Capítulo II. Not into you.

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Capítulo II. Not into you.

Mientras pasan los días entre clases, las palabras de Wilbur resuenan dentro de su mente como una grabación descompuesta en un ciclo sin fin y justo en ese receso su buen humor ha terminado así como sus ganas de pensar en que ese día sería bueno y solo recuerda que son dos días de los cuales no quisiera que hubieran clases, jueves ha marcado el punto de que Roier desea irse a casa lo más pronto posible; solo que eso no es viable cuando tienen el trabajo que la profesora Cristinini les ha dejado, se reúnen cuando la clase de filosofía ha terminado y su día escolar ha concluido, después del receso y con una clase más que tomar. Roier sigue a Aldo que indica cómo Spreen les dijo de buscar un lugar donde pudieran hacer el trabajo, lo encuentran entre una de las palapas* más lejanas de los salones y Mariana habla sobre el horrible calor que hacía en ese instante. Esperan más de veinte minutos hasta que llegan Spreen, Juan y Missa que probablemente ha sido llevado por los otros dos al verlo esperando a que se haga más tarde, no lo culpan es como la mayoría de ellos que no quieren llegar pronto a su casa cuando no hay nada divertido más que los deberes de limpieza.

Se han puesto de acuerdo para iniciar el proyecto que consistía en hacer la aburrida tabla periódica, Juan se marcha con Aldo y Mariana para comprar los materiales que ocuparían al principio mientras que Roier saca de su mochila el montón de colores que tiene dispersos; piensa que es algo que admite que las chicas tienen cuidado, cargan lapiceras como un peso extra y él ha perdido la mitad de sus colores, sus plumones son los que permanecen a salvo porque sino su madre le regañaria al mostrar que sucedió. Espera de Missa que tenga una lapicera con sus colores y materiales que puede meter para no perderlo, solo que le sorprende ver que Spreen tiene lo mismo que el chico que a simple vista se ve el más cuidadoso, es otro pequeño detalle que Roier guarda dentro de sus curiosidades que ha aprendido de Spreen como que al estresarse un poco, muerde su lápiz cerca de la goma.

— ¡Hey, Roier! —Escucha la voz de Wilbur que le llama, sobresalta al castaño que se levanta por inercia

—Vuelvo en un rato —contesta Roier sin recibir respuesta de los otros

Su corazón late con fuerza dentro de su pecho, retumba como cientos de tambores que provoca un ruido tembloroso y observa a Wilbur qué pasa su mano por su hombro para atraerle, le lleva hasta unos pasos más lejos donde no pueda escucharle nadie; probablemente también han terminado sus clases, no se imagina que se haya saltado estás llevando consigo a Tina o Hannah, sin embargo sí lo espera de Sapnap o George.

—Tina me pidió darte esto —dice Wilbur sacando de su mochila una bolsa de celofán con galletas en forma de gatitos—. Le ha dado a varios, solo faltabas tú o eso me dijo

—Ah, gracias —contesta Roier un poco nervioso, la envoltura es linda y tiene un listón color rojo—. Supongo que eso es todo

—De hecho, vuelvo a decirte lo del receso —contesta Wilbur con una sonrisa—. La propuesta seguirá en pie y bueno, adiós

Roier se despide de Wilbur recordando esas palabras que le tienen pensativo, regresa al mismo tiempo que esos tres que han ido a traer los materiales para su trabajo en equipo y bajo la mirada de Missa que es una de las que más siente sobre él, guarda el pequeño obsequio que le ha dado Tina. Simplemente, la chica era un pequeño solecito que, cuando la conoció se dedicó a hacer que aprendiera a decir algunas cosas en español, pese a que tenía el idioma un poco dominado y eso llevó a que conociera a sus demás amigos; hizo migas incluso con Dream que con el paso de los días fue más sociable con él. Levanta su mirada cuando siente que se ha hecho el tonto el suficiente tiempo, sus ojos se encuentran con los de Spreen que se desvían a ver a Juan tan de prisa que pudo haber sido su imaginación y de cierta manera produce que algo dentro suyo pique, presiente que es una nueva flor que saldrá de su interior pronto.

Palabras al viento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora