Capítulo 12. La confesión

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Advertencia: Sé que les prometí escenas locochonas para el día de hoy, pero de verdad necesito que ocurra primero esto, el verdadero drama recién comienza...

Era un nuevo día en el Reino de las sombras. Bowser aún no se acostumbraba a su nuevo aspecto. No le disgustaba del todo, pero aún así no se sentía muy cómodo a comparación de su propio cuerpo. Estaba furioso con Kamek, sin duda alguna lo haría pagar por lo que le había hecho.

Al despertarse, disfrutó de una corta y fría ducha, como solía hacerlo casi siempre. Luego, le ordenó a uno de sus secuaces que buscara a Kamek y se lo trajera lo más pronto posible, pues ahora que tenía este cuerpo no contaba con prendas, las cuales, se ajustaran a su nuevo aspecto por lo que le pediría a este último que le consiguiera o creara algunas cuantas de ellas.

Poco tiempo después, Kamek se presentó en la habitación, con algo de nerviosismo, pues sabía que Bowser estaría enojado o tal vez furioso con él por lo que le había hecho, sin embargo, sus pensamientos pronto se esfumaron al observar al contrario con una actitud bastante tranquila, algo muy raro viniendo de él.

-S-señor, b-buenos días, ¿m-me estaba buscando? ~preguntó de manera insegura, mientras contemplaba la figura imponente del otro~

-Buenos días, Kamek ~respondió al saludo~ Sí, así es, te mandé a llamar ya que necesito que me consigas algunas prendas que se adapten a mi nuevo yo ~mencionó neutralmente~

-O-ohhh, ya veo, ¡p-por supuesto!, en seguida se las cons... ¡A-ayyy! ~gimió del dolor al sentir una fuerte presión en su cuello y a la vez de miedo, por como lo comenzaba a alzar el otro~

-¡Perdón! ¿a caso te dolió? ~exclamó con un tono de preocupación de manera sarcástica~ ¡Pues no debiste haberme convertido en esto, ahora te toca soportar! ~expresó con molestia, mientras su agarre se hacía más fuerte~

-A-ahhh... s-señor, p-por favor, y-yo... ~trató de expresar con lágrimas en su rostro, ante el dolor y la falta de aire~

-¡Deja de llorar, deja de llorar hijo de tu perra madre! ~mencionó con molestia, mientras el otro continuaba sufriendo~

Después de algunos cuantos segundos, los cuales parecieron eternos...

¡Suficiente, largo! ~le ordenó, mientras lo soltaba haciéndolo caer de golpe~ Consígueme lo que te pedí y más te vale que me traigas algo decente, ¿entendido? ~preguntó con autoridad~

-E-entendido... ~contestó con un fuerte dolor en su cuello, mientras salía huyendo del lugar~

-¡Pero qué débil es! ~pensó para sí mismo, antes de volver a sus asuntos~

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Por otro lado, Luigi recién se acababa de despertar. Creía que todo lo que había ocurrido había sido una simple pesadilla, sin embargo, de pronto escuchó unos suaves golpeos en su puerta.

Toc, toc... (spoiler, tiene la verg... berenjena gigante)

¿S-sí? ~preguntó de manera tímida, mientras se acercaba a la puerta~

-Buenos días, Greenie, soy yo, ábreme ~expresó con un tono divertido~

-Emmm... ¿B-bowser? ~respondió rápidamente~ E-es decir, ¿e-es usted, s-señor? ~se corrigió de inmediato, mientras sentía un fuerte escalofrío recorrer todo su cuerpo~ Aún no podía superar el hecho de que él se había besado con la princesa Peach tan solo hace poco y ahora no podía evitar pensar en lo atractivo que se veía en su forma humana. Todo se había vuelto tan confuso, prometió jamás volver a enamorarse y mucho menos de él, aunque...

~El contrato~ Bowuigi (+18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora