca lo sepa.
— ¡Roier! Me pediste que pasara por ti, pero no te apuras a bajar —regaña Aldo al entrar a su habitación—. Tu mamá me dejó entrar diciendo que no habías ido a desayunar, ¿qué te pasa? Aún estás llorando por ese seis en tu materia tonta de cortar jabón...
—Estaba guardando mis cosas y es Arte Mokimono, al final tenía que hacer esculturas en hielo —explica Roier mientras mete las cosas en su mochila—. El seis fue culpa del maldito hielo, lo odio...
—Ya, piensa que ese seis solo es una piedra en tu zapato de buenas notas —dice Aldo encogiéndose de hombros—. No tienes algo como Rivers que sigue manteniéndose en calificaciones casi excelentes
—Es por lo que está cursando, es otro pedo —responde Roier pensando en todo lo que ocurre
—Es algo similar a lo de Quackity, jamás entenderé cómo eligen carreras tan complicadas —asiente Aldo con lo que escucha del castaño
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Palabras al viento.
Fiksi PenggemarDeclaimer. Roier se ha dado cuenta de algo, ama al híbrido oso tanto que las flores salen de su sistema respiratorio y lo asfixian por completo. No sabe cuánto tiempo le queda, solo que es un amor no correspondido y conoce la causa de eso.